el matrimonio eterno: manual para el alumno - The Church of Jesus
el matrimonio eterno: manual para el alumno - The Church of Jesus
el matrimonio eterno: manual para el alumno - The Church of Jesus
Create successful ePaper yourself
Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.
366<br />
S ER PADRES: LA CREACIÓN DE UN HOGAR CENTRADO EN EL E VANGELIO<br />
intentan criar una familia de hijos rectos que podrán<br />
llevar de regreso a la presencia d<strong>el</strong> Padre C<strong>el</strong>estial.<br />
Puede que esto parezca un sueño imposible, pero les<br />
aseguro que hay miles de familias así en la Iglesia, y<br />
es una situación que puede convertirse en una realidad<br />
<strong>para</strong> cada uno si aceptamos y vivimos las enseñanzas<br />
de Jesucristo. Es afortunado <strong>el</strong> niño que vive<br />
en un hogar así, y ¡grande será <strong>el</strong> gozo de los padres<br />
por causa de su posteridad!” (Ensign, enero de 1974,<br />
pág. 10).<br />
Élder Boyd K. Packer<br />
“El propósito primordial de toda actividad que se<br />
lleva a cabo en la Iglesia es que marido y mujer,<br />
junto con sus hijos, puedan ser f<strong>el</strong>ices en <strong>el</strong> hogar y<br />
prolongar esa f<strong>el</strong>icidad más allá de la muerte. Toda<br />
doctrina cristiana fue concebida <strong>para</strong> proteger a la<br />
persona, al hogar y a la familia” (Liahona, agosto de<br />
1981, pág. 21).<br />
Élder James E. Faust<br />
“Si bien hay pocos desafíos que sean mayores que <strong>el</strong><br />
de la paternidad, pocas son las cosas que <strong>of</strong>recen un<br />
grado mayor de gozo. Sin duda no hay trabajo más<br />
importante en este mundo que <strong>el</strong> de pre<strong>para</strong>r a<br />
nuestros hijos <strong>para</strong> aprender <strong>el</strong> temor a Dios, ser f<strong>el</strong>ices,<br />
honrados y productivos. No hay f<strong>el</strong>icidad mayor<br />
<strong>para</strong> los padres que lograr que sus hijos los honren a<br />
<strong>el</strong>los y a sus enseñanzas. Ésa es en realidad la gloria<br />
de la paternidad. Juan testificó: ‘No tengo yo mayor<br />
gozo que este, <strong>el</strong> oír que mis hijos andan en la verdad’<br />
(3 Juan 1:4)” (Liahona, enero de 1991, pág. 37).<br />
Élder Dallin H. Oaks<br />
“El mandamiento de honrar a nuestros padres hace<br />
eco al sagrado espíritu de las r<strong>el</strong>aciones familiares,<br />
las cuales deben ser expresiones sublimes de amor e<br />
interés mutuos. Nos damos cuenta de la importancia<br />
de estas r<strong>el</strong>aciones al comprender que [las máximas]<br />
expresiones de gozo o de dolor en esta vida<br />
mortal las causan los miembros de nuestra familia”<br />
(Liahona, julio de 1991, pág. 16).<br />
La enseñanza d<strong>el</strong> Evang<strong>el</strong>io a los hijos<br />
Presidente Ezra Taft Benson<br />
“Estas promesas —<strong>el</strong> aumento de amor y armonía<br />
en <strong>el</strong> hogar, un mayor respeto entre padres e hijos,<br />
mayor espiritualidad y rectitud— no son promesas<br />
vanas, sino es exactamente lo que <strong>el</strong> pr<strong>of</strong>eta José<br />
E L M ATRIMONIO E TERNO: MANUAL P ARA E L A LUMNO<br />
Smith quiso decir cuando declaró que <strong>el</strong> Libro de<br />
Mormón nos ayudará a acercarnos más a Dios”<br />
(Liahona, enero de 1987, pág. 6).<br />
“No le estamos dando <strong>el</strong> uso que debemos al Libro<br />
de Mormón. Nuestros hogares no son tan fuertes<br />
como podrían serlo a menos que lo estemos usando<br />
<strong>para</strong> acercar a nuestros hijos a Cristo” (Ensign, mayo<br />
de 1975, pág. 65).<br />
“Alentamos a los padres a enseñar a sus hijos los<br />
principios espirituales fundamentales que les inculquen<br />
la fe en Dios” (“Righteousness Exalteth a<br />
Nation”, pág. 5).<br />
“¿Qué debemos enseñar…? El Señor lo ha rev<strong>el</strong>ado<br />
en forma específica. Escuchen Sus palabras:<br />
‘Enséñalo, pues, a tus hijos, que es preciso que<br />
todos los hombres, en todas partes, se arrepientan,<br />
o de ninguna manera heredarán <strong>el</strong> reino de Dios,<br />
porque ninguna cosa inmunda puede morar allí, ni<br />
morar en su presencia’ (Moisés 6:57).<br />
“Como se indica más ad<strong>el</strong>ante en esta rev<strong>el</strong>ación, la<br />
doctrina fundamental consiste en la caída, la misión<br />
de Cristo y Su expiación, y los primeros principios<br />
y ordenanzas d<strong>el</strong> Evang<strong>el</strong>io, que incluyen la fe en<br />
Jesucristo, <strong>el</strong> arrepentimiento, <strong>el</strong> bautismo <strong>para</strong> remisión<br />
de los pecados y <strong>el</strong> don d<strong>el</strong> Espíritu Santo como<br />
los medios <strong>para</strong> llevar una vida de santidad (véase<br />
Moisés 6:58–59)” (Liahona, agosto de 1981, pág. 56).<br />
Presidente N. Eldon Tanner<br />
“Los padres también deben enseñar a sus hijos desde<br />
muy temprana edad <strong>el</strong> glorioso concepto y hecho de<br />
que son hijos espirituales de Dios y que la única<br />
manera de gozar de éxito y f<strong>el</strong>icidad aquí y en <strong>el</strong> más<br />
allá es decidir seguir las enseñanzas de Jesucristo. Se<br />
les debe enseñar que Satanás es un ser real que se valdrá<br />
de todo lo que tenga a su disposición <strong>para</strong> tentarlos<br />
a obrar mal, <strong>para</strong> desviarlos, <strong>para</strong> convertirlos en<br />
cautivos de él y <strong>para</strong> evitar que sean partícipes de la<br />
suprema f<strong>el</strong>icidad y exaltación que de otro modo<br />
recibirían” (Ensign, julio de 1973, pág. 8).<br />
Presidente Marion G. Romney<br />
“…existe otra razón por la que debemos leer <strong>el</strong><br />
Libro de Mormón: al hacerlo, llenaremos y refrescaremos<br />
nuestras mentes con <strong>el</strong> correr constante de<br />
esa ‘agua’ de la que Jesús dijo que sería en nosotros<br />
‘una fuente de agua que salte <strong>para</strong> vida eterna’<br />
(Juan 4:14). Si queremos resistir al mal y retener las<br />
bendiciones de haber nacido nuevamente, debemos