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las mujeres suelen recibir salarios más bajos que los hombres en el trabajo, se enfrentan
a la violencia masculina en los espacios públicos, siguen siendo víctimas de la doble
moral sexual, y ahora tienen que lidiar con las representaciones sexualizadas de las
mujeres en los medios de comunicación y en internet.
Cuestiones clave
El concepto de patriarcado ha sido criticado tanto por la corriente hegemónica de la
sociología como por la propia teoría feminista. Aunque muchos podrían aceptar el
patriarcado como descripción, también se ha utilizado como una explicación inadecuada
y muy abstracta de la opresión de todas las mujeres, pero sin identificar un mecanismo
convincente de dicha opresión. Algunas feministas radicales afirman también que el
patriarcado ha existido a lo largo de la historia y en todas las culturas y, por lo tanto, es
un fenómeno universal. Pero una concepción tan amplia no deja margen para la
variación histórica y cultural, y hace caso omiso de las importantes influencias de la
raza, la clase y la etnicidad en la situación de las mujeres. En resumen, el argumento de
que el patriarcado es un fenómeno universal corre el riesgo de caer en el reduccionismo
biológico.
Muchas feministas negras, así como las de los países en desarrollo, plantean que las
divisiones étnicas entre las mujeres han sido ampliamente ignoradas por el feminismo
hegemónico, ya que este ha tendido a basarse en la experiencia de las mujeres blancas,
en su mayoría de clase media, del mundo desarrollado 21 . Este tipo de generalización no
es válida, ya que la experiencia de las mujeres varía según la clase y la etnia. El trabajo
de las feministas negras americanas hace hincapié en el poderoso legado de la esclavitud,
la segregación y el movimiento de derechos civiles en las desigualdades de género de la
comunidad negra, señalando que las mujeres negras han sido objeto de discriminación
sobre la base de su origen étnico y de género. Del mismo modo, el tipo de marcos
explicativos preferidos por las feministas blancas, que se centran en la familia como
factor clave de las formas privadas de patriarcado, puede que no sean aplicables a las
comunidades negras, en las que la familia era un espacio fundamental de la solidaridad
contra el racismo. La teoría feminista negra se ha desarrollado siendo mucho más
consciente de la intersección de las desigualdades y de las múltiples desventajas a las
que se enfrentan las mujeres negras de clase obrera.
Las recientes teorías posmodernas y del construccionismo social discrepan con la idea
de que existe una base unitaria de la identidad y la experiencia, compartida por todas las
mujeres, y rechazan la afirmación de que puede haber una gran teoría capaz de explicar
la posición de la mujer en la sociedad. De hecho, algunos teóricos posmodernos van aún
más lejos, y rechazan la idea de que haya una esencia única, universal o una categoría de
«mujer». En consecuencia, repudian los demás planteamientos de la desigualdad de
género, como el patriarcado, la raza o la clase, en tanto que «esencialistas».
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