el matrimonio eterno: manual para el alumno - The Church of Jesus
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52<br />
C OMPROMISO Y DEDICACIÓN EN EL MATRIMONIO<br />
d<strong>el</strong> <strong>matrimonio</strong>: indudablemente, no puede ser por<br />
‘situaciones estresantes’ ni ‘diferencias de personalidad’,<br />
ni por ‘haberse alejado <strong>el</strong> uno d<strong>el</strong> otro’ ni por<br />
haber ‘dejado de quererse’, especialmente cuando hay<br />
hijos. De Pablo tenemos este consejo divino y permanente:<br />
“ ‘Maridos, amad a vuestras mujeres, así como<br />
Cristo amó a la iglesia, y se entregó a si mismo por<br />
<strong>el</strong>la’ (Efesios 5:25).<br />
“También dijo: ‘Que enseñen a las mujeres jóvenes<br />
a amar a sus maridos y a sus hijos’ (Tito 2:4).<br />
“Considero que los miembros de la Iglesia poseen la<br />
cura más eficaz <strong>para</strong> la corrupción de la vida familiar,<br />
y consiste en que hombres, mujeres y niños<br />
honren y respeten las funciones divinas que tienen<br />
<strong>el</strong> padre y la madre en <strong>el</strong> hogar. Al hacerlo, la rectitud<br />
que se logrará hará crecer entre <strong>el</strong>los <strong>el</strong> respeto<br />
y <strong>el</strong> aprecio mutuos. De esa manera, se pondrán en<br />
acción las grandes llaves s<strong>el</strong>ladoras restauradas por<br />
Elías, a las que se refiere Malaquías con estas palabras;<br />
‘Él hará volver <strong>el</strong> corazón de los padres hacia<br />
los hijos, y <strong>el</strong> corazón de los hijos hacia los padres,<br />
no sea que yo venga y hiera la tierra con maldición’<br />
(Malaquías 4:6; véase también D. y C. 110:15)”<br />
(Liahona, julio de1993, págs. 42–43).<br />
Élder Russ<strong>el</strong>l M. N<strong>el</strong>son<br />
“El mantener <strong>el</strong> <strong>matrimonio</strong> bien cultivado y sin<br />
malezas, como se hace con un hermoso jardín,<br />
requiere tiempo y amorosa dedicación. El hacerlo<br />
no sólo es un privilegio grato sino que es un requisito<br />
establecido en las Escrituras, por <strong>el</strong> que se nos<br />
ha dado la promesa de la gloria eterna” (véase<br />
Liahona, julio de 1991, pág. 25).<br />
Élder Joe J. Christensen<br />
“Mantengan vivo <strong>el</strong> noviazgo. Aparten tiempo <strong>para</strong><br />
hacer cosas juntos, sólo ustedes dos. Así como es<br />
importante pasar tiempo con los niños en familia, es<br />
necesario que todas las semanas, y en forma regular,<br />
los esposos pasen tiempo a solas. El hacerlo servirá<br />
<strong>para</strong> que los hijos sepan que ustedes consideran que<br />
su <strong>matrimonio</strong> es tan importante que necesitan hacer<br />
todo lo posible por fortalecerlo. Eso requiere dedicación<br />
y planificación” (Liahona, julio de 1995, pág. 73).<br />
Hermana Ardeth G. Kapp<br />
“Al tener fe en la importancia de hacer convenios<br />
con Dios y al llegar a entender que nuestras posibili-<br />
E L M ATRIMONIO E TERNO: MANUAL P ARA E L A LUMNO<br />
dades son inmensas, <strong>el</strong> templo, la Casa d<strong>el</strong> Señor, se<br />
convierte en <strong>el</strong> [centro] de todo lo que realmente<br />
tiene valor. En <strong>el</strong> templo participamos en ordenanzas<br />
y convenios que forman un puente sobre la distancia<br />
que se<strong>para</strong> los ci<strong>el</strong>os y la tierra, y que nos<br />
pre<strong>para</strong>n <strong>para</strong> que algún día podamos regresar a la<br />
presencia de Dios y gozar de las bendiciones de tener<br />
una familia eterna y de alcanzar la vida eterna.<br />
“Por todo <strong>el</strong> mundo, he escuchado a las Mujeres<br />
Jóvenes repetir en muchos idiomas su cometido:<br />
‘…estaremos pre<strong>para</strong>das <strong>para</strong> hacer convenios sagrados<br />
y cumplirlos, <strong>para</strong> recibir las ordenanzas d<strong>el</strong><br />
templo y <strong>para</strong> gozar de las bendiciones de la exaltación’<br />
(Manual de las Mujeres Jóvenes, pág. 5). Estas<br />
bendiciones pueden estar disponibles <strong>para</strong> todos<br />
nosotros, <strong>para</strong> todos los hijos de nuestro Padre.<br />
Cuando nuestra fe se centra en Jesucristo, nuestro<br />
Salvador, empezamos a percibir nuestra identidad y<br />
nuestra tierna r<strong>el</strong>ación con Él…<br />
“Es por medio de las ordenanzas y convenios d<strong>el</strong><br />
templo que nuestro Padre C<strong>el</strong>estial nos provee la<br />
manera de regresar junto a Él llenos de regocijo. De<br />
estas verdades eternas testifico en <strong>el</strong> nombre de<br />
Jesucristo. Amén” (Liahona, julio de 1992, pág. 87).<br />
NUESTRAS SOLEMNES<br />
RESPONSABILIDADES<br />
Presidente Gordon B. Hinckley<br />
Primer Consejero de la Primera<br />
Presidencia<br />
Véase Liahona, enero de 1992,<br />
págs. 56–63 (sesión d<strong>el</strong> sacerdocio)<br />
Mis hermanos, hemos tenido una reunión maravillosa<br />
y se ha hablado de muchas cosas dignas de<br />
recordar y de aplicar a nuestra vida. Apruebo y les<br />
recomiendo lo que las Autoridades Generales han<br />
dicho. Espero que todo hombre y todo joven, dondequiera<br />
que esté, salga de esta reunión esta noche<br />
con mayor deseo de vivir más digno d<strong>el</strong> divino<br />
sacerdocio que poseemos…<br />
Una experiencia con pesar<br />
…durante estos diez años que he servido en la<br />
Presidencia, también he experimentado mucho<br />
pesar, por lo que es mi deseo hablar unos minutos<br />
más sobre esta experiencia. Durante toda una