el matrimonio eterno: manual para el alumno - The Church of Jesus
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LA COMUNICACIÓN FAMILIAR<br />
Élder Marvin J. Ashton<br />
D<strong>el</strong> Quórum de los Doce<br />
Apóstoles<br />
Véase Liahona, agosto de 1976,<br />
págs. 45–47<br />
Hace algunas semanas, un padre algo consternado<br />
me preguntó: “¿Por qué puedo comunicarme sin<br />
problemas con todos menos con mi propio hijo?”<br />
Le respondí, diciendo: “¿Qué quiere decir con eso<br />
de que no puede comunicarse con su hijo?”<br />
“Es que cada vez que trato de decirle algo, él simplemente<br />
se cierra y no me escucha”, me replicó.<br />
La comunicación familiar<br />
Durante la conversación en privado que tuvimos ese<br />
día, y muy a menudo desde entonces, he llegado a la<br />
conclusión que quizás una de las razones principales<br />
por la que fracasamos en nuestras r<strong>el</strong>aciones familiares<br />
es que fallamos en la aplicación de los principios<br />
básicos de la comunicación personal. En Hebreos<br />
13:16, leemos: “Y de hacer bien y de la ayuda mutua<br />
no os olvidéis; porque de tales sacrificios se agrada<br />
Dios”. La comunicación en la familia a menudo<br />
representará un sacrificio, pues se espera que utilicemos<br />
nuestro tiempo, nuestros medios, nuestro<br />
talento y nuestra paciencia <strong>para</strong> impartir, compartir<br />
y entender. Con demasiada frecuencia usamos los<br />
períodos de comunicación <strong>para</strong> decir, dictar, rogar o<br />
amenazar. Ni siquiera en <strong>el</strong> más amplio de sus aspectos<br />
debería utilizarse la comunicación familiar <strong>para</strong><br />
imponer, mandar o avergonzar.<br />
Para que sea eficaz, la comunicación<br />
familiar debe ser un intercambio de<br />
sentimientos e información. Las puertas<br />
de la comunicación se abrirán en<br />
<strong>el</strong> hogar si sus miembros comprenden<br />
que <strong>el</strong> tiempo y la participación<br />
por parte de todos son <strong>el</strong>ementos<br />
necesarios. En las conversaciones de<br />
familia, no debe hacerse caso omiso a<br />
las diferencias sino que se las debe considerar y evaluar<br />
con calma; <strong>el</strong> punto de vista u opinión de una<br />
persona no es por lo general tan importante como<br />
una r<strong>el</strong>ación saludable y continua; la cortesía y <strong>el</strong><br />
respeto al escuchar y al responder durante una conversación<br />
son ingredientes básicos de un diálogo<br />
apropiado. Al aprender a participar juntos de una<br />
asociación que tenga significado, podremos transmitir<br />
nuestros pensamientos de amor, dependencia e<br />
interés. Cuando nos inclinamos a abandonar nuestros<br />
esfuerzos de establecer comunicación porque<br />
otros miembros de la familia no responden, quizás<br />
haríamos bien en no darnos por vencidos sino en<br />
emplear un sistema de “dar y recibir” en nuestras<br />
conversaciones. ¡Cuán importante es saber cómo<br />
estar en desacuerdo con <strong>el</strong> punto de vista de otras<br />
personas sin mostrar antagonismo! ¡Cuán importante<br />
es tener periodos de diálogo antes de tomar<br />
decisiones! Jones Stephens escribió: “He aprendido<br />
que la cabeza no escucha nada hasta que <strong>el</strong> corazón<br />
ha prestado oído, y lo que <strong>el</strong> corazón sabe hoy, la<br />
cabeza lo entenderá mañana”.<br />
Quisiera compartir con ustedes siete sugerencias<br />
básicas <strong>para</strong> establecer una comunicación familiar<br />
más eficaz.<br />
El sacrificio<br />
Para que sea eficaz, la<br />
comunicación<br />
familiar debe ser un<br />
intercambio de<br />
sentimientos e<br />
información.<br />
C OMUNICACIÓN 63<br />
1. Estar dispuestos a sacrificarse. Sean <strong>el</strong> tipo de integrante<br />
de la familia que está dispuesto a estar disponible.<br />
Desarrollen la habilidad y la autodisciplina<br />
<strong>para</strong> pensar en otros miembros de la familia y en<br />
sus necesidades de comunicación antes que en las<br />
de ustedes, así como la disposición de pre<strong>para</strong>rse<br />
<strong>para</strong> <strong>el</strong> momento tan especial en que se comparte,<br />
en que se enseña. Desháganse de la apariencia<br />
misma de estar preocupados con los problemas propios,<br />
y aprendan la habilidad de llegar al motivo de<br />
preocupación de los demás miembros de la familia.<br />
Cuán triste es <strong>el</strong> día en que se oye a una hija decir:<br />
“Mi madre me lo da todo, excepto de sí misma”.<br />
Muy pronto y con demasiada frecuencia,<br />
cosechamos los frutos de frases<br />
como: “No me molestes ahora; ¿no ves<br />
que estoy ocupado?” Cuando transmitimos<br />
la actitud de “Vete de aquí,<br />
ahora no me molestes”, los miembros<br />
de la familia se vu<strong>el</strong>ven propensos a<br />
alejarse o a aislarse en <strong>el</strong> silencio. En<br />
ocasiones, todo miembro de la familia<br />
necesita ser aceptado dentro de sus<br />
propios términos, <strong>para</strong> que esté dispuesto<br />
a acercarse, a compartir y a preguntar.<br />
Se requiere cierto sacrificio personal <strong>para</strong> comunicarse<br />
cuando las condiciones son apropiadas <strong>para</strong> la otra<br />
E L M ATRIMONIO E TERNO: MANUAL P ARA E L A LUMNO