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el matrimonio eterno: manual para el alumno - The Church of Jesus

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82<br />

C ONTROL DE LA NATALIDAD<br />

tenemos la bendición y <strong>el</strong> gozo, y la obligación espiritual,<br />

de engendrar hijos y tener una familia. Es<br />

interesante notar que se nos presenta <strong>el</strong> aspecto<br />

positivo como meta.<br />

Me regocijo en que tengamos la comprensión de que<br />

uno de los principios fundamentales d<strong>el</strong> plan de salvación<br />

sea <strong>el</strong>… albedrío. La oportunidad de escoger<br />

libremente es tan importante que nuestro Padre<br />

C<strong>el</strong>estial estuvo dispuesto a dejar que una tercera<br />

parte de sus hijos perdieran oportunidades adicionales,<br />

antes de privarlos de su derecho de escoger.<br />

Nuestro curso de desarrollo, entonces, resulta de la<br />

consideración de las alternativas, mediante <strong>el</strong> estudio<br />

minucioso d<strong>el</strong> asunto y <strong>el</strong> buscar la inspiración<br />

d<strong>el</strong> Señor. Creo que esto forma parte d<strong>el</strong> núcleo d<strong>el</strong><br />

plan d<strong>el</strong> Evang<strong>el</strong>io. Siempre ha sido motivo de gozo<br />

y de confianza <strong>para</strong> mí observar que, al impartir las<br />

enseñanzas de Dios, nuestros pr<strong>of</strong>etas inspirados no<br />

buscan violar este plan general d<strong>el</strong> albedrío individual,<br />

sino que proveen una considerable flexibilidad<br />

de <strong>el</strong>ección personal.<br />

Recuerdo que un Presidente de la Iglesia, ya fallecido,<br />

visitó a su hija que estaba hospitalizada por<br />

haber perdido un embarazo.<br />

Ella era madre de ocho hijos, y tenía poco más de<br />

cuarenta años. “Papá”, preguntó, “¿Puedo dejar de<br />

tener hijos ahora?” La respuesta de él fue: “No me<br />

preguntes a mí; esa decisión deben tomarla tú, tu<br />

esposo y tu Padre en los ci<strong>el</strong>os. Si los dos pueden presentarse<br />

ante Él con la conciencia tranquila, y pueden<br />

decirle que han hecho todo lo posible, entonces<br />

pueden dejar de tenerlos, pero eso queda entre ustedes<br />

y Él. ¡Yo tengo suficientes problemas míos <strong>para</strong><br />

contarle cuando nos encontremos!” De manera que<br />

<strong>para</strong> mí es claro que las decisiones en r<strong>el</strong>ación a<br />

nuestros hijos, cuándo tenerlos, la cantidad y todos<br />

los asuntos y preguntas pertinentes, solamente se<br />

pueden tomar después de serias conversaciones entre<br />

ambos cónyuges y de orar al respecto.<br />

En <strong>el</strong> curso de aprender lo que es bueno <strong>para</strong> uno en<br />

un momento determinado, siempre he encontrado<br />

útil usar una medida básica: “Lo que voy a hacer, ¿es<br />

egoísta?” He llegado a la conclusión de que la mayoría<br />

de nuestros pecados son realmente pecados de<br />

egoísmo. Si no pagamos nuestro diezmo, es por causa<br />

d<strong>el</strong> egoísmo; si cometemos adulterio, es por causa d<strong>el</strong><br />

egoísmo; si somos deshonestos, es por causa d<strong>el</strong> egoísmo.<br />

He notado que muchas veces en las Escrituras <strong>el</strong><br />

Señor censura a la gente por causa de su egoísmo.<br />

E L M ATRIMONIO E TERNO: MANUAL P ARA E L A LUMNO<br />

De modo que, con r<strong>el</strong>ación a los asuntos familiares,<br />

si limitamos <strong>el</strong> número de hijos por comodidad y<br />

porque queremos cosas materiales, ciertamente<br />

desarrollaremos un carácter basado en <strong>el</strong> egoísmo; y<br />

tal como las Escrituras lo aclaran, ésa no es la descripción<br />

de un carácter c<strong>el</strong>estial. He encontrado que<br />

realmente tenemos que analizarnos <strong>para</strong> descubrir<br />

nuestros motivos; a veces, se descubren así las motivaciones<br />

superficiales y las excusas.<br />

Aunque, por otra parte, no debemos tener temor de<br />

estudiar <strong>el</strong> asunto desde ángulos importantes: la<br />

salud física o mental de la madre y d<strong>el</strong> padre, la<br />

capacidad de los padres de proveer lo necesario <strong>para</strong><br />

satisfacer las demandas básicas, etc. Si por ciertas<br />

razones personales una pareja decide, oración<br />

mediante, que tener otro hijo enseguida es imprudente,<br />

<strong>el</strong> método que usen <strong>para</strong> determinar cuántos<br />

meses o años debe haber entre un hijo y otro,<br />

teniendo en cuenta, por supuesto, los posibles efectos<br />

físico y médicos, tiene poca importancia. La abstinencia,<br />

naturalmente, es también un método<br />

anticoncepcional y, como cualquier otro, tiene sus<br />

efectos colaterales, algunos de los cuales son dañinos<br />

<strong>para</strong> la r<strong>el</strong>ación marital.<br />

Como médico, a menudo se me requiere tratar<br />

males que se manifiestan en síntomas socio-emocionales<br />

r<strong>el</strong>acionados con distintos aspectos de la vida.<br />

En esta tarea siempre me ha llamado la atención<br />

que nuestros pr<strong>of</strong>etas pasados y presentes nunca<br />

han estipulado que la única función de la r<strong>el</strong>ación<br />

matrimonial sea la de tener hijos; más bien, han<br />

enseñado que la intimidad física es una poderosa<br />

fuerza <strong>para</strong> fortalecer los lazos de amor en <strong>el</strong> <strong>matrimonio</strong>,<br />

realzando y reforzando la unidad marital.<br />

Ciertamente es <strong>el</strong> justo don de Dios <strong>para</strong> los casados.<br />

Como dice <strong>el</strong> apóstol Pablo:<br />

“La mujer no tiene potestad sobre su propio cuerpo,<br />

sino <strong>el</strong> marido; ni tampoco tiene <strong>el</strong> marido potestad<br />

sobre su propio cuerpo, sino la mujer” (1 Co. 7:4).<br />

Pablo agrega: “No os apartéis <strong>el</strong> uno d<strong>el</strong> otro, a no<br />

ser por algún tiempo de mutuo consentimiento,<br />

<strong>para</strong> ocuparos sosegadamente en <strong>el</strong> ayuno y en la<br />

oración; y volved a juntaros en uno, <strong>para</strong> que no os<br />

tiente Satanás a causa de vuestra incontinencia”<br />

(1 Co. 7:5, Traducción de José Smith). La abstinencia<br />

en <strong>el</strong> <strong>matrimonio</strong>, dice Pablo, puede causar tentaciones<br />

y tensiones innecesarias que ciertamente son<br />

efectos colaterales dañinos.<br />

Así que, en cuanto al número de meses o años entre<br />

los hijos, y en cuanto a otras preguntas sobre este

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