21.12.2022 Views

La Inteligencia Emocional - Daniel Goleman

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

hecho, gran parte del interés psiquiátrico en los alexitímicos consiste en el

reconocimiento de los pacientes que acuden al médico en busca de ayuda porque

son sumamente proclives a la búsqueda infructuosa de un diagnóstico y de un

tratamiento médico para lo que, en realidad, es un problema emocional.

Aunque la causa de la alexitimia todavía no esté claramente establecida, el

doctor Sifneos apunta la posibilidad de que radique en una desconexión entre el

sistema límbico y el neocórtex (especialmente los centros verbales), lo cual

parece coincidir perfectamente con lo que hemos visto con respecto al cerebro

emocional. Según Sifneos, aquellos pacientes a quienes, para aliviarles de algún

tipo de ataques graves, se ha seccionado esa conexión, terminan liberándose de

sus síntomas pero se convierten en personas parecidas a los alexitímicos,

personas emocionalmente chatas, incapaces de poner sus sentimientos en

palabras y súbitamente despojados de toda imaginación. En resumen, pues,

aunque los circuitos emocionales del cerebro puedan reaccionar a los

sentimientos, el neocórtex de los alexitimicos no parece capaz de clasificar esos

sentimientos y hablar sobre ellos. Y, como dice Henry Roth en su novela Call It

Sleep sobre el poder del lenguaje:

« Cuando puedas poner palabras a lo que sientes te apropiarás de ello» .

Ese, precisamente, es el dilema en el que se encuentra atrapado el

alexitímico, porque carecer de palabras para referirse a los sentimientos significa

no poder apropiarse de ellos.

ELOGIO DE LAS SENSACIONES VISCERALES

Una operación quirúrgica extirpó por completo el tumor que Elliot tenía

inmediatamente detrás de la frente, un tumor del tamaño de una naranja

pequeña. Pero, aunque la operación había sido todo un éxito, los conocidos

advirtieron un cambio tal de personalidad que les resultaba difícil reconocer que

se trataba de la misma persona. Antes había sido un abogado de éxito pero ahora

ya no podía mantener su trabajo, su esposa terminó por abandonarle, dilapidó

todos sus ahorros en inversiones improductivas y se vio obligado a vivir recluido

en la habitación de huéspedes de casa de su hermano.

Algo en Elliot resultaba desconcertante porque, si bien intelectualmente

seguía siendo tan brillante como siempre, malgastaba inútilmente el tiempo

perdiéndose en los detalles más insignificantes, como sí hubiera perdido toda

sensación de prioridad. Y los consejos no tenían el menor efecto sobre él y le

despedían sistemáticamente de todos los trabajos. Los tests intelectuales no

parecían encontrar nada extraño en sus facultades mentales, pero Elliot decidió

visitar a un neurobiólogo con la esperanza de descubrir la existencia de algún

problema neurológico que justificara su incapacidad porque, de no ser así, debía

concluir lógicamente que su enfermedad era meramente inexistente.

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!