19.05.2013 Views

el matrimonio eterno: manual para el alumno - The Church of Jesus

el matrimonio eterno: manual para el alumno - The Church of Jesus

el matrimonio eterno: manual para el alumno - The Church of Jesus

SHOW MORE
SHOW LESS

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

EL PERDÓN: LA MÁXIMA<br />

EXPRESIÓN DE AMOR<br />

Lecciones de perdón<br />

Élder Marion D. Hanks<br />

Ayudante d<strong>el</strong> Quórum de los<br />

Doce Apóstoles<br />

En Conference Report, octubre de<br />

1973, págs. 14–15, 17; o<br />

Ensign, enero de 1974, págs. 20,<br />

22.<br />

Hoy me gustaría referirme a una de las muchas lecciones<br />

que Él [<strong>el</strong> Señor] nos enseñó y que tanto<br />

ustedes como yo debemos aprender si hemos de<br />

merecer Su amistad.<br />

El amor de Cristo fue tan puro que Él dio su vida<br />

por nosotros: “Nadie tiene mayor amor que este, que<br />

uno ponga su vida por sus amigos” (Juan 15:13).<br />

Sin embargo, cuando colgaba en la cruz, otorgó otra<br />

dádiva, una que evidenció aún más la magnitud de<br />

Su gran amor: perdonó, y le pidió a Su Padre que<br />

perdonara a los que le perseguían y crucificaban.<br />

¿Fue menos difícil este acto de perdón que <strong>el</strong> de<br />

entregar Su vida mortal en sacrificio? ¿Fue una<br />

prueba menor de Su amor? No lo sé, pero he sentido<br />

que la máxima expresión de amor por Dios y<br />

por los hombres es <strong>el</strong> perdón.<br />

Él salvo la prueba. ¿Y qué de nosotros? Tal vez no se<br />

nos llame a dar nuestra vida por nuestros amigos o<br />

nuestra fe (aunque tal vez a algunos sí se les pida),<br />

pero podemos tener la certeza de que cada uno<br />

tiene y tendrá la ocasión de enfrentar <strong>el</strong> reto de perdonar.<br />

¿Qué haremos al enfrentar <strong>el</strong> reto? ¿Qué estamos<br />

haciendo al enfrentar <strong>el</strong> reto?<br />

Alguien escribió lo siguiente: “…<strong>el</strong> no dar amor es<br />

obrar de manera opuesta al espíritu de Dios, evidencia<br />

de que nunca lo conocimos, de que en lo que a<br />

nosotros respecta, Su vida fue en vano. Obrar así<br />

supone que Él no ha servido de inspiración a nuestros<br />

pensamientos, que no nos ha sido fuente de<br />

inspiración en la vida, que nunca hemos estado tan<br />

cerca de Él como <strong>para</strong> ser cautivados por <strong>el</strong> encanto<br />

de Su compasión por <strong>el</strong> mundo”.<br />

El ejemplo y las instrucciones que Cristo dio a Sus<br />

amigos son claros. Él perdonó, y dijo: “…Amad a<br />

vuestros enemigos, bendecid a los que os maldicen,<br />

L A F AMILIA: UNA PROCLAMACIÓN PARA EL MUNDO 233<br />

haced bien a los que os aborrecen, y orad por los<br />

que os ultrajan y os persiguen” (Mateo 5:44).<br />

La reacción ante las <strong>of</strong>ensas<br />

¿Cómo reaccionamos cuando se nos <strong>of</strong>ende, no se<br />

nos comprende, se nos trata de forma injusta o poco<br />

cordial, o cuando se peca en contra de nosotros, se<br />

nos tiene por agresores por causa de una palabra,<br />

se nos acusa falsamente, se nos ignora, nos hieren<br />

las personas que amamos o se rechaza nuestra<br />

<strong>of</strong>renda? ¿Nos resentimos? ¿Nos llenamos de rencor?<br />

¿Guardamos sentimientos negativos hacia quien<br />

nos <strong>of</strong>endió? O, de ser posible, ¿resolvemos <strong>el</strong> problema,<br />

perdonamos y nos deshacemos de la carga?<br />

El tipo de reacciones que tengamos ante tales situaciones<br />

puede ser determinante en lo que se refiere a<br />

la naturaleza y calidad de nuestra vida, tanto aquí<br />

como en la eternidad. Una amiga valerosa, cuya fe<br />

ha sido refinada por muchas aflicciones, me dijo<br />

hace apenas unas horas: “Antes de llegar a la exaltación,<br />

hemos de pasar por la humillación”.<br />

Se requiere <strong>el</strong> perdón<br />

Se nos requiere perdonar, ya que nuestra salvación<br />

depende de <strong>el</strong>lo. En una rev<strong>el</strong>ación que se dio en<br />

1831, <strong>el</strong> Señor dijo:<br />

“En la antigüedad mis discípulos buscaron motivo<br />

<strong>el</strong> uno contra <strong>el</strong> otro, y no se perdonaron unos a<br />

otros en su corazón; y por esta maldad fueron afligidos<br />

y disciplinados con severidad.<br />

“Por tanto, os digo que debéis perdonaros los unos<br />

a los otros; pues <strong>el</strong> que no perdona las <strong>of</strong>ensas de su<br />

hermano, queda condenado ante <strong>el</strong> Señor, porque<br />

en él permanece <strong>el</strong> mayor pecado.<br />

“Yo, <strong>el</strong> Señor, perdonaré a quien sea mi voluntad<br />

perdonar, mas a vosotros os es requerido perdonar<br />

a todos los hombres” (D. y C. 64:8–10).<br />

Por tanto, Jesús nos enseñó a orar diciendo: “Y perdónanos<br />

nuestras deudas, como también nosotros<br />

perdonamos a nuestros deudores” (Mateo 6:12;<br />

véase también Mateo 6:14–15).<br />

¿No parece un gran descaro pedirle a Dios que<br />

perdone, y esperar que otorgue perdón, si nosotros<br />

no perdonamos, tanto públicamente como en<br />

nuestro interior?<br />

El Señor señala en <strong>el</strong> Libro de Mormón que cuando<br />

no perdonamos nos colocamos bajo condenación.<br />

(Véase Mosíah 26:30–31.)<br />

E L M ATRIMONIO E TERNO: MANUAL P ARA E L A LUMNO

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!