19.05.2013 Views

el matrimonio eterno: manual para el alumno - The Church of Jesus

el matrimonio eterno: manual para el alumno - The Church of Jesus

el matrimonio eterno: manual para el alumno - The Church of Jesus

SHOW MORE
SHOW LESS

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

“Por benignidad. Emplea más la sonrisa que <strong>el</strong> ceño<br />

fruncido; no es áspero ni gritón ni infunde temor;<br />

no impone disciplina cuando está enojado.<br />

“Por mansedumbre. No es orgulloso, no aca<strong>para</strong> las<br />

conversaciones y está dispuesto a someter su voluntad<br />

a la d<strong>el</strong> Señor.<br />

“Por amor sincero. No finge; es sincero y ama incondicionalmente,<br />

aun cuando los demás no lo merezcan.<br />

“Por bondad. Es cortés y es atento, tanto en las cosas<br />

pequeñas como en las que son más obvias.<br />

“Por conocimiento puro. Evita las verdades a medias y<br />

trata de comprender la forma de sentir y de pensar<br />

de los demás.<br />

“Sin hipocresía. Hace lo que predica; reconoce que<br />

no siempre tiene razón, y está dispuesto a admitir<br />

sus errores y decir: ‘Lo siento’.<br />

“Sin engaño. No es engañador ni emplea artimañas<br />

en sus tratos con los demás, sino que es honrado y<br />

verídico cuando expresa su manera de pensar…<br />

“Para saber si tiene la tendencia a ejercer injusto<br />

dominio, todo esposo y padre debería hacerse las<br />

siguientes preguntas:<br />

“1. ¿Critico a los integrantes de mi familia más de<br />

lo que los <strong>el</strong>ogio?<br />

“2. ¿Insisto en que los miembros de mi familia me<br />

obedezcan porque soy <strong>el</strong> padre o esposo y poseo <strong>el</strong><br />

sacerdocio?<br />

“3. ¿Busco la f<strong>el</strong>icidad en mi trabajo o en alguna<br />

otra parte más que en mi hogar?<br />

“4. ¿Se sienten mis hijos renuentes a hablarme<br />

con respecto a sus maneras de pensar y sus preocupaciones?<br />

“5. ¿Afianzo mi posición de autoridad mediante la<br />

disciplina o <strong>el</strong> castigo físico?<br />

“6. ¿Establezco y pongo en práctica un gran número<br />

de reglas a fin de dominar a mi familia?<br />

“7. ¿Parecen tenerme miedo los miembros de mi<br />

familia?<br />

“8. ¿Me inquieta la idea de dividir con otros miembros<br />

de la familia <strong>el</strong> poder y la responsabilidad de<br />

tomar decisiones?<br />

“9. ¿Depende mi esposa totalmente de mí y es incapaz<br />

de tomar decisiones por sí misma?<br />

A BUSO Y MALTRATO 5<br />

“10. ¿Se queja mi esposa de que no tiene fondos<br />

suficientes <strong>para</strong> administrar las necesidades d<strong>el</strong><br />

hogar porque yo llevo <strong>el</strong> control de todo <strong>el</strong> dinero?<br />

“11. ¿Insisto en ser yo la fuente principal de inspiración<br />

<strong>para</strong> cada miembro de la familia, en vez de<br />

enseñar a cada hijo que confíe en la inspiración<br />

d<strong>el</strong> Espíritu?<br />

“12. ¿Me enfado con facilidad y critico frecuentemente<br />

a los integrantes de mi familia?<br />

“Si la respuesta a cualquiera de estas preguntas es<br />

afirmativa, es necesario que evaluemos nuestra r<strong>el</strong>ación<br />

con los miembros de nuestra familia. Para <strong>el</strong><br />

poseedor d<strong>el</strong> sacerdocio, la mejor manera de saber<br />

si está tratando de controlar a los miembros de su<br />

familia es examinar su r<strong>el</strong>ación con <strong>el</strong> Señor. Si ha<br />

perdido la influencia d<strong>el</strong> Espíritu o se ha alejado de<br />

Él (si hay evidencia de contención, desunión o reb<strong>el</strong>ión),<br />

podrá saber que está ejerciendo injusto dominio”<br />

(véase Liahona, junio de 1990, págs. 21, 23).<br />

Hermana Aileen H. Clyde<br />

“Aunque no siempre es fácil comprender lo que es<br />

la caridad, en ocasiones es factible no llegar a comprenderla<br />

bien. El aguantar cualquier tipo de maltrato<br />

o injusticia que otros nos causen no es caridad<br />

ni bondad. Dios nos manda que de la misma<br />

manera que lo amamos a Él, debemos amarnos y respetarnos<br />

a nosotros mismos. No es amor <strong>el</strong> permitir<br />

que otros repetidamente nieguen nuestra naturaleza<br />

divina y… albedrío. No es amor soportar tales circunstancias,<br />

[ni] entregarse a la desesperación y <strong>el</strong><br />

desamparo. Esa manera de sufrir debe terminarse y<br />

es muy difícil hacerlo solos. Hay líderes d<strong>el</strong> sacerdocio<br />

y otros siervos comprensivos d<strong>el</strong> Señor dispuestos<br />

a ayudar y fortalecer si saben que se les necesita;<br />

debemos permitir que otros nos ayuden” (Liahona,<br />

enero de 1992, pág. 87).<br />

CÓMO SANAR LAS TRÁGICAS HERI-<br />

DAS DEL ABUSO<br />

Élder Richard G. Scott<br />

D<strong>el</strong> Quórum de los Doce<br />

Apóstoles<br />

Liahona, julio de 1992, págs.<br />

36–38<br />

E L M ATRIMONIO E TERNO: MANUAL P ARA E L A LUMNO

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!