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el matrimonio eterno: manual para el alumno - The Church of Jesus

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mandamientos rev<strong>el</strong>ados a Su Iglesia protegen<br />

estas cosas.<br />

Las funciones d<strong>el</strong> hombre y de la mujer<br />

Si Adán y Eva no fueran diferentes <strong>el</strong> uno d<strong>el</strong> otro,<br />

no hubieran podido multiplicarse y henchir la<br />

tierra28 . La clave d<strong>el</strong> plan de f<strong>el</strong>icidad se basa en esas<br />

diferencias que se complementan.<br />

Algunas [funciones] se adaptan mejor a la [naturaleza]<br />

d<strong>el</strong> hombre; otras, a la… femenina. Tanto las<br />

Escrituras como las leyes naturales dictan que <strong>el</strong><br />

hombre sea <strong>el</strong> protector y <strong>el</strong> proveedor29 .<br />

Las responsabilidades d<strong>el</strong> sacerdocio en cuanto a la<br />

administración de la Iglesia se realizan lógicamente<br />

fuera d<strong>el</strong> hogar y, por decreto divino, se han confinado<br />

al hombre. Ha sido así desde <strong>el</strong> principio, porque<br />

<strong>el</strong> Señor rev<strong>el</strong>ó: “El orden de este sacerdocio se<br />

confirmó <strong>para</strong> descender de padre a hijo… en los<br />

días de Adán” 30 .<br />

El hombre que tenga <strong>el</strong> sacerdocio no le lleva ninguna<br />

ventaja a la mujer <strong>para</strong> merecer la exaltación.<br />

La mujer, por naturaleza, es también creadora con<br />

Dios y la principal encargada de la crianza de los<br />

hijos. Las virtudes y los atributos de los que dependen<br />

la perfección y la exaltación son naturales en<br />

la mujer y se refinan con <strong>el</strong> <strong>matrimonio</strong> y la<br />

maternidad.<br />

El sacerdocio sólo se da a los hombres dignos <strong>para</strong><br />

cumplir con <strong>el</strong> plan de f<strong>el</strong>icidad de nuestro Padre.<br />

Es simplemente mejor cuando las leyes de la naturaleza<br />

y la palabra rev<strong>el</strong>ada de Dios trabajan armoniosamente.<br />

El sacerdocio lleva consigo una gran responsabilidad.<br />

“Ningún poder o influencia se puede ni se debe<br />

mantener en virtud d<strong>el</strong> sacerdocio, sino por persuasión,<br />

por longanimidad, benignidad, mansedumbre<br />

y por amor sincero; por bondad y por conocimiento<br />

puro” 31 .<br />

Si un hombre “ejerce mando, dominio o compulsión…<br />

en cualquier grado de injusticia” 32 , viola<br />

“…<strong>el</strong> juramento y <strong>el</strong> convenio que pertenecen al<br />

sacerdocio” 33 . Entonces “…los ci<strong>el</strong>os se retiran, <strong>el</strong><br />

Espíritu d<strong>el</strong> Señor es <strong>of</strong>endido” 34 y a menos que [esa<br />

persona] se arrepienta, pierde sus bendiciones.<br />

Los pap<strong>el</strong>es diferentes d<strong>el</strong> hombre y la mujer se<br />

declaran en rev<strong>el</strong>aciones c<strong>el</strong>estiales [exaltadas], pero<br />

se aprecian mejor en las experiencias prácticas y<br />

rutinarias de la vida diaria.<br />

D IFERENCIAS ENTRE LA NATURALEZA DEL HOMBRE Y DE LA MUJER 105<br />

No hace mucho escuché a un hermano quejarse en<br />

la reunión sacramental de que no entendía por qué<br />

sus nietos siempre decían que iban a la casa de la<br />

abu<strong>el</strong>a y nunca la casa d<strong>el</strong> abu<strong>el</strong>o. Yo le aclaré <strong>el</strong><br />

misterio: ¡Los abu<strong>el</strong>os no hacen past<strong>el</strong>es!<br />

Las leyes naturales y espirituales son<br />

eternas<br />

Las leyes naturales y espirituales que gobiernan esta<br />

vida fueron decretadas antes de la fundación d<strong>el</strong><br />

mundo35 . Son eternas, al igual que las consecuencias<br />

de obedecerlas o desobedecerlas. No están basadas<br />

en normas políticas ni sociales y no pueden cambiarse.<br />

Ni la presión, ni las protestas, ni la legislación<br />

pueden alterarlas.<br />

Hace algunos años yo supervisaba los seminarios<br />

<strong>para</strong> los indígenas en Estados Unidos. Una vez que<br />

fui a una escu<strong>el</strong>a de Alburquerque, estado de Nuevo<br />

México, <strong>el</strong> director me contó un incidente ocurrido<br />

en una clase de niños de seis años.<br />

Durante la lección, un gatito entró en <strong>el</strong> salón y distrajo<br />

a los <strong>alumno</strong>s. La maestra lo llevó al frente<br />

<strong>para</strong> que todos pudieran verlo. Una niña preguntó:<br />

¿Es gatito o gatita?<br />

No importa lo que es —dijo la maestra, porque la<br />

pregunta la tomó de sorpresa.<br />

Pero los niños insistían y un niñito dijo:<br />

Yo sé cómo podemos decidir si es gatito o gatita.<br />

La maestro se dio por vencida y contestó:<br />

Bueno, dinos entonces cómo podemos saberlo.<br />

El niño respondió:<br />

¡Podemos votar!<br />

Algunas cosas no se pueden cambiar. La doctrina no<br />

se puede cambiar.<br />

El presidente Wilford Woodruff dijo: “Los principios<br />

que han sido rev<strong>el</strong>ados <strong>para</strong> la salvación y la<br />

exaltación de los hijos de los hombres son principios<br />

que no podemos revocar. Son principios que<br />

ningún grupo de hombres [ni mujeres] puede destruir.<br />

Son principios que no mueren… Están más allá d<strong>el</strong><br />

alcance de los hombres y nadie los puede tocar ni<br />

destruir. Ni siquiera si todo <strong>el</strong> mundo se juntara<br />

<strong>para</strong> anular esos principios; no podrían hacerlo…<br />

Ni una jota ni una tilde de estos principios se<br />

suprimirán” 36 .<br />

Durante la Segunda Guerra Mundial muchos hombres<br />

fueron al combate. Por esas circunstancias, las<br />

E L M ATRIMONIO E TERNO: MANUAL P ARA E L A LUMNO

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