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el matrimonio eterno: manual para el alumno - The Church of Jesus

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eterna. ¿Es posible que no sepan lo que han<br />

hecho, o que no les importe?<br />

Claro que la mayoría de los que se casan fuera de la<br />

Iglesia y d<strong>el</strong> templo le restan importancia al asunto.<br />

El estudio que les mencioné descubrió <strong>el</strong> hecho de<br />

que sólo uno de cada siete de los cónyuges que no<br />

son miembros se convertirá y bautizará en la Iglesia.<br />

Grande es la pérdida, porque esto significa que en<br />

muchos casos, no sólo se pierde al cónyuge que no<br />

se bautiza sino también a los hijos, y en algunos<br />

casos, incluso al otro cónyuge.<br />

Amamos a esos pocos que se unen a la Iglesia después<br />

de casarse, y los <strong>el</strong>ogiamos y honramos. Pero<br />

reconocemos que las probabilidades no son alentadoras.<br />

Según las cifras que mencioné antes, casi<br />

6.500 de los <strong>matrimonio</strong>s nuevos nunca van a poder<br />

gozar de que ambas partes finalmente sean miembros<br />

de la Iglesia y se una totalmente a la familia.<br />

Este hecho nos causa mucho pesar, ya que no se<br />

puede gozar plenamente de lo que <strong>el</strong> Señor tiene<br />

de<strong>para</strong>do <strong>para</strong> la familia si las partes d<strong>el</strong> <strong>matrimonio</strong><br />

se encuentran en desigualdad de condiciones.<br />

Hacemos un llamado a todos los jóvenes a fin de<br />

que seria y firmemente resu<strong>el</strong>van casarse en <strong>el</strong> templo<br />

<strong>para</strong> que su decisión les brinde las ricas promesas<br />

d<strong>el</strong> <strong>matrimonio</strong> <strong>eterno</strong> al igual que <strong>el</strong> gozo y la<br />

f<strong>el</strong>icidad que lo acompañan. El hacerlo agradará al<br />

Señor que tanto cuenta con ustedes. Él ha declarado<br />

que la vida eterna sólo se puede obtener siguiendo<br />

<strong>el</strong> sendero que Él ha indicado.<br />

Antes de terminar mi discurso, les ruego me permitan<br />

leerles algunas ideas de las Escrituras:<br />

“y a cada uno de los que entran en <strong>el</strong> reino c<strong>el</strong>estial<br />

se da una piedrecita blanca, en la cual está escrito<br />

un nombre nuevo que ningún hombre conoce, sino<br />

<strong>el</strong> que lo recibe. El nombre nuevo es la palabra<br />

clave” [D. y C. 130:11].<br />

Lo normal es casarse. Desde <strong>el</strong> principio, Dios estableció<br />

que así fuera, y <strong>el</strong> individuo que no quiere<br />

casarse no es plenamente normal. Recuerden que:<br />

“Pero en <strong>el</strong> Señor, ni <strong>el</strong> varón es sin la mujer, ni la<br />

mujer sin <strong>el</strong> varón” [1 Corintios 11:11].<br />

Tenemos la certeza de esto: nadie puede rechazar <strong>el</strong><br />

convenio (d<strong>el</strong> <strong>matrimonio</strong> c<strong>el</strong>estial) y llegar al reino<br />

<strong>eterno</strong> de Dios.<br />

“En la gloria c<strong>el</strong>estial hay tres ci<strong>el</strong>os o grados;<br />

M ATRIMONIO POR LA ETERNIDAD 275<br />

“y <strong>para</strong> alcanzar <strong>el</strong> más alto, <strong>el</strong> hombre tiene que<br />

entrar en este orden d<strong>el</strong> sacerdocio [es decir, <strong>el</strong><br />

nuevo y sempiterno convenio d<strong>el</strong> <strong>matrimonio</strong>];<br />

“y si no lo hace, no puede alcanzarlo.<br />

“Podrá entrar en <strong>el</strong> otro, pero ése es <strong>el</strong> límite de su<br />

reino; no puede tener progenie” [D. y C. 131:1–4].<br />

“Porque he aquí, te rev<strong>el</strong>o un nuevo y sempiterno<br />

convenio; y si no lo cumples, serás condenado”<br />

[D. y C. 132:4].<br />

Y <strong>el</strong> ser condenado quiere decir que se deja de progresar.<br />

Tales son las palabras d<strong>el</strong> Señor que nos fueron<br />

dirigidas directamente a nosotros. No se las puede<br />

cuestionar.<br />

“Y en cuanto al nuevo y sempiterno convenio, se<br />

instituyó <strong>para</strong> la plenitud de mi gloria; y <strong>el</strong> que<br />

reciba la plenitud de <strong>el</strong>la deberá cumplir la ley, y<br />

la cumplirá…<br />

“Por tanto, cuando están fuera d<strong>el</strong> mundo [después<br />

de morir] ni se casan ni se dan en casamiento, sino<br />

que son nombrados áng<strong>el</strong>es en <strong>el</strong> ci<strong>el</strong>o, áng<strong>el</strong>es que<br />

son siervos ministrantes <strong>para</strong> ministrar a aqu<strong>el</strong>los<br />

que son dignos de un peso de gloria mucho mayor,<br />

y predominante, y <strong>eterno</strong>.<br />

“Porque estos áng<strong>el</strong>es no se sujetaron a mi ley; por<br />

tanto, no pueden tener aumento, sino que permanecen<br />

se<strong>para</strong>da y solitariamente, sin exaltación, en<br />

su estado de salvación, por toda la eternidad; y en<br />

ad<strong>el</strong>ante no son dioses, sino áng<strong>el</strong>es de Dios <strong>para</strong><br />

siempre jamás” [D. y C. 132:6, 16–17].<br />

Y agrego un pensamiento final:<br />

“Abraham recibió todas las cosas, todo cuanto recibió,<br />

por rev<strong>el</strong>ación y mandamiento, por mi palabra,<br />

dice <strong>el</strong> Señor, y él ha entrado en su exaltación y se<br />

sienta sobre su trono…<br />

“Ve, pues, y haz las obras de Abraham; entra en mi<br />

ley, y serás salvo” [D. y C. 132:29, 32].<br />

Hermanos y hermanas, quisiera decirles que ésta es la<br />

palabra d<strong>el</strong> Señor. Es de suma importancia, y no hay<br />

nadie que deba argumentar con <strong>el</strong> Señor. Él creó la<br />

tierra y la humanidad, por lo que Él conoce las condiciones.<br />

Fue Él quien estableció <strong>el</strong> programa a seguir, y<br />

nosotros no somos tan int<strong>el</strong>igentes o listos como <strong>para</strong><br />

ser capaces de discutir con Él respecto a estas cosas<br />

importantes. Él sabe lo que es correcto y verdadero.<br />

E L M ATRIMONIO E TERNO: MANUAL P ARA E L A LUMNO

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