el matrimonio eterno: manual para el alumno - The Church of Jesus
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cosas que degradan y destruyen. Cuando aparezca<br />
en la t<strong>el</strong>evisión ese tipo de programa, es preciso<br />
apagar <strong>el</strong> t<strong>el</strong>evisor. No se debe permitir que <strong>el</strong> t<strong>el</strong>evisor<br />
domine. Hay que evitar mirar p<strong>el</strong>ículas excitantes<br />
como se evita una plaga; las dos cosas están en<br />
la misma categoría. No se deben leer revistas pornográficas<br />
ni otros impresos denigrantes. Hay muchas<br />
cosas buenas <strong>para</strong> ver; hay muchas cosas maravillosas<br />
que podemos leer en lugar de perder <strong>el</strong> tiempo y<br />
destruir nuestro carácter y nuestra fuerza de voluntad<br />
al som<strong>eterno</strong>s a esa degradación.<br />
“Debemos ser fuertes en defensa de lo bueno. Vivimos<br />
en una época en que es común transigir y hacer<br />
concesiones. En situaciones que enfrentamos a diario,<br />
sabemos qué es lo correcto, pero bajo la presión<br />
de otras personas o las engañadoras voces de<br />
los que quieren persuadirnos, capitulamos; nos rendimos<br />
y después nos avergonzamos. Como hombres<br />
d<strong>el</strong> sacerdocio debemos cultivar la fortaleza de<br />
seguir nuestras convicciones” (Liahona, enero de<br />
1993, págs. 60–61).<br />
Presidente Thomas S. Monson<br />
“Todo lo que lean, escuchen y miren les deja una<br />
marca.<br />
“La pornografía es muy p<strong>el</strong>igrosa y adictiva. Mirar<br />
pornografía, así sea por simple curiosidad, puede<br />
convertirse en un hábito dominante que los lleve a<br />
buscar cosas aún más sucias y la trasgresión sexual.<br />
“No tengan miedo de salir de una sala cinematográfica,<br />
de apagar la t<strong>el</strong>evisión, o de cambiar la estación<br />
de radio si lo que ven o escuchan no concuerda con<br />
las normas de nuestro Padre C<strong>el</strong>estial. En una palabra,<br />
si tienen dudas en cuanto al contenido de<br />
alguna p<strong>el</strong>ícula, libro u otra forma de entretenimiento,<br />
simplemente no lo vean, no lo lean, ni participen”<br />
(Liahona, enero de 1991, pág. 52).<br />
Presidente James E. Faust<br />
“…navegar <strong>el</strong> Internet puede llevarnos a situaciones<br />
que, si se sigue ad<strong>el</strong>ante con <strong>el</strong>las, podrán destruir<br />
nuestro <strong>matrimonio</strong>, nuestro hogar y aun nuestra<br />
vida” (véase Liahona, julio de 1999, pág. 20).<br />
Élder Ezra Taft Benson<br />
“El Señor sabía que en los últimos días Satanás<br />
intentaría destruir a la familia. Sabía que por mandato<br />
de tribunal, se permitiría la expansión de la<br />
pornografía” (en Conference Report, octubre de<br />
1970, pág. 23).<br />
Élder Thomas S. Monson<br />
“La plaga de la pornografía está llevando a cabo su<br />
mortal tarea, menoscabando nuestra voluntad, destruyendo<br />
nuestra inmunidad y <strong>para</strong>lizando nuestro<br />
potencial interior” (Liahona, noviembre de 2001,<br />
pág. 3).<br />
Élder Marvin J. Ashton<br />
Un consumo constante “de la violencia o la pornografía<br />
nubla sus sentidos, y en <strong>el</strong> futuro siente<br />
mayor necesidad de ir más allá; al poco tiempo, se<br />
encuentra insensible e incapaz de reaccionar de una<br />
manera d<strong>el</strong>icada y responsable, especialmente con<br />
aqu<strong>el</strong>los de su propio hogar y familia. Aun la gente<br />
buena puede infectarse con estos materiales y puede<br />
desembocar en consecuencias terribles y destructivas”<br />
(Liahona, febrero de 1978, pág. 102).<br />
Élder Neal A. Maxw<strong>el</strong>l<br />
“Un poco de pornografía no sólo puede conducir al<br />
abuso [y maltrato] de los niños y… d<strong>el</strong> cónyuge sino<br />
que irá succionando lentamente la médula de la propia<br />
estimación” (Liahona, enero de 1993, pág. 75).<br />
Élder M. Russ<strong>el</strong>l Ballard<br />
“…No debemos tomar a la ligera la confesión de un<br />
asesino ejecutado recientemente refiriéndose al<br />
impacto que la pornografía y la violencia en los<br />
medios de difusión tuvieron en su vida. El apóstol<br />
Pablo advirtió que los hombres pueden llegar a perder<br />
toda sensibilidad y entregarse a la lascivia <strong>para</strong><br />
cometer con avidez toda clase de impurezas (véase<br />
Efesios 4:19). En Proverbios dice: ‘…cual es su pensamiento<br />
en su corazón, tal es él’ (23:7). Una mente<br />
expuesta a la violencia y a la inmoralidad no puede<br />
escapar d<strong>el</strong> impacto negativo que esto produce”<br />
(véase Liahona, julio de 1989, pág. 94).<br />
Las p<strong>el</strong>ículas y los videos<br />
P ORNOGRAFÍA 329<br />
Presidente Ezra Taft Benson<br />
“Les aconsejamos a los jóvenes varones que no se<br />
ensucien la mente con materiales degradantes, porque<br />
la mente por la cual pasan estas inmundicias<br />
nunca es igual después. No vean p<strong>el</strong>ículas ni videos<br />
vulgares ni participen en ninguna clase de actividades<br />
inmorales, sugestivas o pornográficas. No escuchen<br />
E L M ATRIMONIO E TERNO: MANUAL P ARA E L A LUMNO