el matrimonio eterno: manual para el alumno - The Church of Jesus
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T RADICIONES DE LOS PADRES<br />
“Si los hijos han de tener integridad, la deben hallar<br />
en <strong>el</strong> hogar y en ustedes. Si viven en un clima de<br />
completa integridad, la absorberán como una actitud<br />
y jamás titubearán en ad<strong>el</strong>ante. Y una vez que<br />
tengan integridad, <strong>el</strong>los mismos encontrarán la<br />
libertad, y una vez que tengan libertad, con gusto<br />
la obsequiarán a todos los demás”.<br />
Los ideales y los valores<br />
Todo padre debe preguntarse, ¿qué ideales y valores<br />
aprende mi hijo? ¿Cómo se ve a sí mismo? ¿Qué<br />
visión de los demás se le está inculcando en <strong>el</strong><br />
hogar? La experiencia que tiene con sus padres, ¿le<br />
da una comprensión cada vez mayor de que la resplandeciente<br />
luz de Dios está sobre todo y una confianza<br />
cada vez más segura de que <strong>el</strong> Padre C<strong>el</strong>estial<br />
está a su lado?<br />
En Nueva Z<strong>el</strong>anda aprendimos un antiguo proverbio<br />
maorí: “El ave necesita plumas <strong>para</strong> volar”. La responsabilidad<br />
principal de dar plumas a los hijos <strong>para</strong> que<br />
puedan volar es de los padres. Un niño que vive en<br />
un ambiente de irrespetuosidad, críticas y vergüenza<br />
no tendrá la inclinación de respetarse o aceptarse a sí<br />
mismo. Acerca de la vergüenza, se han escrito las conmovedoras<br />
palabras: “Los holocaustos no son solo <strong>el</strong><br />
resultado de explosiones atómicas. Ocurre un holocausto<br />
cuando se avergüenza a alguien” (Abraham J.<br />
Hesch<strong>el</strong>, <strong>The</strong> Insecurities <strong>of</strong> Freedom).<br />
El trato a los demás<br />
La forma en que tratemos a otros de cierto condicionará<br />
la actitud d<strong>el</strong> niño hacia los demás. Los<br />
niños que observan y captan en sus padres una preocupación<br />
sincera por los demás que se expresa por<br />
medio de actos bondadosos, compasivos y abnegados,<br />
tendrán una mayor propensión a tener un<br />
buen concepto d<strong>el</strong> género humano y a cumplir con<br />
<strong>el</strong> mandato de las Escrituras: “socorre a los débiles,<br />
levanta las manos caídas y fortalece las rodillas<br />
debilitadas” (D. y C. 81:5).<br />
Los jóvenes que reciben tal bendición también pueden<br />
ser menos susceptibles al desconcierto que algunos<br />
sufren al enfrentar <strong>el</strong> <strong>para</strong>dójico énfasis que<br />
nuestra generación le da a los derechos y privilegios<br />
d<strong>el</strong> hombre mientras que a la vez lo denigra al considerarlo<br />
un animal producto de su entorno, condicionado<br />
por factores sociológicos y sicológicos que<br />
lo desproveen d<strong>el</strong> poder y la capacidad d<strong>el</strong> albedrío,<br />
de pensar y de creer, de escoger y de determinar,<br />
todo esto en lugar de verlo como un ser con perso-<br />
E L M ATRIMONIO E TERNO: MANUAL P ARA E L A LUMNO<br />
nalidad única como Dios nos ha enseñado que<br />
somos. La versión de los deterministas d<strong>el</strong> comportamiento,<br />
según la cual <strong>el</strong> hombre es un conjunto<br />
de reflejos condicionados, carece de la capacidad de<br />
inspirar <strong>el</strong> misterio y <strong>el</strong> asombro y la sorpresa que<br />
constituyen la gloria d<strong>el</strong> hombre. Por lo contrario,<br />
<strong>el</strong> saber que cada individuo es un ser <strong>eterno</strong>, con <strong>el</strong><br />
potencial de llegar a convertirse en un dios o en<br />
una diosa, con la capacidad de un amor, una gracia<br />
y una misericordia pr<strong>of</strong>undos que van más allá de<br />
lo humano, nos pre<strong>para</strong> <strong>para</strong> vivir con valentía y<br />
con responsabilidad, nos inspira a ser autosuficientes,<br />
a tenernos respeto a nosotros mismos y a sentir<br />
un respeto sincero por los demás.<br />
La tradición de disciplina<br />
¿Qué tradición de disciplina hay en nuestros hogares?<br />
¿Tenemos un hijo engreído y consentido al que se le<br />
permite en los momentos de crisis transferir su culpa<br />
a otras personas, como por ejemplo, a sus padres, a<br />
sus pares, a sus parientes o a la época, incluso a la<br />
sociedad, en que vive? ¿Cómo lidiará con la desilusión<br />
y <strong>el</strong> fracaso si no se le enseña a asumir de forma<br />
honrada la responsabilidad de sus errores? No estamos<br />
hablando de castigos sin sentido, sino de la realidad,<br />
de enfrentar los hechos, de establecer reglas<br />
justas que se entienden y se hacen cumplir, de castigos<br />
que se aplican de forma consistente si se violan<br />
las reglas. Alguien dijo que “El respeto hacia uno<br />
mismo es <strong>el</strong> fruto de la disciplina; <strong>el</strong> sentido de dignidad<br />
se incrementa cuando uno tiene la capacidad de<br />
decirse NO” (Hesch<strong>el</strong>, citado anteriormente.)<br />
Otras tradiciones que transmitir<br />
¿Qué les daremos a los niños? Oren <strong>para</strong> tener sentido<br />
d<strong>el</strong> humor. “La risa es remedio infalible” y alegra<br />
<strong>el</strong> espíritu.<br />
Oren también <strong>para</strong> poder trasmitir la voluntad de<br />
trabajar y <strong>el</strong> deseo por lograr la exc<strong>el</strong>encia; la capacidad<br />
de sentirse indignado ante la injusticia y <strong>el</strong><br />
valor de ser <strong>el</strong> único en tomar una postura firme en<br />
pro d<strong>el</strong> bien; <strong>el</strong> menosprecio por <strong>el</strong> mal y <strong>el</strong> amor<br />
por la justicia ¿Conocen <strong>el</strong> r<strong>el</strong>ato de la niña de ocho<br />
años que estaba en un orfanato y era poco atractiva<br />
e irritante por lo que le caía mal a las maestras y a<br />
los encargados? Según se dice, una tarde infringió<br />
una regla que ameritaba una justa expulsión d<strong>el</strong><br />
lugar. Alguien la vio haciendo caso omiso de los<br />
estatutos al colocar una nota en la rama de un árbol<br />
que llegaba desde <strong>el</strong> otro lado de la cerca. Se recogió