el matrimonio eterno: manual para el alumno - The Church of Jesus
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E LECCIÓN DEL CÓNYUGE<br />
nuestra generación; me refiero a acumular cosas<br />
materiales, a preocuparse sólo de divertirse y a<br />
procurar triunfar en la carrera escogida sin pensar<br />
en casarse.<br />
“Un <strong>matrimonio</strong> honorable es más importante que<br />
las riquezas y la buena posición. Como marido y<br />
mujer, ustedes pueden alcanzar juntos las metas<br />
más importantes de la vida. A medida que los dos<br />
se sacrifiquen <strong>el</strong> uno por <strong>el</strong> otro y por sus hijos, <strong>el</strong><br />
Señor los bendecirá y aumentará la dedicación que<br />
tengan hacia <strong>el</strong> Señor y <strong>el</strong> servicio en Su reino”<br />
(véase Liahona, julio de 1988, pág. 51).<br />
“Ahora hermanos, les digo que no esperen la perfección<br />
en la esposa que <strong>el</strong>ijan. No sean demasiado<br />
exigentes y fíjense más en las cualidades que son<br />
realmente importantes, como que <strong>el</strong>la tenga un<br />
fuerte testimonio, que viva los principios d<strong>el</strong><br />
Evang<strong>el</strong>io, que quiera dedicarse a su hogar, que<br />
quiera ser una madre en Sión y que les apoye a<br />
ustedes en sus responsabilidades d<strong>el</strong> sacerdocio.<br />
“Por supuesto que también debe parecerles atractiva,<br />
pero no salgan con una joven y con otra sólo<br />
por <strong>el</strong> placer de salir con una muchacha sin escoger<br />
a una compañera eterna y sin pedirle a Dios que les<br />
dé una confirmación cuando lo hagan.<br />
“Y una buena forma de determinar si la joven es la<br />
mejor <strong>para</strong> ustedes es analizar si cuando están con<br />
<strong>el</strong>la tienen los pensamientos más nobles, aspiran a<br />
alcanzar las cosas más b<strong>el</strong>las y quieren ser mejores<br />
de lo que son.<br />
“Ruego que Dios bendiga a todos los hermanos solteros<br />
de la Iglesia. Ruego que ustedes le den prioridad a<br />
lo… más importante. Yo les he sugerido cuáles son<br />
algunas de esas cosas esta noche. Reflexionen seriamente<br />
sobre <strong>el</strong>las” (Liahona, julio de 1988, pág. 51).<br />
Presidente Gordon B. Hinckley<br />
“Espero que no demoren demasiado <strong>el</strong> momento<br />
de contraer <strong>matrimonio</strong>; y más que a las mujeres<br />
me dirijo a los hombres, que tienen la prerrogativa<br />
y la responsabilidad de tomar la iniciativa en este<br />
asunto. No pasen indefinidamente en <strong>el</strong> frívolo<br />
juego de [las citas]. Busquen una compañera digna,<br />
una mujer a la que puedan amar, honrar y respetar,<br />
y tomen una decisión respecto al futuro” (Liahona,<br />
febrero de 1991, pág. 8).<br />
E L M ATRIMONIO E TERNO: MANUAL P ARA E L A LUMNO<br />
El pap<strong>el</strong> de la oración y la rev<strong>el</strong>ación<br />
personal<br />
Élder Bruce R. McConkie<br />
“Debemos valernos tanto d<strong>el</strong> albedrío como de la oración.<br />
No es —ni ha sido ni será— <strong>el</strong> designio y<br />
propósito d<strong>el</strong> Señor, sin importar cuán intensamente<br />
le oremos, <strong>el</strong> resolver todos nuestros problemas<br />
e inquietudes sin esmero y esfuerzo de<br />
nuestra parte. Esta vida terrenal es un estado probatorio<br />
en <strong>el</strong> que se nos ha dado albedrío. Se nos<br />
está probando <strong>para</strong> ver cómo reaccionaremos ante<br />
diferentes circunstancias, cómo tomaremos decisiones<br />
en diferentes asuntos y qué camino seguiremos<br />
mientras estemos andando en la tierra, no<br />
por vista, sino por fe. Por tanto, debemos resolver<br />
nuestros propios problemas y después consultar al<br />
Señor mediante la oración <strong>para</strong> recibir una confirmación<br />
espiritual de que hemos tomado la decisión<br />
correcta” (“Why the Lord Ordained Prayer”,<br />
Ensign, enero de 1976, pág. 11).<br />
Élder Dallin H. Oaks<br />
“Si reciben rev<strong>el</strong>ación fuera de los límites de sus responsabilidades<br />
específicas, sabrán que no viene de<br />
Dios y, por lo tanto, no deben sentirse obligados. He<br />
oído de casos en los que un joven le ha dicho a una<br />
señorita que <strong>el</strong>la debe casarse con él porque él recibió<br />
rev<strong>el</strong>ación de que <strong>el</strong>la debía ser su compañera eterna.<br />
Si [la rev<strong>el</strong>ación] es verdadera, la joven recibirá la<br />
confirmación directamente, siempre que la busque.<br />
Hasta entonces, <strong>el</strong>la no tiene obligación de aceptar<br />
la proposición, sino que debe buscar su propia guía<br />
y tomar una decisión. El hombre puede recibir rev<strong>el</strong>ación<br />
<strong>para</strong> guiar sus propias acciones, pero no<br />
puede recibir rev<strong>el</strong>ación <strong>para</strong> guiar las acciones de la<br />
joven, porque <strong>el</strong>la está fuera de su jurisdicción…<br />
“…Cuando haya un caso en que tomar una decisión…<br />
pueda afectar seriamente nuestra vida –sea<br />
obvio o no—, y estemos viviendo en armonía con <strong>el</strong><br />
Espíritu, cuando pidamos que Él nos ayude podemos<br />
estar seguros de que recibiremos la guía que<br />
necesitamos <strong>para</strong> lograr nuestro cometido”<br />
(Liahona, diciembre de 1983, págs. 40, 41).<br />
“El deseo de ser guiados por <strong>el</strong> Señor es un punto<br />
fuerte, pero debemos comprender que nuestro Padre<br />
C<strong>el</strong>estial ha determinado que hay muchas decisiones<br />
que nosotros mismos hemos de tomar. El aprender a<br />
tomar decisiones es una de las formas de progresar que<br />
hemos de experimentar aquí en la tierra. Las personas