21.12.2022 Views

La Inteligencia Emocional - Daniel Goleman

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

—¡No puedes jugar!

—¡Sí que puedo! —replicó Linda— ¡Yo también puedo jugar!

—¡No, no puedes! —respondió Barbara, con brusquedad— ¡Hoy no te

queremos!

Entonces Bill protestó en nombre de Linda, pero Nancy se unió al ataque

agregando:

—¡Hoy te odiamos!

Es precisamente el riesgo de sentirse odiado, implícita o explícitamente, el

que hace que los niños sean especialmente cautos a la hora de aproximarse a un

grupo. Y es muy probable que esta ansiedad no sea muy distinta de la que siente

el adolescente que se encuentra aislado en medio de una charla que sostienen en

una fiesta quienes parecen ser amigos íntimos. Y también es por esto por lo que

este momento resulta, como dijo un investigador, « sumamente diagnóstico […]

porque revela claramente las diferencias en las habilidades sociales» . Lo normal

es que los recién llegados comiencen observando lo que ocurre durante un

tiempo y que luego pongan en marcha sus estrategias de aproximación,

mostrando su asertividad de manera muy discreta. Lo más importante a la hora

de determinar si un niño será aceptado o no es su capacidad para comprender el

marco de referencia del grupo y para saber qué cosas son aceptables y cuáles se

hallan fuera de lugar.

Los dos pecados capitales que suelen despertar el rechazo de los demás son el

intento de asumir el mando demasiado pronto y no sintonizar con el marco de

referencia. Pero esto es precisamente lo que tienden a hacer los niños

impopulares, tratar de cambiar de tema demasiado bruscamente o demasiado

pronto, o dar sus opiniones y estar en desacuerdo inmediato con los demás,

intentos manifiestos, todos ellos, de llamar la atención y que, paradójicamente,

les lleva a ser ignorados o rechazados. En contraste, los niños populares, antes de

aproximarse a un grupo suelen dedicarse a observarlo para comprender lo que

está ocurriendo y luego hacen algo para ratificar su aceptación, esperando a

confirmar su estatus en el grupo antes de tomar la iniciativa de sugerir lo que

todos deberían hacer.

Volvamos ahora a Roger, el niño de cuatro años a quien Thomas Hatch ponía

como ejemplo de niño con un elevado grado de inteligencia interpersonal. La

táctica que Roger utilizaba para aproximarse a un grupo era la de comenzar

observando, luego imitaba lo que otro niño estaba haciendo y finalmente hablaba

y se ponía a jugar con él, una estrategia ciertamente ganadora. La habilidad de

Roger era evidente: por ejemplo, cuando él y Warren estaban jugando a lanzar

« bombas» (en realidad, piedras) desde sus calcetines. Warren le preguntó a

Roger si quería estar en un helicóptero o en un avión y antes de responder. Roger

inquirió: « ¿A ti qué te gusta más?» . Esta interacción aparentemente inocua

revela una gran sensibilidad ante los intereses de los demás y una gran capacidad

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!