el matrimonio eterno: manual para el alumno - The Church of Jesus
el matrimonio eterno: manual para el alumno - The Church of Jesus
el matrimonio eterno: manual para el alumno - The Church of Jesus
Create successful ePaper yourself
Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.
“Nunca castigues a una persona más allá de tu capacidad<br />
<strong>para</strong> amarla y ayudarla” (Discourses <strong>of</strong> Brigham<br />
Young, s<strong>el</strong>ecciones de John A. Widtsoe, 1954, pág.<br />
278). No obstante, la guía y la disciplina son indispensables<br />
en la crianza de los hijos. Si los padres no<br />
los disciplinan, la gente lo hará tal vez de un modo<br />
que no gustará a los padres. Sin disciplina, los hijos no<br />
respetarán las reglas d<strong>el</strong> hogar ni las de la sociedad.<br />
Uno de los propósitos principales de la disciplina es<br />
enseñar obediencia. El presidente David O. McKay<br />
dijo: “Si los padres no enseñan obediencia a sus hijos,<br />
la sociedad la exigirá y la obtendrá. Por lo tanto, es<br />
mejor que, con bondad y comprensión, la enseñanza<br />
se imparta en <strong>el</strong> hogar y no se deje librada a la brutal<br />
e indiferente disciplina que la sociedad les impondrá,<br />
al no haber los padres cumplido con esa obligación”<br />
(<strong>The</strong> Responsibility <strong>of</strong> Parents to <strong>The</strong>ir Children, pág. 3).<br />
El enseñar a los hijos a trabajar<br />
Una parte esencial de enseñarles a ser disciplinados<br />
y responsables es enseñarles a trabajar. A medida que<br />
maduramos, muchos somos como <strong>el</strong> hombre que<br />
dijo: “Me gusta <strong>el</strong> trabajo; me encanta. Puedo sentarme<br />
horas a contemplar a los que trabajan” (Jerome<br />
Klapka Jerome, en <strong>The</strong> International Dictionary <strong>of</strong><br />
Thoughts, compilación de John P. Bradley, Leo F.<br />
Dani<strong>el</strong>s y Thomas C. Jones, 1969, pág. 782). Repito,<br />
los mejores maestros que pueden enseñar <strong>el</strong> principio<br />
d<strong>el</strong> trabajo son los padres. En mi caso, <strong>el</strong> comenzar<br />
a trabajar junto a mi padre y abu<strong>el</strong>o, tíos y hermanos,<br />
me brindó una gran satisfacción. Estoy seguro de que<br />
más de una vez fui más un estorbo que una ayuda,<br />
pero los recuerdos que guardo de esa época son hermosos<br />
y las lecciones que aprendí fueron realmente<br />
valiosas. Es imperioso que los hijos aprendan responsabilidad<br />
e independencia. ¿Dedican tiempo los<br />
padres <strong>para</strong> demostrar y enseñar a sus hijos a fin de<br />
que éstos puedan, como lo enseñó Lehi, “actuar por<br />
sí mismos, y no <strong>para</strong> que se actúe sobre <strong>el</strong>los”<br />
(2 Nefi 2:26)?<br />
Luther Burbank, uno de los mejores horticultores<br />
d<strong>el</strong> mundo, dijo: “Si prestáramos a las plantas la<br />
misma atención que damos a nuestros hijos, <strong>el</strong><br />
mundo estaría cubierto por una s<strong>el</strong>va de hierbas”<br />
(en Elbert Hubbard’s Scrapbook, 1923, pág. 227).<br />
Desafíos especiales <strong>para</strong> los padres<br />
Los hijos también se benefician d<strong>el</strong> albedrío moral que<br />
nos brinda la oportunidad de progresar y desarrollarnos.<br />
Ese albedrío moral les da también a éstos la<br />
S ER PADRES: LA CREACIÓN DE UN HOGAR CENTRADO EN EL E VANGELIO 375<br />
oportunidad de escoger lo opuesto: <strong>el</strong> egoísmo,<br />
<strong>el</strong> derroche y la autodestrucción. Con frecuencia,<br />
los hijos manifiestan su albedrío moral desde<br />
muy pequeños.<br />
Aqu<strong>el</strong>los que han sido padres conscientes, amorosos<br />
y dedicados, y que han vivido de acuerdo con principios<br />
justos lo mejor que han podido, deben conformarse<br />
sabiendo que <strong>el</strong>los son buenos padres, a<br />
pesar d<strong>el</strong> mal comportamiento de alguno de sus<br />
hijos. Éstos a su vez tienen la responsabilidad de<br />
escuchar, obedecer y, si se les enseñó debidamente,<br />
aprender. Los padres no siempre son responsables<br />
de todo <strong>el</strong> mal comportamiento de los hijos, porque<br />
tampoco pueden asegurar su buen comportamiento.<br />
Hay hijos que pondrían a prueba la sabiduría de<br />
Salomón y la paciencia de Job.<br />
Con frecuencia los padres que se encuentran en una<br />
buena situación económica o los que son demasiado<br />
indulgentes tienen ciertos problemas especiales. En<br />
cierto sentido, algunos chicos en tales circunstancias<br />
ponen a sus padres en una situación difícil al negarse<br />
a cumplir con las normas de <strong>el</strong>los a menos que<br />
accedan a sus exigencias. El élder Neal A. Maxw<strong>el</strong>l<br />
dijo que “aqu<strong>el</strong>los que hacen demasiado por sus<br />
hijos pronto ven que no pueden hacer nada con<br />
<strong>el</strong>los. Cuando se les da demasiado, a la larga se les<br />
perjudica” (Ensign, mayo de 1975, pág. 101).<br />
Parecería que, por naturaleza, <strong>el</strong> ser humano no<br />
valora plenamente las cosas materiales que no ha<br />
ganado por sí mismo.<br />
Irónicamente, hay padres que desean que sus hijos<br />
tengan amigos y sean populares entre <strong>el</strong>los pero, al<br />
mismo tiempo, temen que cometan los mismos<br />
errores que sus compañeros.<br />
El ayudar a los hijos a hacer propios<br />
los valores<br />
En general, los jóvenes que han tomado la determinación<br />
de abstenerse de las drogas, <strong>el</strong> alcohol y <strong>el</strong><br />
sexo fuera d<strong>el</strong> <strong>matrimonio</strong> son los que han adoptado<br />
y aceptado en su totalidad los altos valores aprendidos<br />
en <strong>el</strong> hogar paterno. En los momentos en que<br />
tienen que tomar decisiones difíciles, es mucho más<br />
probable que sigan las enseñanzas de sus padres y<br />
no <strong>el</strong> mal ejemplo de sus compañeros o de la sutil<br />
influencia que ejercen los medios de comunicación<br />
que glorifican <strong>el</strong> consumo d<strong>el</strong> alcohol, <strong>el</strong> adulterio, la<br />
infid<strong>el</strong>idad, la deshonestidad y otros vicios. Son como<br />
los dos mil jóvenes guerreros de H<strong>el</strong>amán, cuyas<br />
“madres les habían enseñado que si no dudaban,<br />
E L M ATRIMONIO E TERNO: MANUAL P ARA E L A LUMNO