Libro Blanco del título de grado en Arquitectura - Aneca

342 ANEXOS
mentos arqueológicos y grandes láminas para copiar) y suprimir las pensiones y dotaciones económicas
de los premios (que habían llegado a ser un fin en sí mismos).
En el campo educativo, el memorándum propugnó la intensificación de tres áreas docentes: la de
los estudios tipológicos, la de la arquitectura legal y la de las enseñanzas técnicas y científicas, principalmente
de estática, mecánica de fluidos y física experimental. En este vivo ambiente de aspiraciones
de reforma, Antonio de Varas, director adjunto de matemáticas, reclamó un refuerzo de su
disciplina en detrimento del dibujo, y el consiliario Pedro de Silva propuso la supresión de la clase
de maestros de obras y una diversificación del título de arquitecto en tres especialidades, dirigidas
a la práctica de la construcción civil, de la hidráulica y de la militar.
Tampoco estos prometedores impulsos se tradujeron en nada positivo. La energía desplegada por
Villanueva el joven tras acceder a la dirección de la Academia se disipó pronto. La acumulación de
cargos y honores con que sus contemporáneos reconocieron su extraordinaria valía le impidió dedicar
a la institución el empeño que ésta habría necesitado para revitalizarse. Encumbrado ya con
Carlos III, fue arquitecto y fontanero mayor del reino desde 1798 (bajo Carlos IV), intendente de provincia
a partir de 1802, director facultativo de policía y ornato de Madrid, director del paseo de
Prado e incluso, reinando José Bonaparte, arquitecto mayor inspector de las obras reales desde
1809. También fue hermano mayor de Nuestra Señora de Belén y a su muerte en 1811 recibió sepultura
en la cripta que esta congregación posee en la madrileña basílica de Atocha. Sus huesos, caprichos
del destino, están hoy mezclados con los de Ventura Rodríguez tras el hundimiento de la bóveda
que separaba los nichos de ambos.
Mientras los alumnos españoles acudían a desatendidas y desorganizadas salas de dibujo y matemáticas
y la institución que los acogía fracasaba en sus intentos de renovación, en Francia, que
había sido la fuente de la que surgió tal tipo de enseñanzas, éstas estaban reformándose radicalmente
y adoptando concepciones más científicas. En 1793, la Convención suprimió las academias
reales de arquitectura, pintura y escultura y creó la École des beaux-arts. Al año siguiente, se fundó
la École polytechnique. Estas dos instituciones fueron el germen del sistema de doble vía para la
formación de los arquitectos (en centros de bellas artes o en politécnicos) que se mantuvo en vigor
en la nación transpirenaica hasta mayo del 68, y constituyó también el origen de la diferenciación
entre los títulos de arquitecto y de ingeniero de edificación común hoy en toda Europa y que en
España nunca llegó a implantarse.
En la École polytechnique se impartían estudios, inicialmente de tres años que pronto pasaron a ser
dos, comunes a las carreras posteriores de artillero (de campaña o naval) y de ingeniero geógrafo, de
zapa y fortificación, de puertos y edificaciones náuticas, de minas, y de puentes y caminos. La enseñanza
estaba vertebrada por el conocimiento y la práctica de la geometría descriptiva, creada por
Gaspard Monge, personaje fundamental en la fundación y en el funcionamiento de la Escuela en sus
primeros tiempos, como un replanteamiento metódico del dibujo basado en nociones matemáticas
(Monge era también una autoridad en geometría analítica), organizado en sistemas de representación
y dividido en los campos disciplinares de la estereotomía, los trabajos civiles y las fortificaciones.
La función renovadora que Monge había tenido en el campo del dibujo le correspondió en el de los
métodos de proyecto a Jean-Nicolas-Louis Durand, discípulo directo (pensionado por la Academia