el matrimonio eterno: manual para el alumno - The Church of Jesus
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mental o espiritual. El trabajo no tiene substituto’<br />
(en Conference Report, abril de 1933, pág. 103). En<br />
[fecha] más reciente, <strong>el</strong> élder Howard W. Hunter nos<br />
aconsejó: ‘La primera instrucción de que se tiene<br />
registro, dada a Adán después de la caída, tuvo que<br />
ver con <strong>el</strong> principio <strong>eterno</strong> d<strong>el</strong> trabajo. El Señor<br />
dijo: “Con <strong>el</strong> sudor de tu rostro comerás <strong>el</strong> pan”<br />
(Génesis 3:19). Es tanto lo que nos ama nuestro<br />
Padre C<strong>el</strong>estial que nos ha dado <strong>el</strong> mandamiento<br />
de trabajar, lo cual es una de las llaves <strong>para</strong> la vida<br />
eterna. El sabe que aprenderemos más, creceremos<br />
más, lograremos más, serviremos más y nos beneficiaremos<br />
más a consecuencia de una vida industriosa<br />
que una de ocio’ (Ensign, noviembre de 1975, pág.<br />
122)” (Liahona, julio de 1989, pág. 10).<br />
Élder Joe J. Christensen<br />
“Enseñen a los hijos a trabajar y a ser responsables.<br />
Especialmente en las ciudades, muchos niños crecen<br />
en un ambiente en <strong>el</strong> que no tienen mucho <strong>para</strong><br />
hacer. Son como <strong>el</strong> jovencito de trece años al que le<br />
preguntaron qué hacía durante los días d<strong>el</strong> verano.<br />
“Contestó: ‘Bueno, me levanto a la diez u once, después<br />
mamá me da algo de comer. A<br />
veces voy con los muchachos a jugar<br />
al básquetbol, o miro t<strong>el</strong>evisión y después<br />
voy a las tiendas o a los centros<br />
comerciales a mirar a las chicas y a<br />
pasar <strong>el</strong> rato’…<br />
“Me gusta lo que <strong>el</strong> presidente Spencer<br />
W. Kimball ha dicho sobre <strong>el</strong> tema:…<br />
“‘Queremos que ustedes, padres,<br />
inventen trabajo <strong>para</strong> sus hijos…’ “<br />
(Liahona, enero de 1994, págs. 12–13).<br />
El deber d<strong>el</strong> padre<br />
Presidente Howard W. Hunter<br />
Véase “El ser marido y padre con rectitud”, en las<br />
páginas 188–191.<br />
Élder James E. Faust<br />
“Me apresuro a agregar que hay demasiados hombres<br />
que maltratan a su esposa y a sus hijos, y de los<br />
cuales éstos necesitan protección. Y sin embargo,<br />
los estudios sociológicos modernos confirman sin<br />
duda que la influencia de un padre abnegado es<br />
esencial en la vida d<strong>el</strong> niño, ya sea varón o mujer.<br />
En los últimos veinte años,<br />
S ER PADRES: LA CREACIÓN DE UN HOGAR CENTRADO EN EL E VANGELIO 369<br />
[Tanto las madres<br />
como los padres]<br />
reúnen las<br />
condiciones <strong>para</strong><br />
educarlos, pero su<br />
manera de actuar<br />
es diferente.<br />
durante los cuales ha sido difícil mantener intactos<br />
<strong>el</strong> hogar y la familia, los estudios sociológicos rev<strong>el</strong>an<br />
este hecho alarmante: muchos de los crímenes<br />
y de los desórdenes de conducta que ocurren en los<br />
Estados Unidos se originan en hogares en los que<br />
<strong>el</strong> padre ha abandonado a su familia. En <strong>el</strong> mundo<br />
entero hay muchas sociedades en las que <strong>el</strong> desamparo<br />
de los niños, <strong>el</strong> crimen, la adicción a las drogas<br />
y la corrupción de la vida familiar están estrechamente<br />
r<strong>el</strong>acionados con la ausencia de las enseñanzas<br />
y d<strong>el</strong> ejemplo de un buen padre. En <strong>el</strong> aspecto<br />
sociológico, se ha hecho lamentablemente obvio<br />
<strong>el</strong> hecho de que <strong>el</strong> padre no es una figura familiar<br />
optativa.<br />
“Es preciso que honremos la posición d<strong>el</strong> padre en<br />
<strong>el</strong> hogar como la fuente principal de apoyo físico<br />
y espiritual. Y esto lo digo sin reservas, porque <strong>el</strong><br />
Señor ha rev<strong>el</strong>ado que <strong>el</strong> marido tiene esta obligación:<br />
‘Las mujeres tienen <strong>el</strong> derecho de recibir sostén<br />
de sus maridos hasta que éstos mueran’ (D. y C.<br />
83:2). Y más ad<strong>el</strong>ante dice: ‘Todos los niños tienen<br />
<strong>el</strong> derecho de recibir <strong>el</strong> sostén de sus padres hasta<br />
que sean mayores de edad’ (D. y C. 83:4). Además,<br />
su bienestar espiritual debe llevarse a<br />
cabo ‘por la fe y <strong>el</strong> convenio de sus<br />
padres’ (D. y C. 84:99). Y con respecto<br />
a los niños pequeños, <strong>el</strong> Señor ha<br />
prometido que se requerirán ‘grandes<br />
cosas de las manos de sus padres’<br />
(D. y C. 29:48).<br />
“Es inútil entrar en un debate en<br />
cuanto a cuál de los progenitores es<br />
más importante. Nadie puede dudar<br />
que la influencia de la madre tiene<br />
suma trascendencia <strong>para</strong> un recién nacido y durante<br />
los primeros años de vida d<strong>el</strong> niño. La influencia<br />
d<strong>el</strong> padre va cobrando cada vez más importancia a<br />
medida que <strong>el</strong> hijo crece. Sin embargo, cada uno<br />
de los padres es necesario en las diversas etapas de<br />
desarrollo d<strong>el</strong> niño. Hay una diferencia intrínseca<br />
en lo que hacen <strong>el</strong> padre y la madre por sus hijos;<br />
ambos reúnen las condiciones <strong>para</strong> educarlos, pero<br />
su manera de actuar es diferente; se diría que la<br />
madre tiene un pap<strong>el</strong> preponderante en pre<strong>para</strong>r al<br />
niño <strong>para</strong> la vida en <strong>el</strong> seno familiar (tanto presente<br />
como futura), y que <strong>el</strong> padre está más habilitado<br />
<strong>para</strong> pre<strong>para</strong>rlo con <strong>el</strong> fin de que se desenvu<strong>el</strong>va<br />
mejor en <strong>el</strong> ambiente exterior.<br />
“Una autoridad en la materia dice lo siguiente: ‘Los<br />
estudios que se han hecho indican que <strong>el</strong> padre<br />
E L M ATRIMONIO E TERNO: MANUAL P ARA E L A LUMNO