el matrimonio eterno: manual para el alumno - The Church of Jesus
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S ER PADRES: LA CREACIÓN DE UN HOGAR CENTRADO EN EL E VANGELIO<br />
Obispo Robert D. Hales<br />
“Mi padre me enseñó a respetar <strong>el</strong> sacerdocio.<br />
Cuando desempeñaba mis deberes en <strong>el</strong> Sacerdocio<br />
Aarónico, solíamos pasar la Santa Cena en bandejas<br />
de aluminio, las cuales a menudo estaban opacas con<br />
manchas d<strong>el</strong> agua que se derramaba. Como poseedor<br />
d<strong>el</strong> Sacerdocio Aarónico, yo tenía la responsabilidad<br />
de ayudar a pre<strong>para</strong>r la Santa Cena. Papá me pidió<br />
que llevara las bandejas a casa, y juntos las limpiamos<br />
hasta que quedaron r<strong>el</strong>ucientes. Cuando repartía<br />
la Santa Cena, sabía que habíamos ayudado a hacer<br />
esa ordenanza un poco más sagrada…<br />
“D<strong>el</strong> tierno cuidado que mi padre les daba a mi<br />
madre, mi hermana y sus hermanas, aprendí a respetar<br />
a la mujer. Papá era <strong>el</strong> primero que se levantaba<br />
después de cenar <strong>para</strong> levantar la mesa. A<br />
pedido de mi padre, mi hermana y yo nos encargábamos<br />
de lavar la vajilla todas las noches. Si no<br />
estábamos en casa, papá y mamá limpiaban la<br />
cocina juntos” (Liahona, enero de 1994, págs. 8–9).<br />
La enseñanza d<strong>el</strong> trabajo a los hijos<br />
Doctrina y Convenios 68:31–32<br />
“Ahora, yo, <strong>el</strong> Señor, no estoy bien complacido con<br />
los habitantes de Sión, porque hay ociosos entre<br />
<strong>el</strong>los; y sus hijos también están creciendo en la iniquidad;<br />
tampoco buscan con empeño las riquezas de<br />
la eternidad, antes sus ojos están llenos de avaricia.<br />
“Estas cosas no deben ser, y tienen que ser desechadas<br />
de entre <strong>el</strong>los; por consiguiente, lleve mi siervo<br />
Oliver Cowdery estas palabras a la tierra de Sión”.<br />
Presidente Gordon B. Hinckley<br />
“Trabajen juntos. No sé cuantas generaciones o siglos<br />
atrás alguien dijo por primera vez: ‘Una mente perezosa<br />
es <strong>el</strong> taller donde trabaja <strong>el</strong> diablo’. Los niños<br />
necesitan trabajar al lado de sus padres y juntos fregar<br />
la vajilla, barrer y lavar los pisos, cortar <strong>el</strong> césped,<br />
podar los árboles y los arbustos” (Liahona,<br />
junio de 1996, pág. 8).<br />
La Familia: Una proclamación <strong>para</strong> <strong>el</strong> mundo<br />
“Los <strong>matrimonio</strong>s y las familias que logran tener<br />
éxito se establecen y mantienen sobre los principios<br />
de la fe, la oración, <strong>el</strong> arrepentimiento, <strong>el</strong> perdón, <strong>el</strong><br />
respeto, <strong>el</strong> amor, la compasión, <strong>el</strong> trabajo…”<br />
(Liahona, junio de 1996, pág. 10).<br />
E L M ATRIMONIO E TERNO: MANUAL P ARA E L A LUMNO<br />
Élder Marvin J. Ashton<br />
“‘Con <strong>el</strong> sudor de tu rostro comerás <strong>el</strong> pan’ (Génesis<br />
3:19) no es un consejo anticuado, sino que es esencial<br />
<strong>para</strong> <strong>el</strong> bienestar personal. Uno de los favores<br />
más grandes que los padres pueden hacerles a sus<br />
hijos es enseñarles a trabajar. Con <strong>el</strong> transcurso de<br />
los años se ha dicho mucho sobre los niños y sus<br />
pagas mensuales, y tanto las opiniones como las<br />
recomendaciones varían grandemente. Yo pertenezco<br />
a la ‘vieja escu<strong>el</strong>a’ y creo que los niños deben<br />
ganar su dinero por medio d<strong>el</strong> servicio y de las tareas<br />
apropiadas. Algunas recompensas económicas <strong>para</strong><br />
los niños pueden estar sujetas al esfuerzo educativo<br />
y al logro de otras metas r<strong>el</strong>evantes. Considero desafortunado<br />
<strong>para</strong> un niño <strong>el</strong> que crezca en un hogar<br />
donde en su mente se plante la semilla de que hay<br />
un árbol que, de manera automática, produce dinero<br />
una vez a la semana o al mes” (Liahona, abril de<br />
2000, págs. 45–46).<br />
Élder James E. Faust<br />
“Una parte esencial de enseñarles a ser disciplinados<br />
y responsables es enseñarles a trabajar. A medida que<br />
maduramos, muchos somos como <strong>el</strong> hombre que<br />
dijo: ‘Me gusta <strong>el</strong> trabajo; me encanta. Puedo sentarme<br />
horas a contemplar a los que trabajan’<br />
(Jerome Klapka Jerome, en <strong>The</strong> International<br />
Dictionary <strong>of</strong> Thoughts, compilación de John P.<br />
Bradley, Leo F. Dani<strong>el</strong>s y Thomas C. Jones, 1969,<br />
pág. 782). Repito, los mejores maestros que pueden<br />
enseñar <strong>el</strong> principio d<strong>el</strong> trabajo son los padres. En<br />
mi caso, <strong>el</strong> comenzar a trabajar junto a mi padre y<br />
abu<strong>el</strong>o, tíos y hermanos, me brindó una gran satisfacción.<br />
Estoy seguro de que más de una vez fui más<br />
un estorbo que una ayuda, pero los recuerdos que<br />
guardo de esa época son hermosos y las lecciones<br />
que aprendí fueron realmente valiosas. Es imperioso<br />
que los hijos aprendan responsabilidad e independencia.<br />
¿Dedican tiempo los padres <strong>para</strong> demostrar y<br />
enseñar a sus hijos a fin de que éstos puedan, como<br />
lo enseñó Lehi, ‘actuar por sí mismos, y no <strong>para</strong> que<br />
se actúe sobre <strong>el</strong>los’ (2 Nefi 2:26)?” (véase Liahona,<br />
enero de 1991, págs. 38–39).<br />
Élder Joseph B. Wirthlin<br />
“Los consejos d<strong>el</strong> presidente J. Reuben Clark dados<br />
hace cincuenta y seis años son válidos hoy en día.<br />
Él dijo: ‘Una ley in<strong>el</strong>udible y eterna es que <strong>el</strong> progreso<br />
se obtiene solamente por medio d<strong>el</strong> trabajo y<br />
la pre<strong>para</strong>ción, ya sea que <strong>el</strong> desarrollo sea material,