21.12.2022 Views

La Inteligencia Emocional - Daniel Goleman

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

APÉNDICE B

PARTICULARIDADES DE LA MENTE EMOCIONAL

Sólo en los últimos años ha aparecido un modelo científico de la mente

emocional que explica la forma en la que muchas de nuestras actividades pueden

estar controladas emocionalmente —cómo podemos ser tan racionales en un

determinado momento y tan irracionales al momento siguiente— y también da

cuenta de las razones y la lógica particular de nuestras emociones. Tal vez las dos

mejores estimaciones llevadas a cabo sobre la mente emocional sean las que han

presentado independientemente Paul Ekman, jefe del Human Interaction

Laboratory de la Universidad de California, San Francisco, y Sey mour Epstein,

un psicólogo clínico de la Universidad de Massachusetts. Es cierto que cada uno

de ellos nos ofrece una evidencia científica distinta, pero juntos nos proporcionan

una enumeración básica de las cualidades que distinguen a las emociones de los

otros aspectos de nuestra vida mental.

Una respuesta rápida pero tosca

La mente emocional es mucho más veloz que la mente racional y se pone en

funcionamiento sin detenerse ni un instante a considerar lo que está haciendo. Su

rapidez hace imposible la reflexión analítica deliberada que constituy e el rasgo

característico de la mente pensante. Desde el punto de vista evolutivo, los

organismos que se detienen demasiado a reflexionar tienen menos probabilidades

de transmitir sus genes a su progenie y es muy posible que esta velocidad

estuviera ligada a las decisiones más fundamentales como a qué prestar atención

o, por ejemplo, al enfrentarse a un animal a decisiones secundarias como: « ¿me

lo comeré o él me comerá a mí?» .

Las acciones que brotan de la mente emocional conllevan una fuerte

sensación de certeza, un subproducto de la forma simplificada de ver las cosas

que deja absolutamente perpleja a la mente racional. Cuando las cosas vuelven

después a su lugar —o incluso, a veces, a media respuesta— nos descubrimos

pensando « ¿por qué he hecho esto?» , señal de que la mente racional está

comenzando a activarse con una velocidad mucho más lenta que la de la mente

emocional.

Dado que el tiempo transcurrido entre el estimulo que despierta una emoción

y la erupción de la misma puede ser casi instantáneo, el mecanismo que valora

la percepción debe ser, aun hablando en términos de tiempo cerebral —un

tiempo que se mide en milisegundos—, sumamente veloz. Esta valoración de la

necesidad de actuar debe ser automática y tan rápida que ni siquiera entre en la

conciencia vigía. Esta versión rápida y tosca de respuesta emocional tiene lugar

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!