09.05.2013 Views

Tres tistres tigres - Diario de un chico trabajador

Tres tistres tigres - Diario de un chico trabajador

Tres tistres tigres - Diario de un chico trabajador

SHOW MORE
SHOW LESS

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

que íbamos a ir a la playa la criada me dijo que no había nadie en la casa ni<br />

el caballero ni la señora ni Bustrófedon porque a él lo habían ingresado por<br />

la madrugada, me dijo Silvestre, así, sin <strong>un</strong>a sola coma. ¿Y la criada te dijo<br />

Bustrófedon? fue mi preg<strong>un</strong>ta estúpida <strong>de</strong> esa mañana con sueño, cruda y<br />

cansancio y él me respondió, No hombre no qué carajo me dijo su nombre<br />

pero era bien Bustrófedon. Y qué te dijeron que tenía, dije yo caminando<br />

para la cocina a tomarme <strong>un</strong> vaso <strong>de</strong>l agua <strong>de</strong> oasis en el <strong>de</strong>sierto temprano<br />

<strong>de</strong> los bebedores, la leche. No sé, dijo Silvestre, no creo que sea malo pero<br />

tampoco que sea nada bueno. Los síntomas no me gustaron, pue<strong>de</strong> que fuera<br />

<strong>un</strong> aneurisma cerebral o <strong>un</strong> embolismo, no sé, y yo me reía antes <strong>de</strong> que él<br />

dijera no sé. ¿De qué coño te ríes? me dijo Silvestre. De que tú eres <strong>un</strong> gran<br />

clínico, viejito, le dije. ¿Por qué? me gritó y vi que estaba bravo. Por nada,<br />

por nada. ¿Tú crees también que yo soy <strong>un</strong> hipocondriaco? me dijo y le dije<br />

que no, que lo que me daba risa eran los nombres, el diagnóstico rápido y su<br />

seguridad científica. Se sonrió, pero no dijo nada y me salvé <strong>de</strong> su cuento <strong>de</strong><br />

que empezó o iba a empezar a estudiar medicina cuando fue con <strong>un</strong> amigo<br />

<strong>de</strong>l bachillerato a la facultad, a la sala <strong>de</strong> disección y vio los cadáveres y<br />

sintió el olor <strong>de</strong>l formol y la carne muerta y oyó cómo crujían los huesos<br />

que partía <strong>un</strong> profesor con <strong>un</strong>a sierra o qué sé yo. Lo invité a tomar leche y<br />

me dijo que ya había <strong>de</strong>say<strong>un</strong>ado y <strong>de</strong>l <strong>de</strong>say<strong>un</strong>o saltamos a lo que le<br />

prece<strong>de</strong>, que no es el ay<strong>un</strong>o sino la noche anterior.<br />

¿Qué te hiciste anoche? me preg<strong>un</strong>tó y no he visto gente para hacer<br />

más preg<strong>un</strong>tas que Silvestre: su apodo podía ser Por qué. Salí, le dije, me fui<br />

a dar <strong>un</strong>a vuelta. ¿Por dón<strong>de</strong>? Por ahí, le dije. ¿Tú estás seguro? Cómo no<br />

iba a estar seguro si era yo el que estaba <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> mi ropa, le dije. Ah, me<br />

dijo, con sonido <strong>de</strong> sabiduría, qué interesante. No quise preg<strong>un</strong>tarle nada y<br />

él aprovechó para preg<strong>un</strong>tarme a mí, ¿A que no sabes lo que pasó anoche?<br />

¿Aquí?, le dije, tratando <strong>de</strong> no preg<strong>un</strong>tarle. No, aquí no, me dijo. En la calle.<br />

De aquí nos fuimos los últimos, creo. Sí los últimos porque Sebastián<br />

Morán se fue antes <strong>de</strong> que tú volvieras con La Estrella que tenía show (me<br />

pareció oír <strong>un</strong> retintín en su voz) y luego se fueron Gianni y Franemilio y<br />

nos quedamos Eribó y Cué y Bustrófedon hablando, gritando por encima <strong>de</strong><br />

los ronquidos <strong>de</strong> La Estrella y Eribó y Cué y Piloto y Vera se fueron j<strong>un</strong>tos<br />

y Bustrófedon y yo nos llevamos a Ingrid y a Edith y Rine se había ido antes<br />

con Jesse y Juan Blanco, creo, no sé bien. Bueno el cuento es que yo cerré<br />

aquí y Bustro y yo nos llevamos a Ingrid y Edith y nos íbamos a ir al Chori<br />

y Bustro estuvo como n<strong>un</strong>ca, había que oírlo y <strong>de</strong>l otro lado <strong>de</strong>l río cuando<br />

se sintió mal y tuvimos que volver para atrás, y Edith se quedó finalmente<br />

en su casa, me dijo.

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!