19.05.2013 Views

el matrimonio eterno: manual para el alumno - The Church of Jesus

el matrimonio eterno: manual para el alumno - The Church of Jesus

el matrimonio eterno: manual para el alumno - The Church of Jesus

SHOW MORE
SHOW LESS

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

156<br />

F UNCIONES Y RESPONSABILIDADES DIVINAS DE LA MUJER<br />

VUESTRO PAPEL COMO MUJERES<br />

JUSTAS<br />

Presidente Spencer W. Kimball<br />

Presidente de la Iglesia<br />

Leído por la hermana Camilla<br />

Kimball, esposa d<strong>el</strong> Presidente<br />

Véase Liahona, enero de 1980,<br />

págs. 102–104<br />

Mis amadas hermanas, durante meses he esperado<br />

con ansiedad <strong>el</strong> momento de poder reunirme con<br />

ustedes una vez más en una conferencia mundial de<br />

las mujeres de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de<br />

los Últimos Días. Lamentablemente, me encuentro<br />

internado acá en Salt Lake City y no podré estar en<br />

persona con ustedes; pero las acompañaré en espíritu,<br />

y estaré mirando por t<strong>el</strong>evisión y escuchando la<br />

conferencia desde mi cuarto en <strong>el</strong> Hospital LDS.<br />

Los consejos que dimos en la reunión d<strong>el</strong> año pasado<br />

continúan en vigencia. Cada vez que reflexiono y<br />

medito sobre las gloriosas verdades d<strong>el</strong> Evang<strong>el</strong>io,<br />

lo cual es a menudo, me pregunto si llegaremos a<br />

comprender algún día las implicaciones de esas verdades.<br />

Permítanme mencionar algunos ejemplos.<br />

Las Escrituras y los pr<strong>of</strong>etas nos han enseñado claramente<br />

que Dios, quien es perfecto en cuanto a Su justicia,<br />

“no hace acepción de personas” (Hch. 10:34);<br />

también sabemos que Él es perfecto en Su amor por<br />

cada uno de nosotros, Sus hijos espirituales. El conocer<br />

estas verdades, mis hermanas y compañeras en<br />

esta divina causa, nos ayudará grandemente al tener<br />

que enfrentarnos al mundo, con su amor muy por<br />

debajo de lo perfecto y su justicia que deja mucho<br />

que desear. Si en nuestro corto paso por la vida somos<br />

heridos por la falta de sensibilidad o de consideración<br />

de hombres y mujeres imperfectos, esto nos causará<br />

dolor; pero ese dolor y desilusión serán pasajeros,<br />

pues las vías d<strong>el</strong> mundo no prevalecerán, sino que<br />

triunfarán las vías d<strong>el</strong> Señor.<br />

Como hijos espirituales Suyos, todos gozábamos de<br />

plena igualdad, y todos gozamos de plena igualdad<br />

al recibir <strong>el</strong> amor perfecto que Dios nos tiene. El<br />

difunto élder John A. Widtsoe escribió lo siguiente:<br />

“El lugar de la mujer en la Iglesia es junto al hombre,<br />

no detrás de él, ni d<strong>el</strong>ante de él. En la Iglesia, <strong>el</strong><br />

hombre y la mujer son iguales, y <strong>el</strong> Evang<strong>el</strong>io fue<br />

E L M ATRIMONIO E TERNO: MANUAL P ARA E L A LUMNO<br />

ideado por <strong>el</strong> Señor <strong>para</strong> mujeres y hombres por<br />

igual” (Improvement Era, marzo de 1942, pág. 161).<br />

Sin embargo, dentro de los parámetros de esas grandiosas<br />

garantías, nuestros pap<strong>el</strong>es y asignaciones<br />

difieren. Esas diferencias son eternas: a la mujer se<br />

le ha dado la enorme responsabilidad de la maternidad<br />

y <strong>el</strong> compañerismo, y al hombre, la enorme responsabilidad<br />

de la paternidad y <strong>el</strong> sacerdocio; pero,<br />

en <strong>el</strong> Señor, ni <strong>el</strong> hombre es sin la mujer, ni la<br />

mujer sin <strong>el</strong> hombre (véase 1 Co. 11:11). Tanto un<br />

hombre como una mujer justos son una bendición<br />

<strong>para</strong> todos aqu<strong>el</strong>los en quienes influyan.<br />

Recuerden que en <strong>el</strong> mundo preterrenal, a las mujeres<br />

fi<strong>el</strong>es se les dieron ciertas asignaciones, y a los<br />

hombres fi<strong>el</strong>es se los preordenó <strong>para</strong> determinados<br />

deberes en <strong>el</strong> sacerdocio. Aunque no recordemos los<br />

detalles, <strong>el</strong>lo no altera la gloriosa realidad de que en<br />

una oportunidad estuvimos de acuerdo con hacer<br />

ciertas cosas. ¡Ustedes son responsables d<strong>el</strong> cumplimiento<br />

de todo lo que se esperaba de ustedes en<br />

aqu<strong>el</strong>la etapa, en la misma forma en que aqu<strong>el</strong>los a<br />

quienes sostenemos como apóstoles y pr<strong>of</strong>etas son<br />

responsables d<strong>el</strong> cumplimiento de sus obligaciones!<br />

Como hemos indicado en años anteriores, a pesar<br />

de que nuestros pap<strong>el</strong>es <strong>eterno</strong>s difieren, todavía<br />

tenemos mucho <strong>para</strong> hacer en lo que respecta a<br />

nuestro desarrollo <strong>para</strong>l<strong>el</strong>o, tanto <strong>el</strong> hombre como<br />

la mujer. En este sentido, deseo recalcar una vez<br />

más la gran necesidad que tiene toda mujer de estudiar<br />

las Escrituras. Deseamos que los hogares de la<br />

Iglesia sean bendecidos con mujeres eruditas en las<br />

Escrituras, ya sea que sean solteras o casadas, jóvenes<br />

o ancianas, divorciadas o viudas, o que todavía<br />

estén viviendo con su familia.<br />

Sean cual sean las circunstancias particulares, al<br />

familiarizarse más con las verdades de las Escrituras,<br />

les resultará cada vez más fácil vivir <strong>el</strong> segundo gran<br />

mandamiento de amar a nuestro prójimo como a<br />

nosotros mismos. Conviértanse en estudiosas de las<br />

Escrituras, no <strong>para</strong> disminuir a los demás, ¡sino <strong>para</strong><br />

<strong>el</strong>evarlos! ¿Quién podrá tener mayor necesidad de<br />

atesorar las verdades d<strong>el</strong> Evang<strong>el</strong>io (a las que pueden<br />

recurrir en momentos difíciles), que las mujeres<br />

y madres, que son quienes tanto nutren y enseñan?<br />

Procuren la exc<strong>el</strong>encia en todos sus justos afanes y<br />

en todos los aspectos de sus vidas.<br />

Recuerden siempre, queridas hermanas, que las bendiciones<br />

eternas que pueden obtener por ser miembros<br />

de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!