el matrimonio eterno: manual para el alumno - The Church of Jesus
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por esta vida terrenal sino también por toda la eternidad.<br />
Un propósito principal d<strong>el</strong> <strong>matrimonio</strong> es<br />
vestir a los hijos espirituales de nuestro Padre<br />
C<strong>el</strong>estial con cuerpos terrenales. Cuando nace tu<br />
primer hijo, te conviertes en padre. El título padre<br />
es sagrado y <strong>eterno</strong>. Es significativo <strong>el</strong> hecho de que<br />
entre todos los títulos respetables, honorables y que<br />
expresan admiración con los cuales nos referimos a<br />
la deidad, Dios nos pidió que le llamáramos Padre<br />
cuando nos dirigiéramos a Él.<br />
El padre es la autoridad presidente de su familia.<br />
La experiencia inicial que tienes en esta tierra al ser<br />
padre de familia te brinda la oportunidad de aprender<br />
a gobernar con amor y paciencia, de enseñarles<br />
[junto con tu esposa] principios correctos a cada<br />
uno de tus hijos y de pre<strong>para</strong>rlos <strong>para</strong> que <strong>el</strong>los<br />
también lleguen a ser padres y madres adecuados.<br />
Si haces esto siguiendo <strong>el</strong> mod<strong>el</strong>o establecido por <strong>el</strong><br />
Señor, y si perseveras hasta <strong>el</strong> fin, a tu familia le será<br />
añadido eternamente. La familia que vive en justicia<br />
es una unidad eterna. Aquí en la tierra, tanto los<br />
quórumes d<strong>el</strong> sacerdocio como otras organizaciones<br />
de la Iglesia están <strong>para</strong> apoyarte a ti, <strong>el</strong> padre, así<br />
como a tu esposa y a tu familia, <strong>para</strong> lograr estas<br />
metas eternas.<br />
Padre, Dios te ha confiado <strong>el</strong> poder de ser, junto<br />
con tu esposa, cocreadores junto con Él, de multiplicar<br />
y henchir la tierra. Como cocreadores, se les<br />
d<strong>el</strong>egó la oportunidad y responsabilidad de traer<br />
a la mortalidad a los hijos espirituales de nuestro<br />
Padre C<strong>el</strong>estial y de enseñarles a la luz de la verdad.<br />
Cuando reconoces la importancia de enseñar a tus<br />
hijos, te vu<strong>el</strong>ves humilde, ya que inmediatamente<br />
comprendes que sólo puedes lograrlo por medio d<strong>el</strong><br />
precepto y d<strong>el</strong> ejemplo. No puedes ser de una<br />
manera y enseñar con eficacia lo contrario. Debes<br />
vivir, estudiar y orar <strong>para</strong> lograr la constante compañía<br />
d<strong>el</strong> Espíritu Santo. Debes purificarte y organizar<br />
tu vida de tal modo que tu ejemplo y dirección reflejen<br />
la luz d<strong>el</strong> Evang<strong>el</strong>io de Jesucristo.<br />
Debes planificar tu día según la guía recibida d<strong>el</strong><br />
Espíritu d<strong>el</strong> Señor, buscando afanosamente tanto tu<br />
bienestar como <strong>el</strong> de tu familia antes de que las otras<br />
preocupaciones enceguezcan <strong>el</strong> cuidado que debes<br />
brindar a las primeras. Tal como los pr<strong>of</strong>etas vivientes<br />
nos han enseñado: “Ningún éxito en la vida<br />
puede compensar <strong>el</strong> fracaso en <strong>el</strong> hogar” (David O.<br />
McKay en Conference Report, abril de 1964, pág. 5) y<br />
“La obra más importante d<strong>el</strong> Señor que harán será<br />
la que realicen dentro de las paredes de su propio<br />
F UNCIONES Y RESPONSABILIDADES DIVINAS DEL VARÓN 183<br />
hogar” (Enseñanzas de los Presidentes de la Iglesia:<br />
Harold B. Lee, pág. 148).<br />
Se debe recalcar que en calidad de padre, siempre te<br />
encuentras enseñando, y <strong>para</strong> bien o <strong>para</strong> mal, tu<br />
familia aprende de tu forma de ser, de tus creencias,<br />
de tu corazón, de tus ideas y de tus inquietudes. Tus<br />
hijos pueden o no seguir tu ejemplo, pero ese ejemplo<br />
es en realidad la mayor luz que puedes presentarles,<br />
luz por la cual eres responsable.<br />
En una oportunidad, un padre joven tuvo una actitud<br />
desconsiderada hacia su esposa. Tres días más<br />
tarde, este hombre vio a su hijita de apenas tres años<br />
utilizar las mismas palabras y actuar en la misma<br />
forma desconsiderada <strong>para</strong> con la madre. El joven<br />
recapacitó y se hizo la siguiente pregunta: “¿Quiero<br />
a mis hijos y a mi esposa lo suficiente como <strong>para</strong><br />
arrepentirme y cambiar de vida por <strong>el</strong> bien de <strong>el</strong>los?”.<br />
Las obligaciones, la carga, las responsabilidades de<br />
ser un buen padre pueden parecer abrumadoras.<br />
Afortunadamente no se te requiere presidir, juzgar y<br />
actuar sin consejos, sin ayuda. Se te ha dado una<br />
esposa: una compañera, una consejera, una socia,<br />
una ayuda idónea, una amiga.<br />
¿Eres uno con tu esposa? ¿Le agradeces al Señor diariamente<br />
por <strong>el</strong>la? ¿Guardas los convenios que contrajiste<br />
en <strong>el</strong> templo con <strong>el</strong>la y con <strong>el</strong> Señor? ¿Te<br />
esfuerzas siempre por mantener puros tanto tus<br />
pensamientos como tus palabras y hechos? ¿Te das<br />
cuenta que cuando la <strong>of</strong>endes a <strong>el</strong>la, de cualquier<br />
modo que lo hagas, te <strong>of</strong>endes a ti mismo, ya que<br />
los dos son uno?<br />
¿Sabe <strong>el</strong>la cuánto la amas? ¿Mantienen una r<strong>el</strong>ación<br />
de cortejo permanente? ¿Dedican tiempo a estar<br />
juntos, solos, donde tanto tus expresiones como<br />
tus afectos le reafirmen tu agradecimiento y confianza<br />
en <strong>el</strong>la como compañera? ¿Ejerces justo liderazgo<br />
junto con <strong>el</strong>la?<br />
¿Mantienen siempre en alto la meta matrimonial de<br />
crear una unión eterna que esté estrechamente unificada<br />
por medio d<strong>el</strong> amor y por <strong>el</strong> poder y las ordenanzas<br />
d<strong>el</strong> sacerdocio?<br />
Padre, tú eres responsable ante <strong>el</strong> Señor por lo que<br />
tienes y por lo que eres. Llegará <strong>el</strong> día en que tendrás<br />
que darle cuenta de tus hechos. ¿Qué podrás decirle<br />
entonces con respecto a tu familia? ¿Estarás en condiciones<br />
de informarle que tu hogar era un hogar de<br />
amor, un pedacito de ci<strong>el</strong>o en la tierra? ¿Le podrás<br />
decir que tu familia, tanto en conjunto como en privado,<br />
oraba a diario? ¿Podrás presentarte con <strong>el</strong><br />
E L M ATRIMONIO E TERNO: MANUAL P ARA E L A LUMNO