09.05.2013 Views

Tres tistres tigres - Diario de un chico trabajador

Tres tistres tigres - Diario de un chico trabajador

Tres tistres tigres - Diario de un chico trabajador

SHOW MORE
SHOW LESS

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

fascinante, y lo único que me asombró fue que la letra engordó.<br />

—¿Cómo?<br />

—Sí, era <strong>un</strong> bolígrafo, <strong>de</strong> los antiguos y el papel muy poroso y la letra<br />

se hinchó y casi no se podía leer lo que escribí.<br />

—Justicia poética —dijo Cué y arrancó y pasando lentamente j<strong>un</strong>to al<br />

parque viendo a la loca sentada en su banco, la miré bien.<br />

—No es ella —dije.<br />

—¿Qué?<br />

—Que no es ella. Es otra.<br />

Me miró como diciendo, ¿Tú estás seguro?<br />

—Sí, sí. Es otra mujer. Aquélla era mulata, pero parecía china.<br />

—Ésta también es mulata.<br />

—Sí, pero más negra. No es aquélla.<br />

—Si tú lo dices.<br />

—Sí. Te lo aseguro. Si quieres me bajo a ver.<br />

—No, ¿para qué? Tú eres quien la conocías, no yo.<br />

—Definitivamente no es ella.<br />

—A lo mejor no está loca tampoco.<br />

—A lo mejor. A lo mejor es <strong>un</strong>a pobre mujer que vino a coger fresco.<br />

—O a coger sol.<br />

—A estar cerca <strong>de</strong>l mar.<br />

—Ésas son las coinci<strong>de</strong>ncias que me gustan —dijo Cué.<br />

Seguimos y al pasar frente al anfiteatro sugirió que fuéramos a tomar<br />

algo al bar Lucero.<br />

—Hace tiempo que no vengo —dijo.<br />

—Yo también. Ya me había olvidado cómo era. Pedimos cerveza y<br />

saladitos.<br />

—Es curioso —dijo Cué— cómo cambia el m<strong>un</strong>do <strong>de</strong> eje.<br />

—¿Por qué?<br />

—Hace tiempo que éste era el centro <strong>de</strong> La Habana nocturna y diurna.<br />

El anfiteatro, esta parte <strong>de</strong>l Malecón, los parques <strong>de</strong> la Fuerza al Prado, la<br />

avenida <strong>de</strong> las Misiones.<br />

—Era como si La Habana se acercara otra vez a los tiempos <strong>de</strong> Cecilia<br />

Valdés.<br />

—No, no es eso. Era que éste era el centro, sin más explicaciones.<br />

Después lo fue el Prado, como antes <strong>de</strong>bió serlo la Plaza <strong>de</strong> la Catedral o la<br />

Plaza Vieja o el Ay<strong>un</strong>tamiento. Con los años subió hasta Galiano y San<br />

Rafael y Nept<strong>un</strong>o y ahora está ya en La Rampa. Me preg<strong>un</strong>to a dón<strong>de</strong> irá a<br />

parar este centro ambulante que, cosa curiosa, se <strong>de</strong>splaza, como la ciudad y

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!