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el matrimonio eterno: manual para el alumno - The Church of Jesus

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El [obispo] te hará encontrar amigos de confianza que<br />

te sostengan, y te ayudará a recobrar confianza en ti<br />

mismo y estima propia <strong>para</strong> comenzar <strong>el</strong> proceso de<br />

renovación; si <strong>el</strong> abuso ha llegado a los extremos, te<br />

asistirá <strong>para</strong> encontrar protección y un tratamiento<br />

pr<strong>of</strong>esional que esté de acuerdo con las enseñanzas<br />

d<strong>el</strong> Salvador.<br />

Los principios <strong>para</strong> sanar<br />

Hay algunos principios que ayudan en <strong>el</strong> proceso de<br />

sanar y que llegarás a entender mejor:<br />

Reconoce que eres un hijo amado de tu Padre<br />

C<strong>el</strong>estial; Él te ama con amor perfecto y te ayudará<br />

como ningún ser terrenal podría. Su Hijo dio la vida<br />

<strong>para</strong> que por la fe en Él y la obediencia a Sus enseñanzas<br />

seas sanado. Él es <strong>el</strong> perfecto sanador.<br />

…[Desarrolla] la confianza en <strong>el</strong> amor y la compasión<br />

de tu Hermano mayor Jesucristo meditando<br />

sobre las Escrituras. Al igual que les dijo a los nefitas,<br />

Él te dice a ti: ‘…tengo compasión de vosotros; mis<br />

entrañas rebosan de misericordia… veo que vuestra<br />

fe es suficiente <strong>para</strong> que yo os sane” (3 Nefi 17:7–8).<br />

El mejor comienzo <strong>para</strong> <strong>el</strong> proceso de sanar es orar<br />

sinceramente pidiendo a tu Padre C<strong>el</strong>estial que te<br />

ayude. El emplear así tu albedrío da entrada a la<br />

intervención divina. Si lo permites, <strong>el</strong> amor d<strong>el</strong><br />

Salvador te ablandará <strong>el</strong> corazón, interrumpiendo <strong>el</strong><br />

ciclo de abuso que transforma a la victima en agresor.<br />

La adversidad, aun la causada arbitrariamente por los<br />

apetitos desenfrenados de otros, puede ser una fuente<br />

de progreso cuando se contempla en la perspectiva<br />

de los principios <strong>eterno</strong>s (véase D. y C. 122:7).<br />

La víctima debe hacer todo lo posible por detener <strong>el</strong><br />

abuso. Casi siempre es inocente, porque se vu<strong>el</strong>ve<br />

indefensa por <strong>el</strong> miedo o por <strong>el</strong> poder d<strong>el</strong> atacante.<br />

Sin embargo, en cierto momento <strong>el</strong> Señor puede inspirar<br />

a la víctima a reconocer algo de responsabilidad<br />

por <strong>el</strong> abuso sufrido. El líder d<strong>el</strong> sacerdocio te ayudará<br />

a evaluar la situación, <strong>para</strong> resolver lo que sea necesario;<br />

de otro modo, las semillas de la culpa permanecerán<br />

y producirán un fruto amargo. Fuere cual fuere <strong>el</strong><br />

grado de responsabilidad, ya sea que no tengas absolutamente<br />

ninguna o que seas responsable de haber<br />

consentido al abuso, <strong>el</strong> poder sanador de la expiación<br />

de Jesucristo proveerá la curación completa. Además,<br />

todos los involucrados en <strong>el</strong> abuso pueden obtener <strong>el</strong><br />

perdón (véase Artículo de Fe 1:3). Después, viene la<br />

restauración d<strong>el</strong> autorrespeto y d<strong>el</strong> sentido d<strong>el</strong> propio<br />

valor y la renovación de la vida.<br />

Aun cuando eres una víctima, no malgastes tus<br />

esfuerzos en vengarte o tratar de retribuir al agresor;<br />

concentrate en hacer lo que puedas por corregir la<br />

situación. Deja al agresor en manos de las autoridades<br />

civiles y eclesiásticas; hagan lo que hagan <strong>el</strong>los,<br />

finalmente <strong>el</strong> culpable tendrá que enfrentarse con <strong>el</strong><br />

Juez Perfecto; y <strong>el</strong> que no se arrepienta será castigado<br />

por un Dios que es justo. Los abastecedores de<br />

suciedad y de drogas, que a sabiendas incitan a los<br />

actos de violencia y depravación, y los que promueven<br />

una atmósfera de libertinaje y corrupción serán<br />

condenados. Se hará responsables a los malvados<br />

que atacan al inocente y justifican su propia vida de<br />

corrupción atrayendo a otros a sus vías depravadas.<br />

Sobre éstos <strong>el</strong> Maestro advirtió lo siguiente:<br />

“Y cualquiera que haga tropezar a uno de estos<br />

pequeños que creen en mí, mejor le fuera que se<br />

le colgase al cu<strong>el</strong>lo una piedra de molino de asno,<br />

y que se le hundiese en lo pr<strong>of</strong>undo d<strong>el</strong> mar”<br />

(Mateo 18:6).<br />

Comprende que <strong>el</strong> sanar puede llevarte mucho<br />

tiempo. Generalmente, la recuperación se hace en<br />

etapas, y se ac<strong>el</strong>era expresando gratitud al Señor por<br />

la más mínima mejoría que se note.<br />

El perdón ayuda a sanar<br />

A BUSO Y MALTRATO 7<br />

Durante <strong>el</strong> largo período de recuperación de una<br />

cirugía seria, <strong>el</strong> enfermo espera la curación con<br />

paciencia, confiando en los cuidados de otros. No<br />

siempre entiende la importancia d<strong>el</strong> tratamiento,<br />

pero <strong>el</strong> seguirlo al pie de la letra ac<strong>el</strong>era su recuperación.<br />

Así es también <strong>para</strong> ti, mientras luchas por<br />

sanar las heridas d<strong>el</strong> abuso. El perdón, por ejemplo,<br />

puede serte difícil de entender y aun más de conceder.<br />

Empieza por no juzgar. No sabes lo que los abusadores<br />

pueden haber sufrido como víctimas<br />

inocentes. La vía d<strong>el</strong> arrepentimiento debe quedar<br />

abierta <strong>para</strong> <strong>el</strong>los. Deja que otros se encarguen de<br />

los agresores. Al ver aliviado tu propio dolor, te será<br />

más fácil perdonar.<br />

No puedes borrar lo pasado, pero puedes perdonar.<br />

(Véase D. y C. 64:10.) El perdón sana las heridas<br />

más trágicas y terribles, porque permite que <strong>el</strong> amor<br />

de Dios expurgue tu corazón y tu mente d<strong>el</strong> veneno<br />

d<strong>el</strong> odio; también te limpia la conciencia d<strong>el</strong> deseo<br />

de venganza y da lugar al amor sanador, renovador<br />

y purificante d<strong>el</strong> Señor.<br />

El Maestro aconsejó: “..Amad a vuestros enemigos,<br />

bendecid a los que os maldicen, haced bien a los<br />

E L M ATRIMONIO E TERNO: MANUAL P ARA E L A LUMNO

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