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el matrimonio eterno: manual para el alumno - The Church of Jesus

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F IDELIDAD EN EL MATRIMONIO<br />

Élder Gordon B. Hinckley<br />

“¿Puede acaso existir <strong>el</strong> adulterio sin la deshonestidad?<br />

Comúnmente se le llama a esta maldad un<br />

‘engaño’, y es realmente un engaño porque roba<br />

virtud, lealtad, sagradas promesas, autorrespeto y<br />

veracidad. No sólo es un engaño sino que es la peor<br />

clase de deshonestidad personal porque se convierte<br />

en una traición a las más sagradas r<strong>el</strong>aciones humanas,<br />

y es una negación de los convenios y las promesas<br />

hechas entre Dios y <strong>el</strong> hombre. Es la violación<br />

sórdida de una obligación, una forma egoísta de<br />

hacer a un lado la ley de Dios y, al igual que en otras<br />

formas de deshonestidad, sus frutos son <strong>el</strong> dolor, la<br />

amargura, los corazones partidos de la pareja y los<br />

hijos traicionados” (véase Liahona, agosto de<br />

1976, pág. 53).<br />

Presidente Thomas S. Monson<br />

“Debido al carácter tan sagrado de la intimidad<br />

sexual, <strong>el</strong> Señor requiere <strong>el</strong> autocontrol y la pureza<br />

antes d<strong>el</strong> <strong>matrimonio</strong>, al igual que plena fid<strong>el</strong>idad<br />

después de casados… Las lágrimas inevitablemente<br />

siguen a la transgresión. Hombres, no hagan llorar a<br />

las mujeres, porque Dios lleva la cuenta de las lágrimas<br />

que <strong>el</strong>las derraman” (véase Liahona, enero de<br />

1991, pág. 53).<br />

Élder Richard G. Scott<br />

“El adulterio, la fornicación, los actos homosexuales<br />

y otras desviaciones igualmente graves no son una<br />

alternativa aceptable, sino serios pecados. El maltrato<br />

físico y <strong>el</strong> abuso sexual son pecados gravísimos. Para<br />

perdonarlos, se requiere un arrepentimiento muy pr<strong>of</strong>undo.<br />

El presidente Kimball enseñó lo siguiente:<br />

‘Para todo perdón hay una condición. La venda debe<br />

ser tan extensa como la herida. El ayuno, las oraciones,<br />

la humildad deben ser iguales o mayores que <strong>el</strong><br />

pecado…’ (El Milagro d<strong>el</strong> Perdón, pág. 361). ‘Es inconcebible<br />

que Dios pueda absolver los pecados graves<br />

con sólo unas cuantas súplicas. Lo más probable es<br />

que espere hasta que haya un arrepentimiento prolongado<br />

y continuo…’ (<strong>The</strong> Teachings <strong>of</strong> Spencer W.<br />

Kimball, pág. 85]” (Liahona, julio de 1995, pág. 87).<br />

Precauciones que ayudan a prevenir<br />

la infid<strong>el</strong>idad<br />

1 Corintios 7:2–3<br />

“Pero a causa de las fornicaciones, cada uno tenga su<br />

propia mujer, y cada una tenga su propio marido.<br />

E L M ATRIMONIO E TERNO: MANUAL P ARA E L A LUMNO<br />

“El marido cumpla con la mujer <strong>el</strong> deber conyugal,<br />

y asimismo la mujer con <strong>el</strong> marido”.<br />

Presidente David O. McKay<br />

“La impureza sexual d<strong>el</strong> mundo contemporáneo es<br />

<strong>el</strong> resultado de la pérdida de la verdadera virilidad<br />

por causa d<strong>el</strong> desenfreno. Los pensamientos impúdicos<br />

han llevado a palabras impúdicas, y las palabras<br />

impúdicas, a acciones impúdicas. Las enseñanzas de<br />

la Iglesia colocan al adulterio y a la falta de castidad<br />

sexual como <strong>el</strong> crimen cuya gravedad está justo por<br />

debajo d<strong>el</strong> asesinato. Si los miembros de la Iglesia<br />

permanecen fi<strong>el</strong>es a su creencia en la castidad y<br />

desarrollan la verdadera virilidad mediante la práctica<br />

d<strong>el</strong> dominio propio en ése y otros aspectos,<br />

serán cual faros de luz que resplandecerán en un<br />

mundo oscurecido por <strong>el</strong> pecado” (“Christ, the<br />

Light <strong>of</strong> Humanity”, Improvement Era, junio de<br />

1968, pág. 5).<br />

Presidente Spencer W. Kimball<br />

“No basta con abstenernos d<strong>el</strong> adulterio. Debemos<br />

convertir en sagrada la r<strong>el</strong>ación matrimonial, sacrificarnos<br />

y esmerarnos por mantener la calidez y <strong>el</strong><br />

respeto de los que gozamos durante <strong>el</strong> cortejo. La<br />

intención de Dios es que <strong>el</strong> <strong>matrimonio</strong> sea <strong>eterno</strong>,<br />

s<strong>el</strong>lado por <strong>el</strong> poder d<strong>el</strong> sacerdocio a los efectos de<br />

que perdure más allá d<strong>el</strong> sepulcro. Los actos diarios<br />

de cortesía y bondad llevados a cabo consciente y<br />

amorosamente son parte de lo que <strong>el</strong> Señor espera<br />

en un <strong>matrimonio</strong>” (véase Liahona, febrero de<br />

1978, pág. 8).<br />

Presidente Ezra Taft Benson<br />

“Controlen sus pensamientos. Nadie pasa a ser inmoral<br />

de un día <strong>para</strong> <strong>el</strong> otro. La semilla de la inmoralidad<br />

se siembra siempre primero en la mente. Cuando<br />

pensamos en cosas indecentes, estamos dando <strong>el</strong> primer<br />

paso hacia <strong>el</strong>la. Les advierto a ustedes especialmente<br />

acerca de lo maligna que es la pornografía…<br />

El Salvador nos enseñó que aun cuando un hombre<br />

mira a una mujer <strong>para</strong> codiciarla o, en otras palabras,<br />

cuando no controla sus pensamientos, ya está<br />

cometiendo adulterio con <strong>el</strong>la en su corazón (véase<br />

Mateo 5:28; D. y C. 63:16)…<br />

“…Si están casados, eviten toda clase de coqueteo…<br />

“…Si están casados, eviten estar a solas con miembros d<strong>el</strong><br />

sexo opuesto siempre que sea posible. Muchas de las tragedias<br />

sexuales comienzan cuando un hombre y una<br />

mujer están solos en una <strong>of</strong>icina, o en la capilla, o

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