el matrimonio eterno: manual para el alumno - The Church of Jesus
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P RIORIDADES Y EQUILIBRIO<br />
Y la Iglesia no es la única responsabilidad que tienen<br />
los padres. Hay otras instituciones que con toda legitimidad<br />
requieren también <strong>el</strong> esfuerzo de la familia:<br />
la escu<strong>el</strong>a, los empleadores, la comunidad, todos<br />
<strong>el</strong>los deben incluirse en una medida adecuada.<br />
Recientemente una madre me dijo que su familia se<br />
había mudado de un barrio apartado donde los<br />
miembros viven esparcidos en una zona rural, en <strong>el</strong><br />
que, por necesidad, todas las actividades se llevan a<br />
cabo en una misma noche de la semana, lo cual era<br />
magnífico porque les permitía tener tiempo <strong>para</strong> la<br />
familia. Hasta me parece verlos sentados todos juntos<br />
alrededor de la mesa.<br />
Se mudaron a una ciudad donde <strong>el</strong> barrio es más<br />
grande y los miembros viven más cerca de la capilla.<br />
Ella comentó que ahora los miembros de la<br />
familia tienen actividades los martes por la noche,<br />
los miércoles por la noche, los jueves por la noche,<br />
los viernes por la noche, los sábados por la noche y<br />
los domingos por la noche. “Es muy difícil <strong>para</strong><br />
nuestra familia”, comentó.<br />
Recuerden que, cuando se programa una actividad<br />
<strong>para</strong> los jóvenes, se [involucra] a la familia, particularmente<br />
a la madre.<br />
La mayoría de las familias se esfuerzan mucho; pero<br />
algunas, cuando se ven agobiadas por dificultades<br />
de salud y problemas económicos, simplemente<br />
quedan exhaustas al tratar de mantener <strong>el</strong> ritmo<br />
y terminan por caer en la inactividad. No se dan<br />
cuenta de que se están apartando de la fuente misma<br />
de la luz y la verdad, <strong>para</strong> ayudar a la familia, y se<br />
van desplazando hacia la oscuridad en donde les<br />
aguarda <strong>el</strong> p<strong>el</strong>igro y <strong>el</strong> desengaño.<br />
Quisiera ahora referirme a lo que ciertamente debe<br />
ser <strong>el</strong> problema más difícil de solucionar. Hay jóvenes<br />
que reciben muy poca enseñanza y muy poco<br />
apoyo en <strong>el</strong> hogar. No hay duda de que debemos<br />
<strong>of</strong>recer ambas cosas. Pero si en la Iglesia les <strong>of</strong>recemos<br />
una constante s<strong>el</strong>ección de actividades <strong>para</strong><br />
compensar lo que no reciben en esos hogares, les<br />
resultará difícil a los padres concienzudos disponer<br />
d<strong>el</strong> tiempo <strong>para</strong> dedicar a sus propios hijos. Sólo la<br />
oración y la inspiración nos llevarán a encontrar ese<br />
d<strong>el</strong>icado punto de equilibrio.<br />
La importancia d<strong>el</strong> aprendizaje en <strong>el</strong> hogar<br />
A menudo oímos: “Debemos brindar actividades<br />
regulares y entretenidas fuera d<strong>el</strong> hogar pues, de lo<br />
contrario, nuestros jóvenes las buscarán en lugares<br />
E L M ATRIMONIO E TERNO: MANUAL P ARA E L A LUMNO<br />
menos sanos”. Algunos de <strong>el</strong>los lo harán, pero estoy<br />
convencido de que si enseñamos a los padres a ser<br />
responsables y les otorgamos tiempo suficiente, a la<br />
larga, los hijos estarán en casa.<br />
En <strong>el</strong> hogar, <strong>el</strong>los aprenden lo que no se les puede<br />
enseñar eficazmente ni en la Iglesia ni en la escu<strong>el</strong>a.<br />
En <strong>el</strong> hogar aprenden a trabajar y a asumir responsabilidades.<br />
Aprenderán lo que deberán hacer<br />
cuando tengan sus propios hijos.<br />
Por ejemplo, en la Iglesia, a los niños se les enseña<br />
<strong>el</strong> principio d<strong>el</strong> diezmo, pero es en <strong>el</strong> hogar donde<br />
ese principio se aplica. En <strong>el</strong> hogar hasta a los hijos<br />
más pequeños se les puede enseñar a calcular <strong>el</strong><br />
diezmo y a pagarlo.<br />
Una vez <strong>el</strong> presidente Harold B. Lee y su esposa nos<br />
visitaron en nuestra casa. La hermana Lee puso un<br />
puñado de monedas de un centavo sobre la mesa<br />
d<strong>el</strong>ante de nuestro pequeño hijo. Le pidió que<br />
se<strong>para</strong>ra los que brillaban más y le dijo: “Éstos son<br />
tu diezmo y pertenecen al Señor. Los demás son<br />
<strong>para</strong> ti”. Pensativo, miró los dos montoncillos y<br />
preguntó: “¿No le quedan más monedas sucias?”.<br />
¡Ahí fue cuando nos dimos cuenta de lo que debíamos<br />
enseñarle!<br />
Usemos <strong>el</strong> consejo de barrio <strong>para</strong><br />
establecer <strong>el</strong> equilibrio<br />
El consejo de barrio es <strong>el</strong> lugar perfecto <strong>para</strong> establecer<br />
<strong>el</strong> equilibrio entre <strong>el</strong> hogar y la Iglesia. Es allí<br />
donde los hermanos d<strong>el</strong> sacerdocio, que son también<br />
padres, y las hermanas de las organizaciones<br />
auxiliares, que son también madres, pueden, de una<br />
manera inspirada, coordinar <strong>el</strong> trabajo de las organizaciones,<br />
cada una de las cuales sirve a diferentes<br />
miembros de la familia.<br />
Los integrantes d<strong>el</strong> consejo pueden com<strong>para</strong>r lo que<br />
cada organización está <strong>of</strong>reciendo a cada miembro<br />
y cuánto tiempo y dinero se requiere. Ellos pueden<br />
unir las familias en vez de dividirlas y prestar atención<br />
a los hogares en los que haya uno solo de los<br />
padres, a los <strong>matrimonio</strong>s sin hijos, a los que no<br />
estén casados, a los ancianos, a los discapacitados y<br />
<strong>of</strong>recer mucho más que tan sólo actividades <strong>para</strong> los<br />
niños y los jóvenes.<br />
El consejo de barrio dispone de fuentes de ayuda que<br />
a menudo se pasan por alto. Por ejemplo, los que son<br />
abu<strong>el</strong>os, mientras no tengan un cargo en la Iglesia,<br />
pueden ayudar a familias jóvenes que estén recorriendo<br />
<strong>el</strong> mismo camino que <strong>el</strong>los recorrieron un día.