el matrimonio eterno: manual para el alumno - The Church of Jesus
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S ER PADRES: LA CREACIÓN DE UN HOGAR CENTRADO EN EL E VANGELIO<br />
tiene una función muy importante en <strong>el</strong> desarrollo<br />
d<strong>el</strong> autorrespeto de un niño; también es importante,<br />
aunque no comprendamos bien <strong>el</strong> porqué, <strong>para</strong><br />
ayudar a desarrollarle la moral y <strong>el</strong> autodominio’. Y<br />
continúa diciendo: ‘La investigación también indica<br />
que <strong>el</strong> padre es fundamental en <strong>el</strong> establecimiento<br />
de la identidad sexual y d<strong>el</strong> carácter de los hijos, los<br />
cuales están más claramente definidos cuando hay<br />
una activa participación paterna en la crianza. Es un<br />
hecho comprobado que, cuando esto sucede, tanto<br />
la masculinidad en los varones como la feminidad<br />
en las niñas son mucho más pronunciadas’ (Karl<br />
Zinsmeister, “Do Children Need Fathers?”, Crisis,<br />
octubre de 1992).<br />
“Sea cual sea la situación marital en que se encuentren,<br />
los padres tienen la obligación de dejar de lado<br />
sus diferencias personales y de animarse mutuamente<br />
a ejercer una influencia recta en sus hijos…<br />
“Al pensar en <strong>el</strong> poder conferido por Elías, quizás lo<br />
r<strong>el</strong>acionemos solamente con las ordenanzas más<br />
solemnes que se llevan a cabo en lugares sagrados,<br />
pero <strong>para</strong> que esas ordenanzas sean activas y produzcan<br />
<strong>el</strong> bien tienen que reflejarse en nuestra vida<br />
diaria. Malaquías dijo que <strong>el</strong> poder de Elías volvería<br />
<strong>el</strong> corazón de los padres hacia los hijos y viceversa.<br />
El corazón es la fuente de donde provienen las emociones<br />
y un medio <strong>para</strong> recibir rev<strong>el</strong>ación (véase<br />
Malaquías 4:5–6). De ese modo, dicho poder s<strong>el</strong>lador<br />
se rev<strong>el</strong>a en las r<strong>el</strong>aciones familiares, en los atributos<br />
y las virtudes que se desarrollan en un buen<br />
ambiente familiar y al prestar un servicio abnegado.<br />
Estos son los lazos que unen a la familia, mientras<br />
que <strong>el</strong> sacerdocio promueve su desarrollo. De maneras<br />
imperceptibles pero muy reales ‘la doctrina d<strong>el</strong><br />
sacerdocio destilará sobre tu alma [y tu hogar] como<br />
rocío d<strong>el</strong> ci<strong>el</strong>o’ (D. y C. 121:45).<br />
“Testifico que las bendiciones d<strong>el</strong> sacerdocio,<br />
cuando <strong>el</strong> padre y esposo lo respetan, pueden ciertamente<br />
ser la cura de ese cáncer que aflige a nuestra<br />
sociedad. Suplico a los padres que vu<strong>el</strong>van al hogar,<br />
que magnifiquen su llamamiento en <strong>el</strong> sacerdocio,<br />
que bendigan a su familia por medio de esa sagrada<br />
influencia y experimenten así las recompensas prometidas<br />
por nuestro Padre y Dios. Lo digo en <strong>el</strong><br />
nombre de Jesucristo. Amén” (véase Liahona, julio<br />
de 1993, págs. 41–42, 43).<br />
Élder Horacio A. Tenorio<br />
“En tiempos antiguos, era preciso inspeccionar con<br />
regularidad las fortalezas a fin de asegurarse de que<br />
E L M ATRIMONIO E TERNO: MANUAL P ARA E L A LUMNO<br />
no hubiera ningún punto débil que <strong>el</strong> enemigo<br />
pudiera aprovechar, y se establecían turnos de vigilancia<br />
constante en las torres de vigía, llamadas<br />
también atalayas, <strong>para</strong> que <strong>el</strong> adversario no se acercara<br />
desapercibido. En otras palabras, una vez fortificada<br />
la ciudad, había que hacer un esfuerzo<br />
constante por mantener segura la fortaleza a fin<br />
de que cumpliera su propósito.<br />
“También nosotros, si establecemos nuestro propio<br />
sistema de vigilancia, podemos evitar que <strong>el</strong> enemigo<br />
encuentre y aproveche las debilidades que<br />
existan en nuestra fortaleza familiar, permitiéndole<br />
introducirse y dañar nuestro tesoro más preciado:<br />
nuestra familia.<br />
“Una de las torres de vigías de nuestra fortaleza<br />
puede ser la costumbre regular de que <strong>el</strong> padre<br />
entreviste a todos los miembros de la familia. La<br />
entrevista personal es un medio sabio e importante<br />
<strong>para</strong> mantener intacta nuestra fortaleza. Mediante la<br />
entrevista, tenemos la oportunidad de conocer mejor<br />
a nuestros hijos, saber de sus problemas y preocupaciones,<br />
establecer corrientes de comunicación y<br />
confianza que nos permitirán detectar cualquier<br />
p<strong>el</strong>igro, ayudarlos a tomar decisiones y apoyarlos en<br />
cualquier trance difícil. Como padres de familia,<br />
nuestro Padre C<strong>el</strong>estial nos ha dado la mayordomía<br />
de cuidar y proteger a nuestra familia, y ésta es una<br />
responsabilidad que no podemos ni debemos d<strong>el</strong>egar<br />
a nadie.<br />
“En Doctrina y Convenios sección 93, versículos 39<br />
y 40, dice:<br />
“‘Y aqu<strong>el</strong> inicuo viene y despoja a los hijos de los<br />
hombres de la luz y la verdad, por medio de la desobediencia,<br />
y a causa de las tradiciones de sus padres.<br />
“‘Pero yo os he mandado criar a vuestros hijos en la<br />
luz y la verdad’.<br />
“Una entrevista llevada a cabo con amor y bajo la<br />
dirección d<strong>el</strong> Espíritu puede servir como guía en la<br />
vida de nuestros hijos, puede originar algún cambio<br />
o ajuste necesarios e incluso resultar en milagros”<br />
(Liahona, enero de 1995, págs. 26–27).<br />
El deber de la madre<br />
Presidente David O. McKay<br />
“El ser madre consiste en tres atributos o cualidades<br />
principales, a saber: (1) la capacidad de dar a luz,<br />
(2) la facultad de criar, (3) <strong>el</strong> don de amar…