el matrimonio eterno: manual para el alumno - The Church of Jesus
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“Más tarde, mientras <strong>el</strong> doctor verificaba que mi<br />
padre de hecho había fallecido, yo estaba recostado<br />
contra la pared en una esquina de la sala, llorando<br />
calladamente. Una enfermera se me acercó y me<br />
rodeó con <strong>el</strong> brazo. Me costaba hablar por causa de<br />
las lágrimas. Hubiera querido decirle:<br />
“ ‘No estoy llorando porque mi padre murió, sino<br />
porque nunca me dijo que estaba orgulloso de mí;<br />
nunca me dijo que me quería. Claro, supuestamente<br />
yo debía saber estas cosas. Se supone que tenía que<br />
saber d<strong>el</strong> pap<strong>el</strong> preponderante que yo jugaba en su<br />
vida y d<strong>el</strong> importante lugar que ocupaba en su corazón,<br />
pero nunca me lo dijo’ “ (<strong>The</strong> Secret <strong>of</strong> Staying<br />
in Love, Niles, Ill.: Argus, 1974, pág. 68.)<br />
Grandioso es <strong>el</strong> significado de las palabras de Dios<br />
cuando dedicó Su tiempo a expresar Sus sentimientos:<br />
“Este es mi Hijo amado”, sí, comunicando con<br />
poder que “Este es mi Hijo amado, en quien tengo<br />
complacencia” (Mateo 3:17).<br />
A menudo, la comunicación más eficaz entre padres<br />
e hijos se da por la forma en que los padres se escuchan<br />
y se hablan mutuamente. Ese tipo de conversaciones,<br />
en las que nos tratamos con amabilidad y<br />
amor, llegan a los oídos siempre alertas e impresionables<br />
de nuestros hijos. Debemos aprender a<br />
comunicarnos eficazmente, no solamente por<br />
medio de las palabras, sino por <strong>el</strong> tono de voz, por<br />
los sentimientos, por los modismos y por la personalidad.<br />
Con demasiada frecuencia, cuando no<br />
logramos conversar con una hija o nuestra señora,<br />
nos preguntamos,”¿Qué le pasa”, cuando en realidad<br />
deberíamos preguntarnos, “¿En qué están equivocados<br />
nuestros métodos?” Una sonrisa expresiva,<br />
una palmadita adecuada en <strong>el</strong> hombro y un apretón<br />
de manos afectuoso, son <strong>el</strong>ementos de suma importancia.<br />
El silencio aísla. Los períodos de silencio prolongados<br />
causan incomodidad, dolor y, lo que es<br />
más común, llevan a conclusiones equivocadas.<br />
Dios conoce la intensidad d<strong>el</strong> impacto de la comunicación<br />
constante al exhortarnos que oremos continuamente.<br />
Él también ha prometido respondernos<br />
si nos comunicamos con Él debidamente.<br />
No juzgar<br />
5. Estar dispuestos a evitar <strong>el</strong> juicio. Procuren ser comprensivos<br />
y no críticos; no den muestras de conmoción,<br />
alarma o disgusto hacia los comentarios y<br />
opiniones de otros; no reaccionen violentamente;<br />
actúen dentro de los límites d<strong>el</strong> albedrío de la otra<br />
persona; irradien optimismo y luz. La esperanza y <strong>el</strong><br />
retorno existen, al igual que la posibilidad de un<br />
mejor entendimiento.<br />
Lleguen a un acuerdo con respecto a las decisiones<br />
personales. “Ni yo te condeno, vete, y no peques<br />
más…” (Juan 8:11), son palabras que resultan tan<br />
suaves y eficaces hoy como en <strong>el</strong> momento en que<br />
se las pronunció por primera vez.<br />
Eviten imponer a otros los valores de ustedes.<br />
Cuando aprendemos a resolver problemas sin que<br />
nuestras ideas personales salgan a r<strong>el</strong>ucir y al mismo<br />
tiempo evitamos prejuicios y arranques emocionales,<br />
estamos en camino de gozar de una comunicación<br />
familiar eficaz. Cuando un miembro de la<br />
familia toma una decisión que pueda resultar inadecuada<br />
o inapropiada, ¿tenemos la facultad y la<br />
paciencia <strong>para</strong> manifestar nuestro desacuerdo con<br />
su decisión y al mismo tiempo hacerle sentir que<br />
tiene <strong>el</strong> derecho de escoger y seguir siendo un<br />
miembro amado de la familia?<br />
Es fácil señalar errores y juzgar, mientras que <strong>para</strong> la<br />
mayoría de nosotros los halagos y <strong>el</strong> reconocimiento<br />
sinceros resultan más difíciles de expresar. Se<br />
requiere verdadera madurez <strong>para</strong> que un padre se<br />
disculpe con uno de sus hijos por un error; una disculpa<br />
franca hace a menudo que <strong>el</strong> hijo que la recibe<br />
se sienta conmovido por la actitud de sus padres o<br />
hermanos. “Porque todos <strong>of</strong>endemos muchas veces.<br />
Si alguno no <strong>of</strong>ende en palabra, ese es varón perfecto,<br />
capaz también de refrenar <strong>el</strong> cuerpo” (Santiago 3:2).<br />
Ser digno de confianza<br />
6. Estar dispuestos a guardar confidencias. Sean dignos<br />
de confianza aun en preguntas y opiniones que<br />
parezcan triviales. Se nos formularán preguntas más<br />
serias y se nos darán opiniones importantes sólo si<br />
hemos sido dignos de confianza con lo más trivial.<br />
Traten con respeto las cosas dichas en confianza y<br />
las preocupaciones de los demás. Edifiquen en su<br />
derredor una confianza merecida. Aqu<strong>el</strong>los que tienen<br />
la bendición de tener amigos en quienes puedan<br />
confiar son verdaderamente afortunados.<br />
¿Quién está en posición de decir que la confianza<br />
familiar no supera a la confianza de la comunidad?<br />
Comunicarse con paciencia<br />
C OMUNICACIÓN 65<br />
7. Estar dispuestos a practicar la paciencia. La paciencia<br />
en las comunicaciones constituye ese ingrediente vital<br />
de conducta que esperamos que otros demuestren<br />
E L M ATRIMONIO E TERNO: MANUAL P ARA E L A LUMNO