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el matrimonio eterno: manual para el alumno - The Church of Jesus

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S ER PADRES: LA CREACIÓN DE UN HOGAR CENTRADO EN EL E VANGELIO<br />

“Los hijos de ustedes conocerán la seguridad de un<br />

hogar donde mora <strong>el</strong> Espíritu d<strong>el</strong> Señor… Se criarán<br />

con un sentido de agradecimiento por causa de haber<br />

escuchado a sus padres en oración expresar gratitud<br />

por las grandes y pequeñas bendiciones. Madurarán<br />

teniendo fe en <strong>el</strong> Dios viviente” (véase Liahona,<br />

octubre de 1971, pág. 31).<br />

La familia: Una proclamación <strong>para</strong> <strong>el</strong> mundo<br />

“Los <strong>matrimonio</strong>s y las familias que logran tener<br />

éxito se establecen y mantienen sobre los principios<br />

de la fe, la oración, <strong>el</strong> arrepentimiento…” (Liahona,<br />

junio de 1996, pág. 10).<br />

Élder Boyd K. Packer<br />

“Padres, ¿podemos considerar primeramente la<br />

parte más dolorosa de su problema? Si tienen <strong>el</strong><br />

deseo de volver a ganarse a sus hijos, ¿por qué no<br />

cesan de tratar de cambiarlos por un momento y se<br />

concentran en ustedes mismos? Los cambios deben<br />

comenzar con ustedes, no con sus hijos.<br />

“No pueden continuar haciendo lo que estaban<br />

haciendo (a pesar de que pensaban que era lo<br />

correcto) y esperar transformar <strong>el</strong> comportamiento<br />

de sus hijos, cuando la conducta de ustedes era una<br />

de las cosas que lo producían.<br />

“¡Qué horror! ¡Se ha dicho, por fin! Después de todas<br />

las evasivas, de toda la preocupación por niños testarudos,<br />

después de culpar a otros, de la caut<strong>el</strong>a de ser<br />

pacientes con los padres, ¡ya ha salido a la luz!<br />

“Son ustedes, no los hijos, los que necesitan atención<br />

inmediata.<br />

“Ahora bien, padres, existe una ayuda cuantiosa<br />

<strong>para</strong> ustedes, si la aceptan, pero les advierto que la<br />

ayuda que proponemos no es fácil porque las dosis<br />

son com<strong>para</strong>bles a la seriedad d<strong>el</strong> problema. No<br />

hay ningún medicamento que efectúe una cura<br />

inmediata.<br />

“Y padres, si buscan una cura que haga caso omiso<br />

de la fe y las doctrinas r<strong>el</strong>igiosas, la están buscando<br />

donde nunca la encontrarán. Es interesante que<br />

cuando hablamos tocante a principios y doctrinas<br />

r<strong>el</strong>igiosas, y mencionamos pasajes de las Escrituras,<br />

hay muchos que no se sienten cómodos, pero<br />

cuando hablamos acerca de nuestros problemas con<br />

nuestra familia y <strong>of</strong>recemos una solución, se genera<br />

mucho interés.<br />

“Tengan la seguridad de que no se puede hablar respecto<br />

a una sin hablar acerca de la otra, si esperan<br />

E L M ATRIMONIO E TERNO: MANUAL P ARA E L A LUMNO<br />

resolver <strong>el</strong> problema. Una vez que los padres<br />

adquieren <strong>el</strong> conocimiento de que hay un Dios y<br />

de que somos Sus hijos, pueden afrontar problemas<br />

como éste y tener éxito.<br />

“Si están desam<strong>para</strong>dos, Él no lo está.<br />

“Si están perdidos, Él no lo está.<br />

“Si no saben qué hacer, Él sabe.<br />

“¿Se requiere un milagro?<br />

“Pues, si eso es lo que se necesita, ¿por qué no?”<br />

(véase Liahona, mayo de 1971, págs. 27–28).<br />

Élder Neal A. Maxw<strong>el</strong>l<br />

“¡Las pequeñas ambigüedades en los padres pueden<br />

producir grandes extravíos en los hijos!” (Liahona,<br />

enero de 1993, pág. 73).<br />

Élder Dallin H. Oaks<br />

“La rev<strong>el</strong>ación moderna les manda a los padres que<br />

enseñen ‘a sus hijos a orar’ (D. y C. 68:28). Para <strong>el</strong>lo<br />

es necesario que los padres aprendan y oren utilizando<br />

<strong>el</strong> lenguaje especial de la oración. La mayoría<br />

de nosotros aprende <strong>el</strong> idioma natal simplemente<br />

escuchando a quienes lo hablan. Esto se aplica también<br />

al lenguaje que usamos cuando nos dirigimos a<br />

nuestro Padre C<strong>el</strong>estial. El lenguaje de la oración es<br />

mucho más fácil y placentero <strong>para</strong> aprender que<br />

cualquier otra lengua. Debemos brindarles a nuestros<br />

hijos <strong>el</strong> privilegio de aprender ese lenguaje al<br />

escuchar a sus padres durante las oraciones diarias<br />

que <strong>el</strong>los <strong>of</strong>recen en <strong>el</strong> hogar” (Liahona, julio de<br />

1993, pág. 20).<br />

Se debe pasar tiempo con los hijos<br />

Presidente Howard W. Hunter<br />

“El ser eficaces líderes de familia, hermanos, requiere<br />

<strong>el</strong> dar a ésta tiempo en cantidad y calidad. No deben<br />

dejar por entero la enseñanza y <strong>el</strong> gobierno de la<br />

familia sólo en manos de su esposa, ni de la sociedad,<br />

ni de la escu<strong>el</strong>a y ni siquiera de la Iglesia”<br />

(Liahona, enero de 1995, pág. 58).<br />

Presidente Thomas S. Monson<br />

“Con demasiada frecuencia creemos equivocadamente<br />

que nuestros hijos necesitan más cosas materiales,<br />

cuando en realidad en silencio nos imploran que<br />

compartamos más nuestro tiempo con <strong>el</strong>los. La acumulación<br />

de bienes o la multiplicación de nuestras<br />

posesiones contradice la enseñanza d<strong>el</strong> Maestro:

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