el matrimonio eterno: manual para el alumno - The Church of Jesus
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Presidente Gordon B. Hinckley<br />
“No sé de ninguna otra práctica que tenga un efecto<br />
tan positivo en la vida de ustedes como la de arrodillarse<br />
juntos en oración. Las palabras ‘Nuestro Padre<br />
que estás en los ci<strong>el</strong>os’ surten gran efecto, al punto<br />
que si se las pronuncia con sinceridad y reconocimiento,<br />
no se puede evitar experimentar algo de responsabilidad<br />
<strong>para</strong> con Dios. Las pequeñas tormentas<br />
que parecen afectar a todo <strong>matrimonio</strong> pasan a ser<br />
triviales cuando la pareja se arrodilla ante <strong>el</strong> Señor y<br />
se dirige a Él como hijos en acción de súplica.<br />
“Las conversaciones diarias con Él traerán paz a su<br />
corazón y gozo a su vida de un modo tal que será<br />
evidente la única fuente de la que provienen dichos<br />
sentimientos. El compañerismo de ustedes se volverá<br />
más dulce con <strong>el</strong> paso de los años; su amor se fortalecerá;<br />
su aprecio d<strong>el</strong> uno con <strong>el</strong> otro aumentará.<br />
“Los hijos de ustedes serán bendecidos con un sentido<br />
de seguridad que llega como resultado de vivir<br />
en un hogar en <strong>el</strong> que mora <strong>el</strong> Espíritu de Dios. Ellos<br />
tendrán padres a quienes amarán por causa de que<br />
se respetan <strong>el</strong> uno al otro, lo que causará que un<br />
espíritu de respeto se arraigue en su propio corazón.<br />
Experimentarán la seguridad derivada de las palabras<br />
bondadosas que se pronuncian suavemente. Serán<br />
resguardados por un padre y una madre que, al vivir<br />
honestamente ante Dios, vivirán honestamente <strong>el</strong><br />
uno con <strong>el</strong> otro y también ante los hombres.<br />
Llegarán a la madurez sintiendo agradecimiento y<br />
habiendo escuchado a sus padres expresar gratitud<br />
en sus oraciones por las bendiciones, tanto por las<br />
pequeñas como por las grandes. Experimentarán un<br />
incremento en la fe en <strong>el</strong> Dios viviente” (Teachings<br />
<strong>of</strong> Gordon B. Hinckley, pág. 216).<br />
“Ese vínculo [de compañerismo] se endulzará y se<br />
fortalecerá con <strong>el</strong> paso d<strong>el</strong> tiempo y permanecerá por<br />
toda la eternidad. El amor y <strong>el</strong> aprecio mutuos crecerán…”<br />
(Piedras angulares de un hogar f<strong>el</strong>iz, pág. 11).<br />
Élder Joe J. Christensen<br />
“Muchos líderes de la Iglesia al igual que consejeros<br />
pr<strong>of</strong>esionales han señalado que nunca han visto un<br />
<strong>matrimonio</strong> en dificultades serias en <strong>el</strong> que la pareja<br />
siga orando junta a diario. Cuando se invita al Señor<br />
a ser compañero en la unión, los sentimientos se<br />
ablandan y las tensiones se moderan por <strong>el</strong> poder<br />
d<strong>el</strong> Espíritu. Observe lo que ocurre cuando, estando<br />
ambos de rodillas y juntos, escucha a su compañero<br />
L A F AMILIA: UNA PROCLAMACIÓN PARA EL MUNDO 229<br />
expresar gratitud y amor por usted, orando <strong>para</strong> que<br />
ambos, en un esfuerzo conjunto, puedan vencer las<br />
dificultades que estén experimentando <strong>para</strong> que <strong>el</strong><br />
amor que se tienen incremente…<br />
“A veces, cuando Bárbara no se ha sentido bien o<br />
por razón alguna se ha sentido desanimada, me ha<br />
parecido útil y significativo empezar a expresarme<br />
en primera persona y expresar mis sentimientos<br />
genuinamente: ‘Padre, me siento sumamente agradecido<br />
de tener una compañera como Bárbara.<br />
Ayúdale a saber cuánto la amo y la aprecio como<br />
una de Tus hijas escogidas. Permít<strong>el</strong>e que sane por<br />
completo y que reciba la salud y la fortaleza necesarias<br />
<strong>para</strong> proseguir con la importante misión de su<br />
vida como esposa y madre’…<br />
“Les extiendo la invitación a que analicen con franqueza<br />
su propia situación. ¿Oran a diario, juntos y<br />
como pareja, <strong>para</strong> que su <strong>matrimonio</strong> se fortalezca?<br />
Si no es así, ¡éste es un exc<strong>el</strong>ente momento <strong>para</strong><br />
comenzar!” (One Step at a Time, págs. 15–16).<br />
El principio d<strong>el</strong> arrepentimiento<br />
Presidente Spencer W. Kimball<br />
“Un día me encontraba en <strong>el</strong> templo de Salt Lake<br />
City dirigiéndome por un largo corredor hacia uno<br />
de los salones con <strong>el</strong> fin de efectuar la ceremonia<br />
matrimonial de una pareja joven, cuando una mujer<br />
me siguió… y con gran agitación me preguntó:<br />
‘Élder Kimball, ¿se acuerda de mí?’. Me observaba<br />
atentamente, y sus oídos esperaban escuchar la respuesta<br />
a su interrogante. Me sentí avergonzado pues<br />
por nada en <strong>el</strong> mundo me acordaba de <strong>el</strong>la. Con<br />
muchísima pena, le dije al fin: ‘Perdóneme, pero no<br />
logro recordarla’. En lugar de decepción, se reflejó<br />
en su rostro una gran alegría, y con evidente alivio<br />
me dijo: ‘Ah, me alegra tanto que no me recuerde.<br />
En una ocasión, mi esposo y yo pasamos toda la<br />
noche con usted mientras usted trataba de hacernos<br />
cambiar la vida. Habíamos pecado, y nos costaba<br />
dejar nuestra iniquidad de lado. Usted laboriosamente<br />
pasó toda la noche tratando de ayudarme a<br />
abandonar <strong>el</strong> pecado. Nos hemos arrepentido, cambiando<br />
nuestra vida por completo. Estoy muy contenta<br />
de que no se acuerde de mí, porque si usted,<br />
uno de los apóstoles, no puede hacerlo, quizá <strong>el</strong><br />
Salvador tampoco recuerde mis pecados’ “<br />
(Teachings <strong>of</strong> Spencer W. Kimball, pág. 108).<br />
E L M ATRIMONIO E TERNO: MANUAL P ARA E L A LUMNO