el matrimonio eterno: manual para el alumno - The Church of Jesus
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I NTIMIDAD FÍSICA EN EL MATRIMONIO<br />
“No existe principio más puro y santo que <strong>el</strong> afecto<br />
que se anida en <strong>el</strong> seno de un hombre virtuoso por<br />
su compañera…<br />
“El hecho es que Dios hizo al hombre, varón y hembra<br />
los creó, y plantó en su corazón esos sentimientos<br />
afectuosos cuyo objeto es <strong>el</strong> de cimentar su f<strong>el</strong>icidad<br />
y unión” (Writings <strong>of</strong> Parley Parker Pratt, págs. 52–53).<br />
La intimidad física se debe expresar sólo<br />
dentro d<strong>el</strong> <strong>matrimonio</strong><br />
Élder Boyd K. Packer<br />
Véase la cita que aparece en las páginas 217–221.<br />
Élder Dallin H. Oaks<br />
“A [Dios] le agrada la expresión de esos poderes procreadores,<br />
pero ha mandado que se confinen a la r<strong>el</strong>ación<br />
matrimonial” (Liahona, enero de 1994, pág. 86).<br />
Élder Richard G. Scott<br />
“Toda intimidad sexual fuera de los lazos d<strong>el</strong> <strong>matrimonio</strong>,<br />
o sea, todo contacto intencional con las partes<br />
sagradas e íntimas d<strong>el</strong> cuerpo de otra persona, ya<br />
sea vestido o sin ropa, es un pecado y está prohibido<br />
por Dios” (véase Liahona, enero de 1995, pág. 44).<br />
Los propósitos de la intimidad física<br />
Presidente Lorenzo Snow<br />
“Piensen en las promesas que a ustedes se les hacen<br />
en esa ceremonia tan hermosa y gloriosa mediante la<br />
cual se contrae <strong>el</strong> convenio matrimonial en <strong>el</strong> templo.<br />
Cuando dos Santos de los Últimos Días se unen en<br />
<strong>matrimonio</strong>, se pronuncian <strong>para</strong> <strong>el</strong>los promesas concernientes<br />
a su posteridad, promesas que se cumplen<br />
de eternidad en eternidad. Se les promete que tendrán<br />
<strong>el</strong> poder y derecho de gobernar, controlar y administrar<br />
la salvación, exaltación y gloria a su posteridad<br />
por siempre jamás. Y en cuanto a la progenie que no<br />
puedan tener aquí, indudablemente podrán tenerla<br />
más allá porque habrá oportunidades. ¿Qué más<br />
podría desear <strong>el</strong> hombre? ¡El varón y la mujer en la<br />
otra vida, con cuerpos c<strong>el</strong>estiales, libres de enfermedades<br />
y dolencias, glorificados y más hermosos de lo<br />
que las palabras puedan describir, <strong>para</strong>dos en medio<br />
de su posteridad, gobernándola y controlándola,<br />
administrando vida, exaltación y gloria por siempre<br />
jamás!” (Teachings <strong>of</strong> Lorenzo Snow, pág. 138).<br />
E L M ATRIMONIO E TERNO: MANUAL P ARA E L A LUMNO<br />
Presidente Spencer W. Kimball<br />
“Tal como una flor, <strong>el</strong> amor de ustedes habrá de ser<br />
cultivado y nutrido. Desarrollarán un gran amor y<br />
dependencia mutuos, pues <strong>el</strong> de ustedes es un amor<br />
divino, pr<strong>of</strong>undo, abundante y absoluto. No se trata<br />
de una asociación mundana, equivocadamente llamada<br />
amor, basada mayormente en una atracción<br />
física. Cuando un <strong>matrimonio</strong> se basa en ese tipo de<br />
r<strong>el</strong>ación únicamente, los cónyuges terminan por<br />
aburrirse <strong>el</strong> uno d<strong>el</strong> otro. Entonces viene la ruptura<br />
y <strong>el</strong> divorcio, y surge una nueva y más novedosa<br />
atracción con otro <strong>matrimonio</strong>, que a su vez podrá<br />
durar únicamente hasta que de nuevo la r<strong>el</strong>ación<br />
pierda <strong>el</strong> encanto de su frescura inicial. El amor d<strong>el</strong><br />
que habla <strong>el</strong> Señor no se basa únicamente en una<br />
atracción física, sino también en una atracción espiritual.<br />
Se centra en la fe, la confianza y la comprensión<br />
mutuas; es una vida de total reciprocidad; es<br />
un compañerismo caracterizado por los mismos ideales<br />
y normas. Consiste en <strong>el</strong> desprendimiento d<strong>el</strong><br />
egoísmo y en <strong>el</strong> sacrificio d<strong>el</strong> uno por <strong>el</strong> otro. Se<br />
caracteriza por la pureza de pensamientos y acciones<br />
y por <strong>el</strong> ejercicio de la fe en Dios y en lo que Él<br />
ha diseñado <strong>para</strong> nosotros. También consiste en la<br />
paternidad durante la vida terrenal, con miras hacia<br />
la divinidad y la creación, tanto como hacia la<br />
paternidad de espíritus. Es vasto, ilimitado, con<br />
capacidad de abarcarlo todo. Se trata d<strong>el</strong> tipo de<br />
amor que nunca se cansa ni desvanece. Vive y perdura<br />
en medio de la enfermedad y d<strong>el</strong> dolor, en<br />
medio de la prosperidad y de la pobreza, d<strong>el</strong> logro<br />
de grandes empresas y también de la decepción,<br />
extendiéndose por <strong>el</strong> tiempo y la eternidad” (Faith<br />
Precedes the Miracle, págs. 130–131).<br />
El uso inapropiado de la intimidad física<br />
Presidente David O. McKay<br />
“Enseñemos a los jóvenes que acuden a nosotros,<br />
en primer lugar a los hombres jóvenes de la Iglesia,<br />
<strong>para</strong> que sepan que la mujer debe ser dueña y<br />
señora de su propio cuerpo. El convenio matrimonial<br />
no le da al hombre <strong>el</strong> derecho de esclavizarla,<br />
abusar de <strong>el</strong>la o usarla con <strong>el</strong> fin de gratificar las<br />
pasiones de él. La ceremonia por la cual se contrae<br />
<strong>matrimonio</strong> no da tal derecho” (en Conference<br />
Report, abril de 1952, pág. 86).