el matrimonio eterno: manual para el alumno - The Church of Jesus
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292<br />
M ORALIDAD Y MODESTIA<br />
cinto d<strong>el</strong> lomo que servirá <strong>para</strong> proteger la virtud<br />
d<strong>el</strong> mismo modo que se protege la vida.<br />
Me gustaría en este momento volver a advertirles<br />
acerca de los métodos de Satanás en su tentativa de<br />
destruirlos a ustedes. Después de darnos la definición<br />
de la verdad que aparece más arriba, <strong>el</strong> Señor<br />
agregó: “y lo que sea más o menos que esto es <strong>el</strong><br />
espíritu de aqu<strong>el</strong> inicuo que fue mentiroso desde <strong>el</strong><br />
principio” (D. y C. 93:25.)<br />
Cuando se sientan tentados a vestirse de manera<br />
poco recatada o a expresarse con palabras vulgares u<br />
obscenas o a comportarse de forma inapropiada en <strong>el</strong><br />
cortejo, están entrando en <strong>el</strong> juego de Satanás y convirtiéndose<br />
en víctimas de su lengua mentirosa. D<strong>el</strong><br />
mismo modo, si permiten que las vanas teorías de los<br />
hombres les hagan dudar de la r<strong>el</strong>ación que ustedes<br />
tienen con Dios, d<strong>el</strong> propósito divino d<strong>el</strong> <strong>matrimonio</strong><br />
y de las posibilidades futuras en la eternidad, <strong>el</strong><br />
maestro de todas las mentiras los está haciendo víctimas<br />
de él, porque todo eso va en contra de la verdad,<br />
la cual los resguarda de tales p<strong>el</strong>igros.<br />
Ahora bien, ¿qué hay de la coraza que protegerá sus<br />
corazones o sus conductas en la vida? El apóstol<br />
Pablo indica que la coraza estará hecha de un material<br />
llamado justicia. El hombre justo, a pesar de ser<br />
ampliamente superior a las personas que no lo son,<br />
tiene humildad y no hace alarde de su justicia <strong>para</strong><br />
ser visto por los hombres, sino que, por lo contrario,<br />
cubre sus virtudes así como con modestia cubriría<br />
su desnudez. El hombre justo se esfuerza por<br />
superarse, sabiendo que todos los días tiene necesidad<br />
de arrepentirse de sus faltas o de su negligencia.<br />
A él no le interesa tanto lo que pueda conseguir<br />
sino lo que pueda dar a los demás, pues sabe que<br />
únicamente por ese camino puede hallar la verdadera<br />
f<strong>el</strong>icidad. El hombre justo se esfuerza cada día<br />
por hacer lo mejor, de manera que al llegar la noche<br />
pueda testificar en su alma y a su Dios que sea lo<br />
que sea que haya tenido que hacer ese día, lo ha<br />
hecho lo mejor que ha podido. Su cuerpo no está<br />
maltratado por las cargas impuestas por las demandas<br />
de un vivir desenfrenado; su discernimiento no<br />
se vu<strong>el</strong>ve defectuoso por las tonterías de la juventud;<br />
es clara su percepción; posee agilidad mental y<br />
fortaleza física. La coraza de la rectitud le ha dado<br />
“la fortaleza de diez, porque su corazón es puro”.<br />
Mas sigamos con la armadura o coraza. Los pies, que<br />
representan las metas u objetivos en la vida, deben<br />
estar calzados. ¿Con qué? “…con <strong>el</strong> apresto d<strong>el</strong> evang<strong>el</strong>io<br />
de la paz”. ¡El apóstol que escribió la frase “<strong>el</strong><br />
E L M ATRIMONIO E TERNO: MANUAL P ARA E L A LUMNO<br />
apresto d<strong>el</strong> evang<strong>el</strong>io de la paz” sin duda conocía la<br />
vida por experiencia propia! Él sabía que <strong>para</strong> obtener<br />
la victoria es necesario <strong>el</strong> apresto, o sea la pre<strong>para</strong>ción,<br />
y que “<strong>para</strong> estar seguros se debe tener<br />
vigilancia constante”, mientras que <strong>el</strong> castigo por la<br />
falta de pre<strong>para</strong>ción y por no aprovechar las oportunidades<br />
es <strong>el</strong> miedo. Ya sea en <strong>el</strong> habla o en <strong>el</strong> canto,<br />
ya sea en <strong>el</strong> combate físico o moral, la victoria les<br />
llega a quienes se aprestan, se pre<strong>para</strong>n.<br />
Los filós<strong>of</strong>os de la antigüedad comprendían la<br />
importancia de comenzar dicha pre<strong>para</strong>ción<br />
durante <strong>el</strong> periodo formativo de la vida, ya que nos<br />
amonestan con las palabras: “instruye al niño en su<br />
camino, Y aun cuando fuere viejo no se apartará de<br />
él” (Proverbios 22:6). Existe un viejo adagio que<br />
apunta hacia esta misma verdad: “Si sigues al río, al<br />
mar llegarás”; y hay otro que presenta una advertencia:<br />
“El camino de menor resistencia da como<br />
resultado hombres y ríos chuecos”.<br />
Incorporadas al Evang<strong>el</strong>io de Jesucristo existen instrucciones<br />
directas sobre lo que no debemos hacer,<br />
que fueron dadas por medios divinos a Moisés, <strong>el</strong><br />
gran legislador de Isra<strong>el</strong>, las cuales fueron sucedidas<br />
más tarde por las declaraciones d<strong>el</strong> Sermón d<strong>el</strong> Monte<br />
sobre lo que sí debemos hacer, declaraciones que presentan<br />
una guía fidedigna que hemos de seguir en la<br />
vida. El plan d<strong>el</strong> Evang<strong>el</strong>io nos insta a orar, a andar<br />
rectamente, a honrar a nuestros padres, a santificar <strong>el</strong><br />
día de reposo y a evitar la ociosidad. Dichoso <strong>el</strong> que<br />
tiene calzados los pies con <strong>el</strong> apresto de estas enseñanzas<br />
desde su juventud <strong>para</strong> vencer <strong>el</strong> día malo. Tal<br />
persona ha encontrado la paz al “vencer al mundo”,<br />
porque ha edificado su casa sobre la roca, y cuando se<br />
avecine la tormenta, soplen los vientos y descienda la<br />
lluvia, no caerá porque está fundada sobre la roca<br />
(véase Mateo 7:24–25). Ese individuo no teme, y no<br />
será vencido por un ataque sorpresivo, porque está<br />
listo <strong>para</strong> cualquier emergencia: ¡está pre<strong>para</strong>do!<br />
Y ahora toquemos en la última pieza de la armadura<br />
que describe <strong>el</strong> maestro pr<strong>of</strong>eta. Pondremos un y<strong>el</strong>mo<br />
en la cabeza. Nuestra cabeza o int<strong>el</strong>ecto lo que controla<br />
nuestros cuerpos. Ante las embestidas d<strong>el</strong> enemigo,<br />
se la debe proteger bien, “porque cual es su<br />
pensamiento en su corazón, tal es él” (Proverbios<br />
23:7); pero <strong>para</strong> que <strong>el</strong> y<strong>el</strong>mo que la protege sea eficaz,<br />
debe tener un diseño exquisito. Debe ser construido<br />
de un material excepcional, ya que <strong>para</strong> poder<br />
ser eficaz en <strong>el</strong> conflicto <strong>eterno</strong> contra <strong>el</strong> enemigo<br />
invisible de toda rectitud, debe tratarse d<strong>el</strong> “y<strong>el</strong>mo de<br />
la salvación”. Por salvación nos referimos a obtener,