09.05.2013 Views

Tres tistres tigres - Diario de un chico trabajador

Tres tistres tigres - Diario de un chico trabajador

Tres tistres tigres - Diario de un chico trabajador

SHOW MORE
SHOW LESS

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

vino <strong>un</strong>a noche al Capri con Arsenió Cué y Silvestre, mi amigo. Yo no<br />

conocía a Cué más que <strong>de</strong> nombre y eso ligeramente, pero Silvestre fue<br />

compañero mío en el bachillerato, hasta cuarto año cuando lo <strong>de</strong>jé para<br />

estudiar dibujo en San Alejandro, creyendo entonces que me iba a tener que<br />

cambiar <strong>de</strong> nombre para Rafael o Miguel Ángel o Leonardo y que la<br />

Enciclopedia Espasa le iba a <strong>de</strong>dicar <strong>un</strong> tomo a mi pintura. Cué me presentó<br />

a su novia o a su pareja, primero, que era <strong>un</strong>a rubita <strong>de</strong>lgada y larga y sin<br />

senos, pero muy atractiva y que se veía que lo sabía, me presentó a Vivian y<br />

finalmente me presentó a mí a ellas. Fino el hombre, teatralmente así. Las<br />

presentaciones las hizo en inglés y para mostrar que era contemporáneo <strong>de</strong><br />

la ONU se puso a hablar en francés con su novia o marinovia, o lo que<br />

fuera. Esperé que cambiara para alemán o ruso o italiano a la menor<br />

provocación, pero no lo hizo. Siguió hablando francés o inglés o los dos<br />

idiomas al mismo tiempo. Estábamos (todos los parroquianos) haciendo<br />

bastante ruido y el show seguía andando, pero Cué hablaba su inglés y su<br />

francés por encima <strong>de</strong> la música y por encima <strong>de</strong> la voz humana cantando y<br />

por encima <strong>de</strong> ese ruido entre fiestas <strong>de</strong> quince y banquete y barra que hay<br />

en los cabarés. Ellos dos parecían muy preocupados en <strong>de</strong>mostrar que<br />

podían hablar franglés y besarse al mismo tiempo. Silvestre miraba el show<br />

(más bien las bailarinas <strong>de</strong>l show todas llenas <strong>de</strong> piernas y <strong>de</strong> muslos y <strong>de</strong><br />

senos) como si lo viera por primera vez en su vida. La fruta <strong>de</strong>l mercado<br />

ajeno. (De nuevo B.) Olvidaba esta real belleza <strong>de</strong> al lado por el espejismo<br />

<strong>de</strong> la belleza en el escenario. Como yo me sabía esas caras y esos cuerpos y<br />

esos gestos como se sabe la anatomía Vesalio y como soy <strong>un</strong> correoso<br />

beduino <strong>de</strong> este <strong>de</strong>sierto <strong>de</strong>l sexo, me quedé en el oasis, <strong>de</strong>dicándome a mirar<br />

a Vivian, que estaba frente a mí. Ella miraba el show, pero bien<br />

educadita la niña, se las arreglaba para no darme la espalda y vio que yo la<br />

miraba (tenía que verlo porque yo casi tocaba su blanca piel vestida, con<br />

mis ojos) y se viró para hablarme.<br />

—¿Cómo me dijo que se llamaba? No oí su nombre.<br />

—Eso pasa siempre.<br />

—Sí, las presentaciones son como los pésames, murmullos sociales.<br />

Le iba a <strong>de</strong>cir que no, que eso siempre me pasa a mí, pero me gustó su<br />

inteligencia y más que esto, su voz, que era suave y mimada y<br />

agradablemente baja.<br />

—José Pérez es mi nombre, pero mis amigos me dicen Vincent.<br />

No pareció enten<strong>de</strong>r, sino que se extrañó. Tanto que me dio pena. Le<br />

expliqué que era <strong>un</strong>a broma, que era la parodia <strong>de</strong> <strong>un</strong>a parodia, que era <strong>un</strong><br />

diálogo <strong>de</strong> Vincent van Douglas en Sed <strong>de</strong> Vivir. Me dijo que no la había

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!