el matrimonio eterno: manual para el alumno - The Church of Jesus
el matrimonio eterno: manual para el alumno - The Church of Jesus
el matrimonio eterno: manual para el alumno - The Church of Jesus
You also want an ePaper? Increase the reach of your titles
YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.
170<br />
F UNCIONES Y RESPONSABILIDADES DIVINAS DE LA MUJER<br />
<strong>para</strong> merecerlo, se cumplirá en <strong>el</strong> tiempo d<strong>el</strong> Señor 23 .<br />
No te apartes d<strong>el</strong> plan de nuestro Dios 24 y te desvíes<br />
hacia las costumbres d<strong>el</strong> mundo, donde la maternidad<br />
se menosprecia, la femineidad se degrada y<br />
se hace burla de la función de la mujer como esposa<br />
y madre. Deja que <strong>el</strong> mundo haga lo suyo. Tú,<br />
sigue <strong>el</strong> plan d<strong>el</strong> Señor <strong>para</strong> llegar a los logros más<br />
altos y a la f<strong>el</strong>icidad más completa. En esta vida o en<br />
la otra se rectificará la ausencia de las bendiciones<br />
prometidas de las cuales seas merecedora 25 .<br />
Gratitud por las mujeres y lo que hacen<br />
Muchas veces entrevisto a firmes líderes d<strong>el</strong> sacerdocio.<br />
Cuando esos hombres hablan de su esposa, lo<br />
hacen con ternura y con obvia gratitud por la esposa<br />
que tienen. Muchas veces, las lágrimas les brotan de<br />
sus ojos. Y hacen comentarios como éstos: “es más<br />
espiritual, más pura y más dedicada que yo”; “<strong>el</strong>la<br />
es la fuerza de mi vida”; o “no podría cumplir mis<br />
deberes sin <strong>el</strong>la”. hermana, no juzgues tu valor, tu<br />
importancia ni <strong>el</strong> amor que te tenemos por nuestra<br />
ineptitud <strong>para</strong> expresarte lo que sentimos pr<strong>of</strong>undamente.<br />
Ese mismo rasgo divino que posees de dar<br />
de ti, sin tener en cuenta las consecuencias, te conduce<br />
a subestimar tu propio valor.<br />
Humildemente doy gracias a nuestro Padre C<strong>el</strong>estial<br />
por Sus hijas, por ti, que has venido a la tierra <strong>para</strong><br />
vivir en circunstancias tan inciertas. La mayoría de<br />
los hombres no podríamos soportar las incertidumbres<br />
que se te presentan. Las costumbres sociales exigen<br />
que aguardes a que te propongan <strong>matrimonio</strong>;<br />
después, se espera que sigas a tu marido adonde le<br />
lleven su empleo o su llamamiento; <strong>el</strong> vecindario en<br />
<strong>el</strong> que vivas depende de la capacidad que él tenga<br />
<strong>para</strong> proveer, ya sea poco o mucho; tú pones tu vida<br />
en las manos d<strong>el</strong> Señor cada vez que das a luz un<br />
hijo. El hombre no hace ese sacrificio. La bendición<br />
que <strong>of</strong>reces al educar a tus hijos y atender a tu<br />
marido se mezcla con muchas tareas rutinarias. Pero<br />
haces todo eso voluntariamente porque eres mujer.<br />
Generalmente, no tienes idea de lo admirable y lo<br />
capaz que eres, de cuánto se te estima y se te ama ni<br />
de cuán desesperadamente se te necesita, porque la<br />
mayoría de los hombres no dicen esas cosas tan<br />
abiertamente ni tan a menudo como deberían.<br />
Cómo lograr la f<strong>el</strong>icidad<br />
¿Cómo puedes recibir la f<strong>el</strong>icidad y las bendiciones<br />
más grandes de esta experiencia terrenal?<br />
E L M ATRIMONIO E TERNO: MANUAL P ARA E L A LUMNO<br />
• Aprende <strong>el</strong> fundamento doctrinal d<strong>el</strong> gran<br />
plan de f<strong>el</strong>icidad estudiando las Escrituras,<br />
meditándolas y orando <strong>para</strong> comprenderlas.<br />
Estudia con atención y aplica la Proclamación<br />
de la Primera Presidencia y <strong>el</strong> Consejo de los<br />
Doce Apóstoles 26 . Fue inspirada por <strong>el</strong> Señor.<br />
• Escucha las palabras inspiradas de los Pr<strong>of</strong>etas<br />
presentes y pasados. Puedes recibir una confirmación<br />
personal de <strong>el</strong>las en tu propio corazón<br />
y en tu mente al orar acerca de <strong>el</strong>las, con <strong>el</strong><br />
fin de aplicarlas a tu situación. Píd<strong>el</strong>e al Señor<br />
que te confirme las decisiones que tomes y<br />
acepta la responsabilidad de <strong>el</strong>las.<br />
• Obedece los sentimientos íntimos que recibas<br />
como impresiones d<strong>el</strong> Espíritu Santo. Esas<br />
impresiones se originan debido a tus pensamientos<br />
y acciones correctos y a tu determinación<br />
de saber la voluntad d<strong>el</strong> Señor y de<br />
hacerla.<br />
• Cuando lo necesites, busca <strong>el</strong> consejo y la guía<br />
de tus padres y de los líderes d<strong>el</strong> sacerdocio.<br />
• Una madre s<strong>el</strong>ecta escribió esto: “¿Cómo<br />
enfrentaban las mujeres pioneras… los problemas<br />
de su época? Escuchaban la voz d<strong>el</strong><br />
Pr<strong>of</strong>eta y lo seguían, porque sabían que era la<br />
voluntad d<strong>el</strong> Señor. Por su fe y obediencia,<br />
enfrentaron los problemas y cosecharon grandes<br />
bendiciones. Ellas no daban prioridad a la<br />
seguridad económica, a una casa hermosa ni a<br />
una vida fácil… Ningún sacrificio era demasiado<br />
grande si era por <strong>el</strong> bien de su marido e<br />
hijos preciados” 27 .<br />
• Es evidente que no sé lo que siente una mujer,<br />
pero sé efectivamente lo que es amar a una con<br />
todo mi corazón y mi alma. Constantemente<br />
le expreso al Señor la inconmensurable gratitud<br />
que siento por las infinitas bendiciones<br />
que gozan nuestros hijos y que he recibido tan<br />
abundantemente de la vida de una de Sus preciadas<br />
hijas. Y deseo que tú tengas la misma<br />
f<strong>el</strong>icidad que nosotros hallamos. Cuanto más<br />
te adhieras al plan que Él tiene <strong>para</strong> ti, mayores<br />
serán tu f<strong>el</strong>icidad, tu satisfacción y tu progreso;<br />
y mayor será tu mérito que te permitirá recibir<br />
las recompensas que Él ha prometido a los obedientes.<br />
Testifico de <strong>el</strong>lo, pues <strong>el</strong> Salvador vive<br />
y Él te ama. En <strong>el</strong> nombre de Jesucristo. Amén.