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el matrimonio eterno: manual para el alumno - The Church of Jesus

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<strong>eterno</strong> por primera vez, de labios d<strong>el</strong> pr<strong>of</strong>eta, en<br />

Filad<strong>el</strong>fia. Reaccionó de un modo, según nos cuenta<br />

en su autobiografía, que nos puede resultar difícil de<br />

entender a quienes nos hemos criado con <strong>el</strong> anh<strong>el</strong>o<br />

de casarnos en <strong>el</strong> templo por <strong>el</strong> tiempo y la eternidad.<br />

Para <strong>el</strong> élder Pratt <strong>el</strong> concepto era completamente<br />

nuevo, y se sintió sobrecogido al escucharlo:<br />

“[José] me presentó por primera vez la idea de que<br />

existe la familia eterna y la unión eterna de los<br />

sexos en r<strong>el</strong>aciones indeciblemente enternecedoras,<br />

d<strong>el</strong> tipo que sólo saben apreciar quienes son muy<br />

int<strong>el</strong>ectuales, refinados y puros de corazón, r<strong>el</strong>aciones<br />

que forman parte de los cimientos de todo lo<br />

que abarca la f<strong>el</strong>icidad.<br />

“Hasta ese entonces, yo sólo sabía apreciar las r<strong>el</strong>aciones<br />

y los afectos que tenía <strong>para</strong> con mis parientes<br />

como algo que pertenecía únicamente a este estado<br />

mortal, como algo que debía ser depurado d<strong>el</strong> corazón<br />

a fin de ser digno d<strong>el</strong> estado c<strong>el</strong>estial.<br />

“José Smith fue quien me enseñó a valorar las preciadas<br />

r<strong>el</strong>aciones entre padres, entre marido y<br />

mujer, entre hermanos, entre padres e hijos.<br />

“De él aprendí que es posible asegurarme, por esta<br />

vida y toda la eternidad, la compañía de la esposa<br />

de mi corazón; que las simpatías y <strong>el</strong> cariño que nos<br />

atrajeron brotaron de la fuente d<strong>el</strong> divino amor<br />

<strong>eterno</strong>; y de él aprendí que podemos cultivar esos<br />

sentimientos y progresar y hacerlos crecer por toda<br />

la eternidad, y que <strong>el</strong> resultado de nuestra unión<br />

perpetua será una progenie tan numerosa como las<br />

estr<strong>el</strong>las d<strong>el</strong> ci<strong>el</strong>o o las arenas de la playa…<br />

“Yo había amado antes, pero no sabía <strong>el</strong> porqué.<br />

Mas entonces amé con una pureza e intensidad<br />

propias de sentimientos más nobles que <strong>el</strong>evaban<br />

mi alma por encima de todo lo bajo de este mundo<br />

sufrido y la engrandecían hasta los confines d<strong>el</strong><br />

océano. Sentí que Dios era en realidad mi Padre<br />

C<strong>el</strong>estial, que Jesús era mi hermano, y que la esposa<br />

de mi corazón era una compañera eterna e inmortal,<br />

un bondadoso áng<strong>el</strong> ministrante que se me<br />

había concedido <strong>para</strong> darme consu<strong>el</strong>o y una corona<br />

de gloria <strong>para</strong> siempre jamás. En resumen, me era<br />

posible amar con <strong>el</strong> espíritu y también con <strong>el</strong> entendimiento”<br />

(Autobiography <strong>of</strong> Parley P. Pratt, 1979,<br />

págs. 297–298).<br />

En todos los escritos de los Santos de los Últimos<br />

Días, no conozco ningún pasaje que sea más b<strong>el</strong>lo y<br />

poderoso que éste referente al potencial de lograr la<br />

realización y la f<strong>el</strong>icidad cuando emprendemos la<br />

A MOR 21<br />

vida matrimonial a la manera d<strong>el</strong> Señor. En su<br />

momento, todos los que sean dignos de tal compañerismo<br />

tendrán la oportunidad de él. Piensen en lo<br />

que significa poder amar “con <strong>el</strong> espíritu y también<br />

con <strong>el</strong> entendimiento”. Contemplen <strong>el</strong> poder de la<br />

idea de que en toda la tierra, los Santos de los Últimos<br />

Días somos los que más sabemos acerca d<strong>el</strong><br />

verdadero amor romántico y, consecuentemente,<br />

tenemos la mayor oportunidad de lograr que nuestros<br />

<strong>matrimonio</strong>s sean realmente f<strong>el</strong>ices y duraderos.<br />

¿Acaso no será grande <strong>el</strong> día en que como<br />

pueblo se nos conozca no sólo por tener familias<br />

grandes, sino también por tener <strong>matrimonio</strong>s verdaderamente<br />

excepcionales?<br />

¿Qué principios d<strong>el</strong> Evang<strong>el</strong>io nos permiten cortejarnos<br />

y, a la larga, lograr <strong>matrimonio</strong>s f<strong>el</strong>ices, duraderos<br />

y llenos de realización? Hablaré acerca de<br />

algunas verdades que me parecen las más esenciales,<br />

todas r<strong>el</strong>acionadas estrechamente con <strong>el</strong> Salvador,<br />

Sus enseñanzas y la función principal que Él desempeña<br />

en <strong>el</strong> plan de salvación. De hecho, si lo que<br />

nos interesa es convertirnos en dignos compañeros<br />

<strong>eterno</strong>s, primero nos debemos enfocar en convertirnos<br />

en firmes discípulos d<strong>el</strong> Maestro.<br />

Cultivemos nuestra capacidad de amar<br />

Las enseñanzas de Cristo dan a entender que al<br />

comenzar nuestra búsqueda de un compañero<br />

<strong>eterno</strong> debemos preocuparnos más por nuestra<br />

capacidad de dar amor que por nuestra necesidad<br />

de recibirlo. Juan escribió lo siguiente sobre <strong>el</strong><br />

Salvador: “Nosotros le amamos a él, porque él nos<br />

amó primero” (1 Juan 4:19).<br />

Es más, lo que nos puede hacer más dignos de ser<br />

amados es nuestra propia capacidad de amar. Cuanto<br />

mayor sea nuestra esencia personal y cuanto más<br />

amplias sean nuestras reservas mentales, emocionales<br />

y espirituales, mayor será nuestra capacidad de nutrir<br />

y amar a los demás, en particular a nuestro compañero.<br />

El presidente Marion G. Romney, miembro de la<br />

Primera Presidencia, presentó una interrogante que<br />

coloca en la perspectiva adecuada a nuestra facultad<br />

de amar a los demás: “¿Cómo podemos dar algo que<br />

no existe? Los alimentos <strong>para</strong> los hambrientos no<br />

pueden provenir de estantes vacíos; <strong>el</strong> dinero <strong>para</strong><br />

asistir a los necesitados no puede salir de bolsillos<br />

vacíos; <strong>el</strong> apoyo y la comprensión no pueden surgir<br />

de quien tiene escasez emocional; la enseñanza no<br />

puede ser impartida por quien nada sabe, y lo más<br />

importante de todo, la guía espiritual no puede prove-<br />

E L M ATRIMONIO E TERNO: MANUAL P ARA E L A LUMNO

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