09.05.2013 Views

Tres tistres tigres - Diario de un chico trabajador

Tres tistres tigres - Diario de un chico trabajador

Tres tistres tigres - Diario de un chico trabajador

SHOW MORE
SHOW LESS

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

an, Número Uno, Unam<strong>un</strong>o. Salve. Yo, el Dos, el Yang <strong>de</strong> tu Ying, Eng <strong>de</strong><br />

tu Chan, el Gran Paso, el Discípulo, el Plural, Number Two, Second<br />

Banana, Dos Passos, el 2, te saludo, ya que voy a morir. Pero no quiero<br />

morir solo. Sigamos siendo, como dijo el iluminado Códac, los gemelos, los<br />

Jimaguas ñáñigos <strong>de</strong> Eribó, dos amigos y ven conmigo.<br />

¿Qué quieren? Soy suceptible al halago. A<strong>de</strong>más, Cué no redujo la<br />

velocidad n<strong>un</strong>ca, como siempre. No me iba a tirar.<br />

—Bien, voy contigo. Si me prometes que vamos <strong>de</strong>spacio.<br />

—Da, padrecito. ¿A cuántas verstas por hora? Cogimos aire <strong>de</strong> paseo<br />

y regresamos en la volanta <strong>de</strong> Cué al Vedado. Le señalé el horizonte.<br />

—Hubiera sido <strong>un</strong> backgro<strong>un</strong>d Universal Pictures para mi diálogo con<br />

Prieta Dubois.<br />

Había <strong>un</strong>a tormenta sobre el horizonte. Le pedí que parqueara y la<br />

viéramos bien. Valía la pena y no costaba nada. A Rine le encantaría,<br />

a<strong>un</strong>que le teme a los elementos. Había cincuenta, cien rayos por minuto,<br />

pero no se oían los truenos, cuando más, a veces, que no pasaban máquinas,<br />

<strong>un</strong> rumor apagado. Un timbal lejano tocado con baqueta, dijo Héctor Berlioz<br />

Cué. (Me reí, pero no le dije <strong>de</strong> qué.) Los rayos volaban <strong>de</strong>l mar al cielo y al<br />

revés, en bolas rojas, en flechas <strong>de</strong> azogue, en rayas blancas, en raíces<br />

voladoras blancas azules cegadoras y <strong>de</strong> cuando en cuando todo el cielo se<br />

alumbraba por dos o tres seg<strong>un</strong>dos y quedaba oscuro y enseguida <strong>un</strong>a<br />

centella sola corría paralela al horizonte hasta que se apagaba o bajaba al<br />

mar y hacía <strong>un</strong>a burbuja <strong>de</strong> luz en las aguas, que estaban quietas y recibían<br />

la tempestad con la indiferencia que podían reflejar, <strong>de</strong> este lado, las luces<br />

<strong>de</strong>l puerto. Ahora otra tempestad a la izquierda le servía <strong>de</strong> espejo al cielo y<br />

al mar. Vi otra tempestad y otra y otra más. Había cinco tempesta<strong>de</strong>s<br />

diferentes en el horizonte.<br />

—Tremenda celebración <strong>de</strong> algún 4 <strong>de</strong> julio olvidado —dijo Cué.<br />

—Es la Onda <strong>de</strong>l Este.<br />

—¿Qué?<br />

—Se llama la Onda <strong>de</strong>l Este.<br />

—¿Las tormentas tienen nombres ahora, como los ciclones? Es la<br />

manía adámica. Muy pronto nombrarán a cada nube.<br />

Me reí.<br />

—No. Es <strong>un</strong> meteoro que viene <strong>de</strong>s<strong>de</strong> oriente por toda la costa y se<br />

pier<strong>de</strong> en la corriente o en el golfo. —¿De dón<strong>de</strong> carajo sacas esa<br />

información?<br />

—¿Tú no lees los periódicos?<br />

—Nada más que los cintillos. Dentro <strong>de</strong> mí hay <strong>un</strong> analfabeto o <strong>un</strong>

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!