el matrimonio eterno: manual para el alumno - The Church of Jesus
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“Esta facultad y disposición de criar apropiadamente<br />
a los hijos, <strong>el</strong> don de amar y la ansiedad, sí, <strong>el</strong><br />
anh<strong>el</strong>o de expresar todo <strong>el</strong>lo al ayudar con <strong>el</strong> crecimiento<br />
d<strong>el</strong> alma hacen de la calidad de ser madre <strong>el</strong><br />
<strong>of</strong>icio o llamamiento más noble d<strong>el</strong> mundo” (Gosp<strong>el</strong><br />
Ideals, pág. 453).<br />
Véase la cita d<strong>el</strong> presidente Spencer W. Kimball en<br />
la página 255.<br />
Véase A las madres en Sión, d<strong>el</strong> presidente Ezra Taft<br />
Benson, en las páginas 158–164.<br />
Véase la cita d<strong>el</strong> presidente Gordon B. Hinckley en<br />
la página 116.<br />
Véase Mujeres de la Iglesia, d<strong>el</strong> presidente Gordon B.<br />
Hinckley, en las páginas 164–168.<br />
Véase El gran plan de salvación, d<strong>el</strong> élder Dallin H.<br />
Oaks, en las páginas 322–326.<br />
Véase “La obra divina”, en las páginas 153–155.<br />
La disciplina con amor<br />
Presidente Gordon B. Hinckley<br />
“El amor es la esencia misma de la vida familiar.<br />
¿Por qué los niños que amamos son tan a menudo<br />
<strong>el</strong> blanco de nuestras duras palabras? ¿Por qué esos<br />
hijos que aman a sus padres hablan a éstos con<br />
palabras mordaces e hirientes? ‘Grato todo es’ solamente<br />
‘cuando hay amor’ (Himnos, núm. 194)”<br />
(véase Liahona, julio de 1989, pág. 80).<br />
Élder James E. Faust<br />
“…Para tener éxito en <strong>el</strong> hogar, se deben enseñar<br />
valores e imponerse reglas y normas constantes.<br />
Hay comunidades que no apoyan mucho a los<br />
padres en lo que respecta a enseñar y honrar normas<br />
morales. Hay culturas que las han perdido por<br />
completo y muchos de sus jóvenes tienen una actitud<br />
cínica ante lo que es moral…<br />
“…cada [hijo] es diferente. Muchas veces cuando un<br />
método resulta con uno, falla con otro. Y no hay<br />
nadie mejor que los padres, los que más aman a los<br />
hijos, <strong>para</strong> determinar con precisión cuál es <strong>el</strong><br />
método disciplinario demasiado severo o demasiado<br />
indulgente <strong>para</strong> <strong>el</strong>los. Todo es cuestión de discernimiento<br />
y oración de parte de los padres. Por cierto<br />
que <strong>el</strong> principio fundamental que se aplica en todos<br />
los casos es que la disciplina debe ser motivada por<br />
<strong>el</strong> amor y no por <strong>el</strong> castigo… No obstante, la guía y<br />
la disciplina son indispensables en la crianza de los<br />
S ER PADRES: LA CREACIÓN DE UN HOGAR CENTRADO EN EL E VANGELIO 371<br />
hijos. Si los padres no los disciplinan, la gente lo<br />
hará tal vez de un modo que no gustará a los<br />
padres. Sin disciplina, los hijos no respetarán las<br />
reglas d<strong>el</strong> hogar ni las de la sociedad (véase Liahona,<br />
enero de 1991, págs. 37–38).<br />
Élder Ben B. Banks<br />
“Disciplinen con amor. ‘Las palabras “disciplina” y<br />
“castigo” no son sinónimos. Castigar es lastimar a<br />
alguien y vengarse de esa persona por algo que haya<br />
hecho mal. La disciplina es una acción con miras a<br />
alcanzar una meta… de ayudar a la persona a ser<br />
mejor’ (William E. Homan, ‘How to Be a Better<br />
Parent’, Reader’s Digest, octubre de 1969, pág. 188).<br />
Siempre se debe disciplinar con amor” (véase<br />
Liahona, enero de 1994, pág. 34).<br />
La rectitud personal pre<strong>para</strong> a los padres<br />
Presidente Brigham Young<br />
“No existe hombre alguno que pueda ser dirigente<br />
en <strong>el</strong> reino de Dios sin que primero pueda regirse<br />
perfectamente a sí mismo; es entonces que será<br />
capaz de criar a una familia de hijos que se levantarán<br />
y lo llamarán bienaventurado” (Discourses <strong>of</strong><br />
Brigham Young, pág. 265).<br />
Presidente Ezra Taft Benson<br />
“Poner nuestras casas en orden es guardar los mandamientos<br />
de Dios, lo cual lleva armonía y amor al<br />
hogar, entre los esposos y entre padres e hijos. Es<br />
orar diariamente con toda la familia. Es enseñar a la<br />
familia a comprender <strong>el</strong> Evang<strong>el</strong>io de Jesucristo. Es<br />
que cada integrante de la familia obedezca los mandamientos<br />
de Dios. Es la dignidad de los esposos de<br />
recibir una recomendación <strong>para</strong> <strong>el</strong> templo, que toda<br />
la familia reciba las ordenanzas de exaltación y que<br />
la familia sea s<strong>el</strong>lada <strong>para</strong> la eternidad. Es estar libre<br />
de deudas excesivas y que cada miembro de la familia<br />
pague su diezmo integro y su <strong>of</strong>renda” (véase<br />
Liahona, agosto de 1981, pág. 36).<br />
Presidente Gordon B. Hinckley<br />
“Oren juntos. ¿Es la oración algo tan difícil de hacer?<br />
¿Sería tan difícil instar a los padres [y a las madres]<br />
a ponerse de rodillas con sus pequeños y dirigirse al<br />
trono de Dios <strong>para</strong> expresar gratitud por las bendiciones,<br />
<strong>para</strong> rogar por los afligidos…? ¡Cuán poderosa<br />
es la oración!” (Liahona, junio de 1996, pág. 9).<br />
E L M ATRIMONIO E TERNO: MANUAL P ARA E L A LUMNO