el matrimonio eterno: manual para el alumno - The Church of Jesus
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Élder Marion G. Romney<br />
“Estos frutos d<strong>el</strong> Evang<strong>el</strong>io están al alcance de<br />
todos: la certeza de que obtendremos la vida eterna;<br />
la paz en este mundo, sustentada por dicha certeza;<br />
y, finalmente, la vida eterna en <strong>el</strong> mundo venidero.<br />
Estoy convencido, sin embargo, de que a veces, por<br />
causa de nuestra falta de entendimiento y apreciación<br />
por dichos frutos, son demasiadas cosas las que<br />
no valoramos. Suponemos que por ser miembros de<br />
la Iglesia, automáticamente recibiremos todas las<br />
bendiciones d<strong>el</strong> Evang<strong>el</strong>io. He escuchado a ciertas<br />
personas sostener que tienen derecho a las bendiciones<br />
por haber asistido al templo, a pesar de que<br />
esas personas no tienen <strong>el</strong> cuidado necesario <strong>para</strong><br />
guardar los convenios que en ese lugar hicieron.<br />
Dudo que tengan razón.<br />
“Debemos aprender de lo que contó <strong>el</strong> Pr<strong>of</strong>eta sobre<br />
una visión de la resurrección, referente a la cual él<br />
apuntó que una de las cosas más tristes que jamás presenció<br />
fue <strong>el</strong> dolor de los miembros de la Iglesia que<br />
resucitaron en un grado inferior al que habían dado por<br />
sentado que recibirían (en Conference Report, octubre<br />
de 1949, pág. 43; cursiva agregada).<br />
Élder Boyd K. Packer<br />
“Mi mensaje es <strong>para</strong> los que tienen la tentación de<br />
iniciar, de promover o de permanecer en un estilo de<br />
vida que va en contra de los convenios contraídos y<br />
que con <strong>el</strong> tiempo llegará a ser motivo de pesar<br />
tanto <strong>para</strong> ustedes como <strong>para</strong> sus seres queridos.<br />
“Un creciente número de personas se esfuerza por<br />
hacer que ciertos estilos de vida espiritualmente<br />
p<strong>el</strong>igrosos se acepten ante la ley y en la sociedad.<br />
Entre <strong>el</strong>los están los movimientos a favor d<strong>el</strong><br />
aborto, la homosexualidad y <strong>el</strong> lesbianismo y la<br />
adicción a las drogas. Estos temas se analizan en<br />
debates públicos y seminarios, en clases y en conversaciones,<br />
en convenciones y tribunales en todo<br />
<strong>el</strong> mundo, y sus aspectos políticos y sociales son<br />
diariamente la comidilla de la prensa.<br />
“El punto que deseo recalcar es éste: Que en todos<br />
estos estilos hay un aspecto MORAL y ESPIRITUAL<br />
que universalmente se pasa por alto. Para los Santos<br />
de los Últimos Días, la moral es un <strong>el</strong>emento que no<br />
debe faltar cuando se consideran estos estilos de vida,<br />
ya que de lo contrario ponemos en riesgo los convenios<br />
sagrados. Guarden los convenios contraídos y<br />
estarán a salvo; quebrántenlos y no lo estarán…<br />
C ONVENIOS Y ORDENANZAS 85<br />
“Las leyes de Dios se nos dan <strong>para</strong> hacernos f<strong>el</strong>ices,<br />
y la f<strong>el</strong>icidad no puede coexistir con la inmoralidad.<br />
El pr<strong>of</strong>eta Alma, con gran sencillez, nos dijo que ‘la<br />
maldad nunca fue f<strong>el</strong>icidad’ (Alma 41:10)” (véase<br />
Liahona, enero de 1991, pág. 96).<br />
Élder Robert D. Hales<br />
“Según se nos enseña en ese pasaje de las Escrituras<br />
[D. y C. 123:19], no existen lazos <strong>eterno</strong>s sólo como<br />
resultado de los convenios s<strong>el</strong>ladores que hacemos<br />
en <strong>el</strong> templo. Lo que seremos en las eternidades por<br />
venir lo determinará la conducta que llevemos en<br />
esta vida. A fin de recibir las bendiciones d<strong>el</strong> s<strong>el</strong>lamiento<br />
que nuestro Padre C<strong>el</strong>estial nos ha dado,<br />
debemos obedecer los mandamientos y conducirnos<br />
de tal forma que nuestra familia quiera estar con<br />
nosotros en la eternidad. Las r<strong>el</strong>aciones familiares<br />
que tengamos en esta tierra son importantes, pero<br />
su importancia es mucho más grande en r<strong>el</strong>ación<br />
con <strong>el</strong> efecto que tengan en las generaciones futuras<br />
de nuestra familia, tanto en la vida terrenal como<br />
en toda la eternidad.<br />
“Por mandamiento divino, se requiere que los cónyuges<br />
se amen <strong>el</strong> uno al otro más que a cualquier<br />
otra persona. El Señor lo dijo claramente: ‘Amarás a<br />
tu esposa con todo tu corazón, y te allegarás a <strong>el</strong>la y<br />
a ninguna otra’ (D. y C. 44:22)” (Liahona, enero de<br />
1997, pág. 73).<br />
Élder Jeffrey R. Holland y Patricia T. Holland<br />
“JRH: Por eso podemos hacer convenios con tanta<br />
confianza, teniendo la certeza de que <strong>el</strong> poder de<br />
Dios sobrepasa todo tipo de oscuridad, p<strong>el</strong>igro y problema.<br />
Deberíamos estar agradecidos desde lo más<br />
pr<strong>of</strong>undo de nuestras almas por un plan de f<strong>el</strong>icidad<br />
que nos permite escapar de cada error personal y de<br />
cada cosa insensata jamás cometidos. Deberíamos<br />
expresar <strong>eterno</strong> agradecimiento por la bondad pura,<br />
firme y divina que puede ocuparse de toda preocupación,<br />
sanar toda herida, arreglar todo defecto y, a<br />
la larga, secar toda lágrima. Fue ese <strong>el</strong> Dios, <strong>el</strong> Cristo,<br />
<strong>el</strong> plan que <strong>el</strong> Rey Lamoni vio, y por <strong>el</strong>lo quedó tan<br />
impactado. También a nosotros nos impactará —<br />
debido a su fortaleza y esplendor— cuando tengamos<br />
la necesidad suficiente, la fe lo suficientemente<br />
fuerte y la visión con la claridad necesaria como<br />
<strong>para</strong> verlo. Si somos fi<strong>el</strong>es a los convenios, veremos<br />
cómo en <strong>el</strong> momento de nuestra mayor necesidad,<br />
la mano de un Padre que tiene como compromiso<br />
E L M ATRIMONIO E TERNO: MANUAL P ARA E L A LUMNO