09.05.2013 Views

Tres tistres tigres - Diario de un chico trabajador

Tres tistres tigres - Diario de un chico trabajador

Tres tistres tigres - Diario de un chico trabajador

SHOW MORE
SHOW LESS

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

sagrado para ti? Have you no honor?<br />

«The best lack all convictions», le dije citando y no me <strong>de</strong>jó siquiera<br />

<strong>de</strong>cir, «While the worst are full of passionate intensity», porque me corrigió:<br />

—The Beast lacks all convictions, while the words are full of passive<br />

insanity. ¿A ti te gusta The Second Coming?<br />

—Sí —le dije, creyendo que hablaba <strong>de</strong> Yeats— es <strong>un</strong> gran poema.<br />

Things fall apart, the center cannot hold...<br />

—Prefiero la tercera.<br />

—¿La tercera qué?<br />

—La tercera venida. The Third Coming.<br />

Salió corriendo, metafóricamente, hacia la máquina. En mi pueblo,<br />

cuando niño, <strong>de</strong>cían a momentos como éstos, <strong>de</strong>sbocados, Se soltó la<br />

metáfora. ¿Retórica <strong>de</strong> las naciones?<br />

XV<br />

El aire se levantaba, malva y todo se volvía púrpura violeta magenta<br />

azulmarino y negro y Arturio Gordon Cué encendió las luces y cortó el<br />

viento <strong>de</strong> frente en ban das oscuras que pegaron contra el parque y los<br />

jardines y las casas veloces, y rebotaron nítidas las franjas ultravioletas y<br />

corrieron j<strong>un</strong>to al carro y quedaron <strong>de</strong>trás haciendo la noche a nuestra<br />

espalda, y porque íbamos hacia el oriente el crepúsculo no era más que <strong>un</strong><br />

temblor azul más claro, atrás, sobre el horizonte y la barra <strong>de</strong> nubes también<br />

negras, no sólo porque el sol cayó realmente al mar, sino porque<br />

viajábamos, acelerábamos hacia la ciudad y bajo los árboles <strong>de</strong>l Biltmore y<br />

<strong>de</strong>jábamos el camino <strong>de</strong> Santa Fe, el oeste, a sesenta, a ochenta, a cien y el<br />

pie <strong>de</strong> Cué, ávido, buscaba hacer <strong>de</strong> la ruta <strong>un</strong> abismo por la velocidad, que<br />

era ya <strong>un</strong>a aceleración, caída libre. Seguía corriendo, viajando en su<br />

precipicio horizontal.<br />

—¿Tú sabes lo que estás haciendo? —le preg<strong>un</strong>té.<br />

—Regresar.<br />

—No, mi viejo, es otra cosa. Quieres convertir la calle en <strong>un</strong>a cinta <strong>de</strong><br />

Moebius.<br />

—Explícate, por favor. Yo no terminé el bachillerato, como sabes.<br />

—Pero tú sabes lo que es la cinta <strong>de</strong> Moebius.<br />

—Vagarosamente.<br />

—Entonces sabes que quieres continuar la carrera hasta encontrar no<br />

La Habana, sino la cuarta dimensión, que quisieras que quieres que la calle,

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!