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el matrimonio eterno: manual para el alumno - The Church of Jesus

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INTIMIDAD FÍSICA EN<br />

EL MATRIMONIO<br />

La ternura y <strong>el</strong> respeto —nunca <strong>el</strong><br />

egoísmo— deben ser los principios<br />

que rijan la r<strong>el</strong>ación íntima entre<br />

marido y mujer.<br />

—Presidente Howard W. Hunter<br />

ENSEÑANZAS SELECCIONADAS<br />

Pasaje de las Escrituras r<strong>el</strong>acionado<br />

con <strong>el</strong> tema<br />

1 Corintios 7:2–5<br />

“pero a causa de las fornicaciones, cada uno tenga su<br />

propia mujer, y cada una tenga su propio marido.<br />

“El marido cumpla con la mujer <strong>el</strong> deber conyugal,<br />

y asimismo la mujer con <strong>el</strong> marido.<br />

“La mujer no tiene potestad sobre su propio cuerpo,<br />

sino <strong>el</strong> marido; ni tampoco tiene <strong>el</strong> marido potestad<br />

sobre su propio cuerpo, sino la mujer.<br />

“No os neguéis <strong>el</strong> uno al otro, a no ser por algún<br />

tiempo de mutuo consentimiento, <strong>para</strong> ocuparos<br />

sosegadamente en la oración; y volved a juntaros en<br />

uno, <strong>para</strong> que no os tiente Satanás a causa de vuestra<br />

incontinencia”.<br />

La intimidad física es ordenada por Dios<br />

Presidente John Taylor<br />

“Existen muchos principios correctos que son parte<br />

inherente de nuestra naturaleza pero que se deben<br />

santificar. Dios dijo al hombre: ‘Fructificad y multiplicaos;<br />

llenad la tierra, y sojuzgadla, y señoread en los<br />

peces d<strong>el</strong> mar, en las aves de los ci<strong>el</strong>os, y en todas las<br />

bestias que se mueven sobre la tierra’ (Génesis 1:28).<br />

Ahora bien, asociado con esa instrucción, Él ha<br />

puesto un deseo natural en la mujer por <strong>el</strong> hombre y<br />

en <strong>el</strong> hombre por la mujer, y existe entre los sexos un<br />

sentimiento de afecto, respeto y solidaridad. Lo traemos<br />

al mundo, pero al igual que todo lo demás,<br />

215<br />

debemos santificarlo. Está mal ante los ojos de Dios la<br />

satisfacción ilícita de dichos sentimientos, lo cual conduce<br />

a la muerte, mientras que por su lado, <strong>el</strong> ejercer<br />

apropiadamente esas funciones lleva a la vida, la f<strong>el</strong>icidad<br />

y la exaltación en este mundo y en <strong>el</strong> venidero.<br />

Lo mismo se aplica a un millar de cosas más” (Gosp<strong>el</strong><br />

Kingdom, pág. 61).<br />

Presidente Joseph F. Smith<br />

“La unión legítima de los sexos ha sido ordenada por<br />

Dios y no tan sólo como <strong>el</strong> único medio de perpetuar<br />

la raza, sino también <strong>para</strong> <strong>el</strong> desarrollo de las más <strong>el</strong>evadas<br />

aptitudes y los más nobles rasgos de carácter de<br />

la naturaleza humana, los cuales sólo pueden asegurar<br />

<strong>el</strong> compañerismo inspirado por <strong>el</strong> amor entre<br />

hombre y mujer” (Enseñanzas de los Presidentes de la<br />

Iglesia: Joseph F. Smith, págs. 169–170).<br />

Presidente Spencer W. Kimball<br />

“El destino de hombres y mujeres es unirse con <strong>el</strong> fin<br />

de establecer familias eternas. Las r<strong>el</strong>aciones sexuales<br />

íntimas están bien y cuentan con <strong>el</strong> s<strong>el</strong>lo divino de<br />

aprobación cuando éstas ocurren dentro de los lazos<br />

d<strong>el</strong> <strong>matrimonio</strong> legalmente contraído. La sexualidad<br />

en sí no tiene nada impuro o degradante puesto que<br />

es por ese medio que los hombres y las mujeres se<br />

unen en <strong>el</strong> proceso de creación y en una expresión<br />

de amor” (President Kimball Speaks Out, pág. 2).<br />

“El propósito principal de la unión d<strong>el</strong> hombre y la<br />

mujer, d<strong>el</strong> esposo y su esposa (y únicamente d<strong>el</strong><br />

esposo y su esposa), es traer hijos al mundo. El Señor<br />

nunca consideró en sus planes que la experiencia<br />

sexual fuese un mero juego o que sirviese simplemente<br />

<strong>para</strong> satisfacer las pasiones y la lujuria. No<br />

tenemos conocimiento de que <strong>el</strong> Señor haya dado<br />

instrucciones de que la debida r<strong>el</strong>ación sexual entre<br />

marido y mujer deba limitarse totalmente sólo a la<br />

procreación, pero contamos con amplias evidencias,<br />

considerando <strong>el</strong> tiempo desde Adán hasta <strong>el</strong> presente,<br />

de que <strong>el</strong> Señor tampoco ha dado plenas libertades<br />

<strong>para</strong> abusar de la r<strong>el</strong>ación sexual” (Liahona, abril de<br />

1976, pág. 3).<br />

Élder Parley P. Pratt<br />

“Nuestros afectos naturales fueron puestos en nuestro<br />

interior por <strong>el</strong> Espíritu de Dios <strong>para</strong> un propósito<br />

sabio, y éstas son las fuerzas que motivan<br />

nuestra vida y f<strong>el</strong>icidad; son <strong>el</strong> vínculo que une a<br />

toda sociedad virtuosa y c<strong>el</strong>estial; son la esencia de<br />

la caridad o d<strong>el</strong> amor…<br />

E L M ATRIMONIO E TERNO: MANUAL P ARA E L A LUMNO

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