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populares. Thompson 15 analizó la relación entre los medios de comunicación y el
desarrollo de las sociedades industriales, distinguiendo entre la interacción cara a cara,
la interacción mediatizada, que implica una tecnología de medios de comunicación, y la
cuasi-interacción mediatizada, en la que la interacción se extiende a través del tiempo y
el espacio pero no se vincula directamente a los individuos. Los dos primeros tipos son
«dialógicos», conversaciones o llamadas telefónicas en las que los individuos se
comunican de forma directa, pero el tercero es «monológico», un programa de
televisión, por ejemplo, es una forma de comunicación de sentido único. Los medios de
comunicación cambian el equilibrio entre lo público y lo privado, incorporando más
información que antes al ámbito público, y creando muchos temas de debate.
Jean Baudrillard afirmó que la aparición de los medios de comunicación, en particular
de los medios electrónicos como puede ser la televisión, ha transformado la naturaleza
misma de nuestras vidas. La televisión no solo «representa» el mundo, sino que define
cada vez más lo que en realidad es el mundo en que vivimos. Por lo tanto, la frontera
entre la realidad y la representación se ha diluido, y ya no podemos separar las
representaciones mediáticas de la realidad. Baudrillard considera que ambas son parte
del mundo hiperreal. La hiperrealidad es un mundo en el que, en última instancia, el
garante de la autenticidad y de la realidad es lo que se ve en la televisión y en los medios
de comunicación, que llega a ser «más real que lo real». Esto puede explicar en parte el
crecimiento de nuestra cultura de los famosos, en la que el único signo realmente
aceptable de éxito y relevancia es el hecho de aparecer en la televisión o en las revistas
de «papel couché».
Cuestiones clave
En muchas ocasiones, las investigaciones han demostrado que las representaciones de las
niñas y las mujeres en los medios de comunicación utilizan los estereotipos tradicionales
de los roles de género. Es habitual presentar a las mujeres en roles domésticos, como
esposas y amas de casa, como objetos de deseo sexual masculino, o en trabajos que
reproducen el rol doméstico: enfermeras, cuidadoras o empleadas de oficina. Estas
representaciones han sido bastante constantes en las noticias, el teatro y los programas de
entretenimiento. Las representaciones de los medios de comunicación de las minorías
étnicas y de las personas con discapacidad también parecen reforzar los estereotipos en
lugar de cuestionarlos. Es evidente que los hombres negros y los asiáticos han estado
ausentes de la televisión convencional hasta hace muy poco tiempo. Incluso cuando
aparecían —por ejemplo, en las noticias y en documentales— solían presentarse como
grupos sociales problemáticos. Las personas con discapacidad han sido prácticamente
invisibles en las series de televisión, dramáticas o de entretenimiento, y, cuando se
incluyen, están sobrerrepresentadas en los personajes criminales y mentalmente
inestables, o lo están en «los malos, locos y tristes». Los sociólogos sostienen que las
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