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el matrimonio eterno: manual para el alumno - The Church of Jesus

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cohibición por parte de ningún miembro de la<br />

Iglesia que necesite consejo a la hora de pedirlo. A<br />

veces puede ser crucial <strong>el</strong> buscar y aceptar consejo.<br />

Cuando se encuentren desalentados y sientan que<br />

no pueden resolver un problema por sí mismos, tal<br />

vez tengan razón, aunque al menos tienen la obligación<br />

de hacer <strong>el</strong> esfuerzo por tratar de resolverlo. Se<br />

debe utilizar todo recurso personal disponible antes<br />

de dar <strong>el</strong> próximo paso, y todos disponen de poderosos<br />

recursos. El Libro de Mormón declara este<br />

recurso que tan a menudo se pasa por alto:<br />

“…<strong>el</strong> Espíritu es <strong>el</strong> mismo, ayer, hoy y <strong>para</strong> siempre.<br />

Y la vía está pre<strong>para</strong>da desde la caída d<strong>el</strong> hombre, y<br />

la salvación es gratuita.<br />

“Y los hombres son suficientemente instruidos <strong>para</strong> discernir<br />

<strong>el</strong> bien d<strong>el</strong> mal” (2 Nefi 2:4–5; cursiva agregada).<br />

Es de vital importancia que comprendan que ustedes<br />

ya pueden distinguir <strong>el</strong> bien d<strong>el</strong> mal porque son buenos<br />

de forma innata, inherente e intuitiva. Cuando<br />

alguien dice: “¡No puedo! ¡No puedo resolver mis problemas!”,<br />

siento la necesidad de gritar: “¿No entiendes<br />

quién eres? ¿No has aprendido todavía que eres hijo<br />

de Dios Todopoderoso? ¿No sabes que hay potentes<br />

recursos heredados de Él a los que puedes recurrir en<br />

busca de constancia, valentía y gran poder?”<br />

A la mayoría de ustedes se les ha enseñado <strong>el</strong><br />

Evang<strong>el</strong>io toda la vida y todos saben la diferencia<br />

entre <strong>el</strong> bien y <strong>el</strong> mal, entre lo correcto y lo errado.<br />

¿No es acaso la hora de que se decidan a hacer <strong>el</strong><br />

bien? Al hacerlo no toman una decisión cualquiera sino<br />

que toman la decisión más importante. Una vez que lo<br />

hagan —sin cruzar los dedos, sin hipocresía, sin reservas<br />

o dudas— todo lo demás encajará en su lugar.<br />

La mayoría de las personas que buscan <strong>el</strong> consejo de<br />

los presidentes de estaca, presidentes de rama, obispos<br />

y demás, así como de las Autoridades Generales,<br />

no lo hacen porque se encuentren confundidas y no<br />

puedan vislumbrar la diferencia entre lo bueno y lo<br />

malo, sino lo hacen porque se sienten tentadas a<br />

hacer algo que saben que está mal y quieren que les<br />

ayudemos a ratificar esa decisión.<br />

Cuando tengan un problema, primero considérenlo<br />

en la mente. Piensen, analicen, mediten y oren al<br />

respecto. He llegado a la conclusión de que no<br />

podemos forzar las decisiones importantes. Deben<br />

ustedes mirar hacia <strong>el</strong> futuro y tener visión.<br />

Mediten las cosas a diario, y eviten las crisis propias<br />

de las grandes decisiones que deben tomarse bajo<br />

la presión de las circunstancias. Si miran hacia lo<br />

A UTOSUFICIENCIA 37<br />

futuro, podrán prever los grandes problemas de<br />

modo tal que cuando llegue <strong>el</strong> momento de resolverlos,<br />

estarán ustedes en condiciones tomar la iniciativa<br />

desde un principio. De vez en cuando se<br />

tendrá que tomar una decisión importante ante<br />

una situación imprevisible, pero no sucede eso con<br />

mucha frecuencia. Si ya han decidido que harán lo<br />

correcto, sin importar las consecuencias, aun esos<br />

bruscos y repentinos encuentros con grandes problemas<br />

no causarán daño.<br />

He descubierto que <strong>el</strong> mejor momento <strong>para</strong> luchar<br />

con los grandes problemas es temprano por la<br />

mañana. Es entonces cuando la mente se encuentra<br />

fresca y alerta. Gracias al descanso de la noche anterior,<br />

la pizarra de la mente queda sin manchas de tiza,<br />

y no hay que lidiar con las tensiones acumuladas de<br />

todo <strong>el</strong> día. El cuerpo está descansado también. En<br />

ese momento se puede analizar detalladamente <strong>el</strong><br />

desafío y recibir rev<strong>el</strong>ación personal.<br />

En varias oportunidades oí al presidente Harold B.<br />

Lee comenzar más de una declaración r<strong>el</strong>acionada<br />

con la rev<strong>el</strong>ación diciendo algo así como: “A tempranas<br />

horas de la mañana, mientras meditaba<br />

acerca de este asunto…”. Él se formó <strong>el</strong> hábito de<br />

dedicar su atención a los problemas que requerían<br />

rev<strong>el</strong>ación durante esas primeras horas tan refrescantes<br />

y sobrias de la mañana.<br />

Algo sabía <strong>el</strong> Señor cuando nos dio la siguiente instrucción<br />

en Doctrina y Convenios, “…cesad de dormir<br />

más de lo necesario; acostaos temprano <strong>para</strong><br />

que no os fatiguéis; levantaos temprano <strong>para</strong> que<br />

vuestros cuerpos y vuestras mentes sean vigorizados”<br />

(D. y C. 88:124)…<br />

Les he aconsejado a mis hijos que hagan su estudio<br />

esencial durante las tempranas horas de la mañana<br />

cuando están alerta y refrescados, en lugar de luchar<br />

contra <strong>el</strong> cansancio físico y mental al caer la noche.<br />

He descubierto que <strong>el</strong> dicho “temprano se levanta <strong>el</strong><br />

que temprano se acuesta” encierra poder. Cuando<br />

me encuentro presionado —como por ejemplo, al<br />

pre<strong>para</strong>r este discurso— no me van a ver despierto a<br />

altas horas de la noche. Prefiero mil veces acostarme<br />

muy temprano <strong>para</strong> madrugar porque es entonces<br />

que puedo estar más cerca d<strong>el</strong> Ser que guía esta obra.<br />

Ahora bien, con respecto a la rev<strong>el</strong>ación, todos recibimos<br />

la enseñanza de que la rev<strong>el</strong>ación se encuentra<br />

disponible <strong>para</strong> cada cual en forma individual.<br />

La pregunta que más a menudo se me hace sobre<br />

este tema es: “¿Cómo sé cuando he recibido rev<strong>el</strong>ación?<br />

He estado orando y ayunando acerca d<strong>el</strong><br />

E L M ATRIMONIO E TERNO: MANUAL P ARA E L A LUMNO

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