el matrimonio eterno: manual para el alumno - The Church of Jesus
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C ÓMO SOLUCIONAR LOS PROBLEMAS MATRIMONIALES<br />
la decoración, qué estación de radio escuchar, qué<br />
p<strong>el</strong>ícula ir a ver, etcétera.<br />
Puesto que hasta cierto punto todos somos producto<br />
de nuestros entornos y experiencias pasados, es<br />
lógico que surjan diferencias de tanto en tanto.<br />
Quienes se criaron en una ciudad hacen ciertas cosas<br />
de modo distinto a quienes se criaron en <strong>el</strong> campo, y<br />
quienes provienen de un rincón d<strong>el</strong> mundo hacen<br />
ciertas cosas de modo diferente a quienes se criaron<br />
en otro rincón. También los distintos entornos étnicos,<br />
educativos, financieros y r<strong>el</strong>igiosos causan que<br />
haya diferencias en la manera en que hacemos las<br />
pequeñas cosas de la vida. Además existe una diferencia<br />
natural entre los puntos de vista d<strong>el</strong> hombre<br />
y de la mujer.<br />
Mas <strong>el</strong> que haya diferencias no quiere decir que obligatoriamente<br />
una persona tiene razón y la otra está<br />
equivocada, o que una alternativa sea mejor que la<br />
otra. La unión en <strong>el</strong> <strong>matrimonio</strong> requiere la buena<br />
disposición de hacer concesiones, de comprometerse<br />
a hacer que la r<strong>el</strong>ación salga ad<strong>el</strong>ante y de depender<br />
d<strong>el</strong> Señor. Aunque pueda haber diferentes opiniones,<br />
hábitos o antecedentes, marido y mujer pueden<br />
tener “entr<strong>el</strong>azados sus corazones con unidad y<br />
amor <strong>el</strong> uno <strong>para</strong> con <strong>el</strong> otro” (Mosíah 18:21).<br />
La Iglesia tiene más de treinta mil misioneros en <strong>el</strong><br />
campo hoy por hoy, y sin embargo los problemas<br />
serios entre compañeros misionales son r<strong>el</strong>ativamente<br />
pocos. Parte de la razón por la cual esto ocurre<br />
tiene que ver con la exc<strong>el</strong>ente fórmula que <strong>el</strong><br />
Manual Misional brinda a los misioneros regulares.<br />
Dice lo siguiente:<br />
“Un paso esencial que le permitirá llegar a ser un<br />
misionero exitoso es poder comunicarse con su<br />
compañero. Hagan juntos una sesión de inventario.<br />
“Dicho inventario consiste en una reunión <strong>para</strong><br />
conversar sobre la obra y fijarse metas, analizar la<br />
r<strong>el</strong>ación de compañerismo y la vida personal…<br />
“Válganse de ese tiempo <strong>para</strong> resolver los conflictos<br />
que puedan surgir en <strong>el</strong> compañerismo, hablando al<br />
respecto y solucionándolos juntos” (págs. 25–26;<br />
núm. de almacén PBMI4201 002).<br />
Claro que los compañeros misionales su<strong>el</strong>en ser<br />
completos desconocidos o apenas conocidos cuando<br />
se les asigna a trabajar juntos, y los compañeros de<br />
cuarto a menudo también son desconocidos, o son<br />
amigos que creen que se conocen bien. No obstante,<br />
se espera que <strong>el</strong> <strong>matrimonio</strong> comience desde<br />
un punto mucho más seguro, ya que ambas<br />
E L M ATRIMONIO E TERNO: MANUAL P ARA E L A LUMNO<br />
personas debieron haber tenido suficiente tiempo<br />
<strong>para</strong> llegar a conocerse bien.<br />
Sea cual sea la situación, las ideas básicas que se<br />
usan <strong>para</strong> la sesión de inventario misional provienen<br />
de Doctrina y Convenios 6:19: “Amonéstalo [a tu<br />
compañero] en sus faltas y también recibe amonestación<br />
de él. Sé paciente; sé sobrio; sé moderado; ten<br />
paciencia, fe, esperanza y caridad”. A continuación<br />
presento algunas de mis observaciones sobre cómo<br />
aplicar estas ideas específicamente al <strong>matrimonio</strong>:<br />
La crítica<br />
La crítica, sea directa o insinuada, es una de las cosas<br />
que más dificulta la unión en cualquier r<strong>el</strong>ación.<br />
Aun así hay esposos y esposas que con severidad se<br />
dicen: “¿Por qué hiciste eso?” o “¡Yo no lo hubiese<br />
hecho así!” o “¡De donde yo soy eso no se hace así!”<br />
o “Lo que dijiste fue una tontería”. Este tipo de crítica<br />
repetitiva y agresiva puede carcomer los lazos<br />
d<strong>el</strong> amor, debilitando y estropeando la t<strong>el</strong>a misma<br />
d<strong>el</strong> <strong>matrimonio</strong> con resultados tristes <strong>para</strong> ambas<br />
partes.<br />
Con demasiada frecuencia, la crítica ataca a los sentimientos<br />
tiernos y desprotegidos. Cuando criticamos,<br />
insinuamos que hay culpa, censuramos,<br />
condenamos, reprobamos y denunciamos, mientras<br />
que a la vez nos colocamos en función de jueces,<br />
haciendo de cuenta que estamos calificados <strong>para</strong><br />
indicar las faltas y debilidades de otra persona.<br />
Algunas personas ya tienen <strong>el</strong> hábito de hacer preguntas<br />
punzantes y dar contestaciones agresivas, al<br />
punto que la crítica se ha convertido <strong>para</strong> <strong>el</strong>los en<br />
algo humorístico que les permite sentirse superiores<br />
al ver que incomodan a alguien más. Esta actitud es<br />
pecaminosa y trágica, por lo cual se debe cambiar.<br />
Sesión de comunicación<br />
Es obvio que la estructura de una sesión de comunicación<br />
entre marido y mujer tiene flexibilidad.<br />
Puede surgir de forma espontánea en cualquier<br />
momento en que sea necesaria por parte propia o<br />
d<strong>el</strong> compañero, o se puede planificar una sesión en<br />
forma regular —quizá una vez a la semana, al mes,<br />
al trimestre— que permita ver cómo va todo. A<br />
algunas personas les gusta más que sea muy informal,<br />
y tienen su sesión de comunicación mientras<br />
van en <strong>el</strong> automóvil, mientras dan un paseo a pie o<br />
mientras salen como pareja. A otras personas les<br />
gusta hacerlo de forma más formal, con primera