el matrimonio eterno: manual para el alumno - The Church of Jesus
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DIFERENCIAS ENTRE<br />
LA NATURALEZA DEL<br />
HOMBRE Y DE LA<br />
MUJER<br />
Algunas funciones se adaptan<br />
mejor a la naturaleza d<strong>el</strong> hombre;<br />
otras, a la… femenina.<br />
—Élder Boyd K. Packer<br />
ENSEÑANZAS SELECCIONADAS<br />
Presidente Harold B. Lee<br />
“Según mis propias experiencias, parece ser que las<br />
madres fi<strong>el</strong>es tienen un don especial al que solemos<br />
llamar intuición de madre. Tal vez junto con la gran<br />
bendición de la maternidad, nuestro Padre C<strong>el</strong>estial<br />
las ha investido con esa cualidad, puesto que los<br />
padres se encuentran ocupados con los llamamientos<br />
d<strong>el</strong> sacerdocio y con <strong>el</strong> trabajo que supone<br />
ganarse la vida, y es así que nunca se acercan tanto<br />
a los seres c<strong>el</strong>estiales en lo que concierne a los detalles<br />
más íntimos d<strong>el</strong> criar a los hijos en <strong>el</strong> hogar”<br />
(Teachings <strong>of</strong> Harold B. Lee, pág. 291).<br />
Presidente Spencer W. Kimball<br />
“…en su sabiduría y misericordia, nuestro Padre ha<br />
hecho al hombre y a la mujer dependientes uno d<strong>el</strong><br />
otro, a fin de que cada uno pueda desarrollar plenamente<br />
su potencial. Debido a las diferencias en su<br />
naturaleza, pueden complementarse mutuamente;<br />
a causa de las similitudes en su naturaleza, pueden<br />
comprenderse. No se envidien <strong>el</strong> uno al otro<br />
debido a sus diferencias; que ambos puedan discernir<br />
entre lo que es superficial y lo que es intrínseca<br />
y maravillosamente básico en dichas diferencias, y<br />
actúen de acuerdo [con <strong>el</strong>lo]…” (Liahona, marzo de<br />
1977, pág. 2).<br />
“Como hijos espirituales Suyos, todos gozábamos de<br />
igualdad, e iguales somos al recibir <strong>el</strong> amor perfecto<br />
que Dios nos tiene a cada uno…<br />
101<br />
“Sin embargo, dentro de los parámetros de esa<br />
segura igualdad, nuestras funciones y asignaciones<br />
difieren. Esas diferencias son eternas: a la mujer se<br />
le ha dado la enorme responsabilidad de la maternidad<br />
y la solidaridad entre mujeres, y al hombre la<br />
enorme responsabilidad de la paternidad y <strong>el</strong> sacerdocio”<br />
(véase Liahona, enero de 1980, pág. 168).<br />
Presidente Ezra Taft Benson<br />
“A ustedes [mujeres] no se las creó <strong>para</strong> ser lo<br />
mismo que <strong>el</strong> hombre. Tienen atributos naturales,<br />
afectos y personalidades que son completamente<br />
diferentes a los de los hombres, los cuales consisten<br />
en fid<strong>el</strong>idad, benevolencia, bondad y caridad. Estos<br />
les dan a ustedes la personalidad de una mujer, y<br />
también sirven <strong>para</strong> equilibrar la naturaleza más<br />
agresiva y competitiva d<strong>el</strong> hombre.<br />
“El mundo de los negocios es competitivo y, a<br />
veces, despiadado. No dudamos que las mujeres<br />
posean tanto la capacidad int<strong>el</strong>ectual como las habilidades<br />
—y en algunos casos sus habilidades son<br />
superiores— <strong>para</strong> competir con <strong>el</strong> hombre. Pero <strong>el</strong><br />
competir las lleva necesariamente a volverse agresivas<br />
y competitivas, de modo tal que sus atributos<br />
divinos se ven disminuidos a medida que empiezan<br />
a exhibir cualidades semejantes a las d<strong>el</strong> hombre”<br />
(Teachings <strong>of</strong> Ezra Taft Benson, págs. 547–548).<br />
Presidente Howard W. Hunter<br />
“Supongo que pueden argumentar que ha sido <strong>el</strong><br />
hombre <strong>el</strong> que ha impuesto <strong>el</strong> peso sobre la mujer<br />
de mantener la estabilidad y la dulzura d<strong>el</strong> <strong>matrimonio</strong>,<br />
mas en realidad ésa parece ser la naturaleza<br />
divina de la mujer. En la r<strong>el</strong>ación matrimonial, <strong>el</strong>la<br />
posee una espiritualidad superior y tiene la oportunidad<br />
de alentar, <strong>el</strong>evar, enseñar y ser la que da <strong>el</strong><br />
ejemplo de una vida justa en la familia. Cuando las<br />
mujeres lleguen a darse cuenta que es más importante<br />
ser superiores que ser iguales, hallarán <strong>el</strong> gozo<br />
verdadero que conlleva vivir los principios estipulados<br />
por <strong>el</strong> Señor en su divino plan” (Teachings <strong>of</strong><br />
Howard W. Hunter, pág. 139).<br />
“Parece extraño que las mujeres, como iguales al<br />
hombre, deseen ejercer pr<strong>of</strong>esiones, trabajar y entrar<br />
en sectores de la sociedad, deseando vestirse como él<br />
y desempeñar <strong>el</strong> trabajo de él. No niego <strong>el</strong> hecho de<br />
que las mujeres son capaces de hacerlo, pero al leer<br />
las Escrituras, me cuesta reconciliarlo con lo que <strong>el</strong><br />
Señor ha dicho respecto a las mujeres, con lo que ha<br />
dicho respecto a la familia, con lo que ha dicho<br />
E L M ATRIMONIO E TERNO: MANUAL P ARA E L A LUMNO