21.12.2022 Views

La Inteligencia Emocional - Daniel Goleman

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

presentaban y a graves síntomas de anorexia y bulimia. Cuanto may or era la

gravedad del trastorno, más desbordantes eran los sentimientos negativos con que

las chicas reaccionaban a los contratiempos, dificultades y problemas que la vida

les presentaba y menor era también su conciencia de sus verdaderos

sentimientos.

La combinación de estas dos tendencias emocionales con el rechazo hacia el

propio cuerpo, daba como resultado la anorexia o la bulimia. Esa investigación

también descubrió que los padres autoritarios no desempeñan un papel decisivo

en la etiología de los trastornos de la conducta alimentaria. Como la misma Bruch

había advertido, las teorías explicativas basadas en la percepción o comprensión

a posteriori (como, por ejemplo, que los padres pueden llegar fácilmente a ser

posesivos como respuesta a sus desesperados intentos por controlar a una hija que

padece un trastorno alimenticio) son probablemente inadecuadas. Las

explicaciones más populares, como el miedo a la sexualidad, el inicio precoz de

la pubertad o la baja autoestima también demostraron carecer de todo

fundamento.

Esta investigación demostró que el principal desencadenante de este trastorno

radica en una sociedad obsesionada por un modelo ideal de belleza

antinaturalmente delgado. Mucho antes del inicio de la adolescencia, las chicas

y a comienzan a conceder importancia a su peso. Por ejemplo, una niña de seis

años rompió a llorar cuando su madre le dijo que el bañador la hacía parecer

gorda cuando, en opinión del pediatra que presenta el caso, el peso de la niña era

normal para su estatura. Un estudio realizado con adolescentes descubrió que el

50% de ellas creían que estaban demasiado gruesas, a pesar de que la inmensa

mayoría tenía un peso completamente normal. No obstante, el estudio de

Minneapolis también demostró que la obsesión por el peso no basta para explicar

por qué ciertas chicas desarrollan este tipo de problemas alimenticios.

Muchas personas obesas son incapaces de expresar la diferencia que existe

entre tener miedo, estar hambriento o sentirse enfadado e interpretan

confusamente todos estos sentimientos como si estuvieran relacionados con el

hambre, una situación que las lleva a comer compulsivamente cada vez que se

sienten preocupadas. Y algo similar parece estar ocurriéndoles a las muchachas

que padecen trastornos de la conducta alimentaria. Gloria Leon, la psicóloga de

la Universivad de Minnesota que llevó a cabo este estudio, observó que: « estas

muchachas manifiestan una conciencia muy pobre de sus sentimientos y de los

mensajes de su cuerpo, lo cual constituy e un predictor claro de que, en el curso

de los dos años posteriores, desarrollarán alguno de estos desórdenes. La may oría

de los niños aprenden a disíinguir entre sus sensaciones y son capaces de

discernir si están aburridos, enfadados, deprimidos o hambrientos, una habilidad

que forma parte del aprendizaje emocional básico. Pero estas muchachas tienen

dificultades para saber qué es lo que realmente sienten. De este modo, cuando,

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!