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el matrimonio eterno: manual para el alumno - The Church of Jesus

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<strong>el</strong> hombro sino un fuerte reproche. Lo que Moisés<br />

trajo d<strong>el</strong> Monte Sinaí no fueron ‘Las Diez<br />

Sugerencias’ (discurso pronunciado en la Universidad<br />

Duke, 10 de mayor de 1987).<br />

Piensen en <strong>el</strong>lo un momento. Lo que Moisés trajo<br />

fueron Diez Mandamientos, escritos por <strong>el</strong> dedo de<br />

Jehová en tablas de piedra <strong>para</strong> la salvación y la<br />

seguridad de los hijos de Isra<strong>el</strong> y <strong>para</strong> todas las<br />

generaciones que vendrían de <strong>el</strong>los.<br />

Son demasiados los hombres que, cada mañana,<br />

salen d<strong>el</strong> hogar donde se quedan sus esposas, y van<br />

al trabajo donde encuentran señoritas atractivamente<br />

vestidas, y se consideran <strong>el</strong>los mismos atractivos<br />

o irresistibles. Se quejan de que sus esposas no se<br />

ven tan lindas como hace veinte años cuando se<br />

casaron. A lo que yo respondería: ¿Quién podría<br />

verse linda después de vivir con ustedes durante<br />

veinte años?<br />

La tragedia de todo esto es que a algunos hombres<br />

los ciegan su propia insensatez y sus propias debilidades,<br />

y tiran al viento los convenios más sagrados y<br />

solemnes que tomaron sobre sí en La Casa d<strong>el</strong> Señor,<br />

habiendo sido s<strong>el</strong>lados por la autoridad d<strong>el</strong> santo<br />

sacerdocio. Abandonan a sus esposas que han sido<br />

fi<strong>el</strong>es, que los han querido y cuidado, que han<br />

luchado con <strong>el</strong>los en tiempos de pobreza, y las dejan<br />

a un lado en los tiempos de riqueza. Dejan a sus<br />

hijos huérfanos y evitan, con toda clase de artimañas,<br />

pagar lo que <strong>el</strong> tribunal les ha impuesto <strong>para</strong> <strong>el</strong><br />

sostenimiento de sus hijos.<br />

¿Sueno duro y negativo? Sí, así me he sentido después<br />

de haber visto caso tras caso durante un<br />

periodo considerable de tiempo. Pablo escribió:<br />

“porque si alguno no provee <strong>para</strong> los<br />

suyos, y mayormente <strong>para</strong> los de su<br />

casa, ha negado la fe, y es peor que un<br />

incrédulo” (1 Timoteo 5:8). En la<br />

misma epístola le dijo a Timoteo:<br />

“…Consérvate puro” (versículo 22).<br />

Me doy cuenta de que hay algunos<br />

casos en los que las condiciones d<strong>el</strong><br />

<strong>matrimonio</strong> son intolerables. Pero estos<br />

casos son una minoría y aun bajo esas<br />

circunstancias, cuando se ha contraído<br />

<strong>matrimonio</strong> y hay hijos de por medio,<br />

hay una responsabilidad, un compromiso<br />

y somos responsables ante Dios<br />

de proveer y cuidar de aqu<strong>el</strong>los por<br />

cuyas vidas <strong>el</strong> padre es responsable.<br />

…cuando se ha<br />

contraído<br />

<strong>matrimonio</strong> y hay<br />

hijos de por medio,<br />

hay una<br />

responsabilidad, un<br />

compromiso y<br />

somos responsables<br />

ante Dios de<br />

proveer por aqu<strong>el</strong>los<br />

por quienes <strong>el</strong> padre<br />

es responsable y de<br />

cuidarlos.<br />

C OMPROMISO Y DEDICACIÓN EN EL MATRIMONIO 55<br />

La excusa de un esposo, después be dieciocho<br />

años de <strong>matrimonio</strong> y cinco hijos, de que ya no<br />

quiere a su esposa, a mi parecer es una excusa<br />

débil <strong>para</strong> la violación de convenios hechos ante<br />

Dios y la evasión de responsabilidades que son la<br />

fuerza de la sociedad de la cual somos parte. El<br />

encontrar faltas sólo <strong>para</strong> divorciarse es por lo<br />

general precedido por un largo período en <strong>el</strong> cual<br />

pequeños errores se anuncian con enojo, donde<br />

insignificantes granitos de arena se convierten en<br />

grandes montañas de conflicto. Estoy convencido<br />

de que cuanto más se maltrate a la esposa, tanto<br />

menos atractiva llega a ser, pues pierde la confianza<br />

en sí misma, llega a sentir que no vale nada<br />

y, por supuesto, todo eso se refleja en su apariencia.<br />

El esposo que domine a su esposa, que la humille y<br />

haga demandas injustas no sólo la hiere a <strong>el</strong>la sino<br />

que él también se empequeñece. En muchos casos<br />

siembra la semilla <strong>para</strong> un comportamiento semejante<br />

de sus hijos en <strong>el</strong> futuro.<br />

No existe la f<strong>el</strong>icidad duradera sin la mujer<br />

Mis hermanos, a quienes se les ha conferido <strong>el</strong><br />

sacerdocio de Dios, ustedes saben, como yo lo sé,<br />

que no hay f<strong>el</strong>icidad que perdure, que no existe paz<br />

en <strong>el</strong> corazón, ni tranquilidad en <strong>el</strong> hogar sin <strong>el</strong><br />

compañerismo de una buena mujer. Nuestras esposas<br />

no son inferiores a nosotros.<br />

Algunos hombres que evidentemente no son capaces<br />

de ganarse <strong>el</strong> respeto por medio de la bondad,<br />

usan como justificación de sus hechos la declaración<br />

de que a Eva le fue dicho que Adán la iba a<br />

gobernar. ¡Cuánta tristeza, cuánta tragedia<br />

y cuántos corazones se han que-<br />

brantado a través de los tiempos por<br />

causa hombres débiles que se han<br />

valido de esa declaración de las<br />

Escrituras <strong>para</strong> justificar su terrible<br />

comportamiento! No reconocen que<br />

en ese mismo r<strong>el</strong>ato Eva le fue dada a<br />

Adán como su compañera. El hecho<br />

es que vivieron juntos las experiencias<br />

en <strong>el</strong> jardín, fueron expulsados juntos<br />

d<strong>el</strong> jardín, trabajaron juntos, uno al<br />

lado d<strong>el</strong> otro, <strong>para</strong> ganarse <strong>el</strong> pan de<br />

cada día con <strong>el</strong> sudor de su frente.<br />

Ahora, mis hermanos, yo sé que he<br />

hablado de una minoría. Pero lo<br />

grande de esa tragedia que aflige a esa<br />

E L M ATRIMONIO E TERNO: MANUAL P ARA E L A LUMNO

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