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el matrimonio eterno: manual para el alumno - The Church of Jesus

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CONFIANZA DENTRO<br />

DEL MATRIMONIO<br />

La paz no puede existir donde no<br />

exista la confianza ni puede haber<br />

libertad donde no haya lealtad.<br />

ENSEÑANZAS SELECCIONADAS<br />

La confianza<br />

—Élder Gordon B. Hinckley<br />

Presidente Howard W. Hunter<br />

“Sean fi<strong>el</strong>es a sus convenios matrimoniales en pensamiento,<br />

palabra y hecho. La pornografía, <strong>el</strong> flirteo y<br />

las malsanas fantasías corroen la integridad personal<br />

y asestan un feroz golpe a los cimientos de un <strong>matrimonio</strong><br />

f<strong>el</strong>iz. De ese modo se destruyen la unidad y la<br />

confianza de un <strong>matrimonio</strong>. El que no domine sus<br />

pensamientos y cometa así adulterio en su corazón,<br />

si no se arrepiente, no tendrá <strong>el</strong> Espíritu, sino que<br />

negará la fe y temerá (véase D. y C. 42:23; 63:16)”<br />

(Liahona, enero de 1995, pág. 57).<br />

Presidente Gordon B. Hinckley<br />

“El Señor ha proclamado que <strong>el</strong> <strong>matrimonio</strong> entre<br />

un hombre y una mujer es ordenado por Dios y<br />

tiene como fin ser una r<strong>el</strong>ación eterna ligada por la<br />

confianza y la fid<strong>el</strong>idad mutuas. Los Santos de los<br />

Últimos Días, más que nadie, deben casarse con este<br />

sagrado objetivo en mente…” (Liahona, julio de<br />

1987, pág. 46).<br />

Élder Marvin J. Ashton<br />

“Estar dispuestos a guardar confidencias. Sean dignos<br />

de confianza aun en preguntas y opiniones que<br />

parezcan triviales. Se nos formularán preguntas más<br />

serias y se nos darán opiniones importantes, sólo si<br />

hemos sido dignos de confianza con lo más trivial.<br />

Traten con respeto las cosas dichas en confianza y<br />

las preocupaciones de los demás. Edifiquen en su<br />

derredor una confianza merecida. Aqu<strong>el</strong>los que tienen<br />

las bendición de tener amigos en quienes puedan<br />

confiar, son verdaderamente afortunados.<br />

¿Quién está en posición de decir que la confianza<br />

familiar no supera a la confianza de la comunidad?”<br />

(Véase Liahona, agosto de 1976, pág. 47).<br />

Más respeto, lealtad y unión<br />

Élder Ezra Taft Benson<br />

“El <strong>matrimonio</strong> en sí se debe considerar como un<br />

convenio sagrado que se hizo ante Dios. Una pareja<br />

casada no solamente tiene una obligación mutua<br />

sino que también la tiene hacia Dios, quien ha prometido<br />

grandes bendiciones <strong>para</strong> aqu<strong>el</strong>los que honren<br />

ese convenio.<br />

“La fid<strong>el</strong>idad a los votos matrimoniales es absolutamente<br />

esencial <strong>para</strong> que existan <strong>el</strong> amor, la confianza<br />

y la paz. El adulterio, sin ningún lugar a<br />

dudas, es condenado por <strong>el</strong> Señor.<br />

“Los cónyuges que se aman se darán cuenta de que<br />

<strong>el</strong> amor y la lealtad son recíprocos. Esta clase de<br />

amor proporcionará <strong>el</strong> [entorno] adecuado <strong>para</strong> la<br />

evolución emocional de los hijos. La vida familiar<br />

debe traernos f<strong>el</strong>icidad y gozo, algo que los hijos<br />

puedan siempre tener presente entre sus recuerdos<br />

más gratos” (“La salvación: Un asunto familiar”,<br />

Liahona, noviembre de 1992, pág. 4).<br />

Élder Gordon B. Hinckley<br />

“…No hay nación ni civilización que subsista si no<br />

hay fortaleza en sus hogares y en la vida de sus ciudadanos.<br />

Y esa fortaleza proviene de la integridad<br />

de los que vivan en esos hogares.<br />

“En una familia no puede haber paz, ni la vida de<br />

sus integrantes puede estar libre de las tormentas de<br />

la adversidad, a menos que esa familia y ese hogar<br />

estén fundados en cimientos de moralidad, fid<strong>el</strong>idad<br />

y respeto mutuo. La paz no puede existir donde<br />

no exista la confianza ni puede haber libertad<br />

donde no haya lealtad. La cálida luz d<strong>el</strong> amor no<br />

puede provenir d<strong>el</strong> pantano de la inmoralidad”<br />

(véase “En busca de paz y libertad”, Liahona, septiembre<br />

de 1990, pág. 5).<br />

“¿Existió alguna vez <strong>el</strong> adulterio sin la falta de honradez?<br />

En <strong>el</strong> lenguaje común, se habla de esta vil<br />

acción como ‘traicionar’. Y efectivamente, es una<br />

traición, porque usurpa la virtud y la lealtad, traiciona<br />

promesas sagradas y despoja de autorrespeto y<br />

de la verdad. Es un engaño; es una de las peores formas<br />

de deshonestidad, porque traiciona la más<br />

sagrada de las r<strong>el</strong>aciones humanas y niega los<br />

E L M ATRIMONIO E TERNO: MANUAL P ARA E L A LUMNO<br />

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