09.05.2013 Views

Tres tistres tigres - Diario de un chico trabajador

Tres tistres tigres - Diario de un chico trabajador

Tres tistres tigres - Diario de un chico trabajador

SHOW MORE
SHOW LESS

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

y el semáforo en ver<strong>de</strong> (camaleón <strong>de</strong>l tránsito, misericordia es tu color, no<br />

esperanza) no me <strong>de</strong>ja seguir hablando pues subo todavía por 25 y me cago<br />

en alta voz en mi existencia porque por hablar poco y pensar mucho en<br />

hablar poco he seguido por esta calle que atravesará la Escuela <strong>de</strong> Medicina<br />

y con la i<strong>de</strong>a <strong>de</strong> tanto muerto almacenado j<strong>un</strong>to a la verja <strong>de</strong> hierro, conservados<br />

en la espantosa posteridad <strong>de</strong>l formol, acelero. Qué te parece<br />

vuelve a preg<strong>un</strong>tar Silvestre ya llegando a la Avenida <strong>de</strong> los Presi<strong>de</strong>ntes ella<br />

realmente? don<strong>de</strong> me siento mejor, no en la preg<strong>un</strong>ta, sino corriendo por<br />

entre los jardines <strong>de</strong> <strong>un</strong>a <strong>de</strong> mis calles preferidas. Tengo que contestarle o si<br />

no va a seguir preg<strong>un</strong>tando toda la maldita noche comiendo conmigo, en el<br />

cine, luego en 12 y 23 tomando <strong>un</strong> refresco o <strong>un</strong> café mientras vemos pasar<br />

las últimas mujeres populares rumbo a la cama <strong>de</strong> cada <strong>un</strong>a y no, ay, a las<br />

nuestras, antes <strong>de</strong> <strong>de</strong>jarlo en su casa y yo irme a dormir o a leer hasta la<br />

mañana o a llamar por teléfono a quien salga a hablar conmigo <strong>de</strong> mi tema<br />

para la madrugada <strong>de</strong> hoy, la Teoría Cuéntica —es <strong>de</strong>cir, tendré que<br />

sentirme cogido entre las tenazas <strong>de</strong> su interrogación toda la noche. Así que<br />

mejor contestarle ahora y que luego Elia Kazan en Al Este <strong>de</strong>l Edén con sus<br />

preocupaciones socio-metafísicas en glorioso color DeLuxe lo entretenga y<br />

lo conmueva y lo preocupe con otro m<strong>un</strong>do que es más real para él que este<br />

pedazo <strong>de</strong> selva que acabamos <strong>de</strong> atravesar sin <strong>un</strong> rasguño, aparente. Eres<br />

ingenuo le digo por mi madre sagrada que eres <strong>un</strong> ingenuo.<br />

II<br />

Como el elevador no f<strong>un</strong>cionaba, di media vuelta para irme, pero<br />

finalmente <strong>de</strong>cidí subir por la escalera. Ahora, hace <strong>un</strong> momento, en la duda<br />

que enfrentaba la calle al fondo (y dije al fondo) como <strong>un</strong>a luceta radiante,<br />

mirando al largo pasillo que era más bien <strong>un</strong> túnel, supe que estaba en <strong>un</strong>a<br />

<strong>de</strong> las minas <strong>de</strong> carbón más prof<strong>un</strong>das y oscuras y torcidas <strong>de</strong>l m<strong>un</strong>do, con<br />

tres, más bien dos vetas a explo tar: <strong>un</strong>a agotada (el elevador) y dos todavía<br />

con recursos (el callejón <strong>de</strong> atrás y gritar a su ventana, y el cajón <strong>de</strong> la escalera)<br />

y la posibilidad <strong>de</strong> las vacaciones <strong>de</strong>l aire, <strong>de</strong> la tar<strong>de</strong>, la claraboya<br />

<strong>de</strong> la vida: <strong>un</strong> libre albedrío ajeno y distante porque había escogido venir.<br />

Había también la libertad <strong>de</strong>l azar en la forma <strong>de</strong> <strong>un</strong> posible escape <strong>de</strong> grisú<br />

melancólico. ¿Por qué había venido? De algún lado, <strong>de</strong> abajo, quizás<br />

(a<strong>un</strong>que <strong>de</strong>bajo no <strong>de</strong>bía quedar otro recinto que lo que Julio Averno<br />

llamaba el salón <strong>de</strong>l viento fenomenal) llegaron <strong>un</strong>os ruidos que no podían<br />

ser <strong>un</strong>a respuesta, porque eran martillazos bien claros. Arreglaban el

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!