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la ciudad. En ambos casos pueden debilitarse las formas tradicionales de familia y los
sistemas de parentesco. Las oportunidades de empleo fuera del campo, en las minas, en
las plantaciones y en empresas industriales, tienen consecuencias graves para los
sistemas familiares.
En los países desarrollados, la presencia de grupos étnicos minoritarios, como pueden
ser las familias provenientes del sur de Asia o de las Indias occidentales, y la influencia
de movimientos como el feminismo, han generado una considerable variedad cultural de
formas familiares. Las persistentes divisiones de clase entre los pobres, las clases de
trabajadores cualificados y los distintos grupos de clase media y alta originan grandes
variaciones en la estructura familiar. Las variaciones en la experiencia de la familia
durante el curso vital también se han diversificado. Por ejemplo, una persona puede
haber nacido en una familia en la que ambos progenitores han permanecido juntos,
después casarse y luego divorciarse. Otra persona puede haber sido criada en una familia
monoparental, haberse casado varias veces, y haber tenido hijos en cada matrimonio.
Probablemente, las conexiones entre los padres y los abuelos se han vuelto hoy en día
más débiles de lo que eran antes. Por otro lado, mucha gente vive en la actualidad hasta
una edad avanzada, por lo que pueden existir tres familias «en curso» con una estrecha
relación mutua: nietos ya casados, sus respectivos padres y los abuelos. También hay
una mayor diversidad sexual que nunca en las organizaciones familiares. A medida que
en muchas sociedades occidentales la homosexualidad se acepta cada vez más, las
uniones y las familias se forman tanto sobre la base de parejas homosexuales como
heterosexuales.
Cuestiones clave
Muchos sociólogos han cuestionado la idea de que la familia sea, ante todo, una unidad
cooperativa basada en el apoyo mutuo. Muchas investigaciones han demostrado que las
familias contienen relaciones de poder muy desiguales que benefician a algunos de sus
miembros y perjudican a otros 5 . La producción capitalista trajo consigo una distinción
mucho más nítida entre los ámbitos domésticos y de trabajo, lo que dio lugar a esferas
masculinas y femeninas, y a una división entre lo público y lo privado. En las sociedades
desarrolladas contemporáneas, las tareas domésticas, como el cuidado de los niños y el
trabajo de la casa, siguen recayendo principalmente sobre las mujeres, incluso en
aquellas que trabajan en la economía formal. No solo las mujeres tienden a asumir tareas
concretas como la limpieza y el cuidado de los niños, sino que también invierten grandes
cantidades de trabajo emocional en el mantenimiento de las relaciones personales y en el
cuidado de los familiares de la tercera edad.
Las feministas han llamado la atención sobre el «lado oscuro» de la vida familiar,
como la violencia doméstica, la violación conyugal y el abuso sexual de los niños. Esta
dimensión de maltrato de la vida familiar siempre se había pasado por alto, dando lugar a
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