09.05.2013 Views

Tres tistres tigres - Diario de un chico trabajador

Tres tistres tigres - Diario de un chico trabajador

Tres tistres tigres - Diario de un chico trabajador

SHOW MORE
SHOW LESS

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

lleno porque era viernes y día <strong>de</strong> estreno, pero conseguí <strong>un</strong>a buena mesa.<br />

Fui con Irenita que quería siempre visitar la fama a<strong>un</strong>que fuera por el<br />

camino <strong>de</strong>l odio y nos sentamos y esperamos el momento estelar en que La<br />

Estrella subiría al zenit musical que era el escenario y me entretuve mirando<br />

alre<strong>de</strong>dor y viendo las mujeres vestidas <strong>de</strong> raso y los hombres que tenían<br />

cara <strong>de</strong> usar calzoncillos y las viejas que <strong>de</strong>bían volverse locas por <strong>un</strong> ramo<br />

<strong>de</strong> flores <strong>de</strong> nylon. Hubo <strong>un</strong> redoble <strong>de</strong> tambores y el locutor tuvo el gusto<br />

<strong>de</strong> presentar a la selecta concurrencia el <strong>de</strong>scubrimiento <strong>de</strong>l siglo, la<br />

cantante cubana más genial <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> Rita Montaner, la única cantante <strong>de</strong>l<br />

m<strong>un</strong>do capaz <strong>de</strong> compararse a las gran<strong>de</strong>s entre las gran<strong>de</strong>s <strong>de</strong> la canción<br />

internacional como Ella Fitzgerald y Katyna Ranieri y Libertad Lamarque,<br />

que es <strong>un</strong>a ensalada para todos los gustos, pero buena para indigestarse. Se<br />

apagaron las luces y <strong>un</strong> reflector antiaéreo hizo <strong>un</strong> hoyo blanco contra el<br />

telón malva <strong>de</strong>l fondo y por entre sus pliegues <strong>un</strong>a mano morcilluda buscó<br />

la hendija <strong>de</strong> la entrada y <strong>de</strong>trás <strong>de</strong> ella salió <strong>un</strong> muslo con la forma <strong>de</strong> <strong>un</strong><br />

brazo y al final <strong>de</strong>l brazo llegaba La Estrella con <strong>un</strong> prieto micrófono <strong>de</strong><br />

solapa en la mano que se perdía como <strong>un</strong> <strong>de</strong>do <strong>de</strong> metal entre sus <strong>de</strong>dos <strong>de</strong><br />

grasa y salió entera por fin: cantando Noche <strong>de</strong> ronda y mientras avanzaba<br />

se veía <strong>un</strong>a mesita redonda y negra y chiquita con <strong>un</strong>a sillita al lado y La<br />

Estrella caminaba hacia aquella sugerencia <strong>de</strong> café cantante dando traspiés<br />

en <strong>un</strong> vestido largo y plateado y traía su pelo <strong>de</strong> negra convertido en <strong>un</strong><br />

peinado que la Pompadour encontraría excesivo y llegó y se sentó y por<br />

poco silla y mesa y La Estrella van a dar todos al suelo, pero siguió<br />

cantando como si nada, ahogando la orquesta, recuperando a veces sus<br />

sonidos <strong>de</strong> antes y llenando con su voz increíble todo aquel gran salón y por<br />

<strong>un</strong> momento me olvidé <strong>de</strong> su maquillaje extraño, <strong>de</strong> su cara que se veía no<br />

ya fea sino grotesca allá arriba: morada, con los gran<strong>de</strong>s labios pintados <strong>de</strong><br />

rojo escarlata y las mismas cejas <strong>de</strong>piladas y pintadas rectas y finas que la<br />

oscuridad <strong>de</strong> Las Vegas siempre disimuló. Pensé que Alex Bayer <strong>de</strong>bía estar<br />

gozando dos veces en aquel gran momento y me quedé hasta que terminó,<br />

por solidaridad y curiosidad y pena. Por supuesto no gustó a<strong>un</strong>que había <strong>un</strong>a<br />

claque que aplaudía a rabiar y pensé que eran mitad amigos <strong>de</strong> ella y la otra<br />

mitad la pandilla <strong>de</strong>l hotel y gente pagada o que entraba gratis.<br />

Cuando se acabó el show fuimos a saludarla y, por supuesto, no <strong>de</strong>jó<br />

entrar a la Irenita en su camerino que tenía <strong>un</strong>a gran estrella afuera pintada<br />

<strong>de</strong> plata y con los bor<strong>de</strong>s embarrados <strong>de</strong> cola: lo sé muy bien porque me la<br />

aprendí <strong>de</strong> memoria mientras esperaba que La Estrella me recibiera el<br />

último. Entré y tenía el camerino lleno <strong>de</strong> flores y <strong>de</strong> esa mariconería <strong>de</strong> los<br />

cinco continentes y los siete mares que es la clientela <strong>de</strong>l San Michel y dos

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!